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jueves, 17 de junio de 2021

CAPÍTULO 15

EL PASADO

Era una noche sin luna ni estrellas, era una noche triste y silenciosa, cuando una mujer gritaba en una cabaña. Era un dolor indescriptible y sin piedad, muchas lágrimas y emociones encontradas  corrían por las mejillas de aquella mujer, que parecía morir, y era que deseaba morir, y para que vivir si el dolor la arropaba y no parecía tener fin. Solo la ayudaba su mejor amiga de siempre, y que a escondida de su familia en la cual nunca se enteró que estaba embarazada y que no tenía el valor de decirle ya que pronto iría a la universidad con una beca como la mejor estudiante de su promoción.

Solo sabía que estaba embarazada, y  su novio, que por su juventud no supo asumir el papel de padre de un niño que vendría al mundo. Ella tampoco tenía la madurez de asumir el rol de madre, ya que también era una niña.

ELLA ESTÁ DE VUELTA

Tres días había desaparecido Marisol y Lupe asumió su papel de cocinera de la casa conjuntamente con Maxi. Lo único que se supo de Marisol por parte de Ignacio  que fue premiada para una estadía con los gastos pagos en un club de la familia cerca de la playa.

Marisol entró por la puerta lateral de la mansión que da a la cocina, encontrándose con Lupe:

--¿Dónde estaba Marisol? Me tenía preocupada

-Estoy bien muchacha, ¿Cómo han estados las cosas por aquí?

-Es duro no tenerte aquí Marisol, me costó aprender en dónde están las cosas, aunque no serví de nada ja ja ja… todo lo hacía Maxi

Ya estoy aquí muchacha, y póngase hacer los quehaceres que ya vengo… voy a mi habitación un momento.

Marisol se dirigió a su cuarto y sintió que ya no era la misma, eran dos noches largas sin poder saber en qué parte estaba y solo recordaba el rostro intimidante de Regia cuando comenzó a preguntarle lo que sabía de ella.

Esa noche cuando Ignacio y el hombre vestido de negro con máscara de porcelana  la subió al carro no supo de ella, solo recordó que a su lado estaba Karla herida. Había pasajes en su memoria que el camino se le hizo largo y que llegó a una casa en el bosque y allí el hombre de negro la cargó y la ató en una silla.

Marisol estaba tan embriagada que sus palabras divagaban entre pedir ayudar y quedarse despierta, hasta recordar que Ignacio la bañaba con agua fría y le daba tazas de café para que despertara. Recordaba que Ignacio le pedía a Regia que si podía encargarse de su cuerpo pero Regia solo lo miraba tiernamente y le negaba tiernamente.

- Marisol, Marisol, Marisol, acaso creías que no me iba a dar cuenta que entraste a mi cuarto y que  hurgaste entre mis cosas.

- No señora disculpa, fue un error de mi parte

- ¿Crees que soy tonta Marisol? ¿Crees que no sabe qué hacen cada uno de ustedes en mi casa?

-Señora perdón, perdóname mi señora, no diré nada, soy una tumba mi señora… En donde está Karla…

Regia empezó a llorar, mientras pasaba el puñal por el rostro de Marisol. Y Dijo:

- Tu y nadie más que tú eres la culpable que mi Wichito sea un asesino, tú y más nadie que tú eres la culpable que Karla no esté viva y tú más nadie que tú eres culpable que esté aquí perdiendo mi belleza cuando debería estar durmiendo, de interrumpir mi paz y de romper mi promesa de no llevar a la gloria a alguien más.

Marisol recordaba el rostro de Ignacio de maldad y no era aquel niño inocente que caminaba por la casa detrás de Regia solo para tener su aprobación. Esta vez era un hombre fuerte, atrevido y lleno de maldad. A cada instante le vaciaba un balde de agua fría en la cabeza de Marisol.

- Karla está muerta verdad, mataron a Karla, y me mataran también verdad, no saldré viva de aquí, auxilio por favor ayúdenme…

Marisol comenzó a gritar tan fuerte que quedó afónica.

- Grita todo lo que quieras, que nadie te va a oír –decía Ignacio con una sonrisa de malicia

Regia volvió a tomar la palabra:

- Pero sabes algo que me gusta de ti… y te diré que es tu ambición, te gusta la buena vida… y yo puedo darte todo Marisol, puedo darte lo que te gusta… dinero, joyas, carro, viajes y lo que me pidas, solo tienes que estar a mi disposición.

-No quiero nada de usted señora… por favor suélteme y no digo nada.

- No puedo dejarte ir Marisol… o estás a disposición de mí y te doy todo lo que nunca tuviste o mueres aquí mismo.

Ignacio empezó a reír.

- No señora no quiero morir…

- Buena elección Marisol… Mañana irás con Ignacio a las mejores tiendas de la cuidad, te compra lo que quieras y pasarás dos día en la playa…

- No hace falta mi señora.

- Eso era lo que querías Marisol… dinero, era eso Marisol mucho dinero… te ayudaré en todo… mira  aquí tienes este dinero para que pagues la hipoteca de tu casa… tus deudas han sido saldadas.

- Gracias señora, usted es muy buena conmigo… y qué quieres a cambio señora…

- Como crees Marisol que quiero algo a cambio, solo disfruta de tu fortuna… solo me firma este documento…

Marisol desde esa noche firmó su sentencia y le entregó su alma a Regia.

DESPUÉS DE LA MISA

Diana se encontraba indignada por la ausencia de Rafael, y salió de la iglesia sentándose afuera melancólicamente, de repente su alegría se convirtió en tristeza y sacó de la cartera una pequeña botella de licor y le dio un sorbo.

-No importa Diana, lo verás otro día, te aseguro que ésta noche mismo se aparece en el bar –Dijo Raquel mientras la acompañaba en su tristeza.

-No es eso… es mucho más que eso Raquel, llevo un dolor en el alma que me carcome lentamente y quiero gritar ese dolor pero debo callar y llevarme este secreto a la tumba.

-Puedes decirme Diana, soy tu amiga…

Diana se secó sus lágrimas y le dio otro sorbo a la botella.

-Lo que pasa Raquel que juré no decir nada…

De pronto apareció Kimi y Javier tomados de brazos.

-Tiempo sin verte Diana –Dijo Kimi mirándola a los ojos

-Qué haces aquí Kimi…

-Soy allegada a la familia y vine dar mis condolecías

-No sabía de ti, desde aquella vez…

Kimi interrumpió

-Desde aquella vez nada Diana, no ha pasado nada, aguarda silencio…

Javier no perdió la oportunidad para extender la mano y conocer a Raquel, ya que a Diana la conocía desde  el mismo momento que dejó ser amiga de Kimi

-Es un gusto conocerla señorita

Raquel lo miró de arriba abajo con desprecio.

-Es un gusto caballero... vámonos Diana es tarde… dónde estará Stephanie… se quedará, ya vámonos.

Raquel y Diana se levantaron y se perdieron entre la gente que no dejaba de mirarlas, pero que ellas no les importaba porque sabía que cada hombre honesto y buen educado que ahora disimulan despreciarla, se la pasaban en el bar mirando sus baile, ellas sabían las historias de impotencia con sus mujeres, esas mujeres que no sabían complacerlos y que ellas son las que guardaba el secreto de la impotencia y frustraciones de su hogar.

ENTRE FAMILIA

-Quiero que te vayas con nosotros –Dijo Helena

-Que no me voy con ustedes –le repetía Stephanie una y otra vez.

-Mis padres están preocupados por ti –Siguió Martín

-Dígale que estoy bien. Y que me puedo valer por mí misma.

-No vas a poder sobrevivir sola –Volvió a decir Helena

-Hasta ahora lo he hecho, sin ayuda de ninguno de ustedes.

-Pero si estás trabajando en un bar de puta –repetía Martín moviendo la cabeza en negación.

-No soy puta, soy mesonera y hasta ahora no he tenido que entregar mi cuerpo para ganarme el plato de comida, pero si tengo que ser puta… lo haré y prefiero eso que estar al lado de ustedes.

-Haz lo que quieras pero te vas arrepentir, y pronto volverás con nosotros –Finalizó Helena

Desde que la familia decidió confesarle a Stephanie de cuál era su trabajo y cómo se ganaban la vida, ella decidió apartarse de ella. Después de ver morir a un grupo de jóvenes por el control de una zona. 

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