¡QUÉ TIENEN TUS OJOS!
-Y
usted señorita, la he visto en la casa Del Monte.
-Sí
señor, trabajo desde hace unos días, pero para que sepa solo tengo una semana
trabajando allí.
Mario
sonrío y agregó:
-Lo
noté al servir el café.
-Fue
un accidente…
-¿Cómo
te llamas señorita?
-Lupe
para servirle
-La
única forma de pagarme es que me acepte un café.
-Un
café, no sería mucho
-Solo
le pido que se tome un café conmigo y quedamos a manos.
-Está
bien, pero le digo que no tomo café.
-Entonces
un jugo.
Karla
al ver la mirada de los dos se despidió excusándose que tenía que ayudar a Octavio.
ENCUENTRO
A SECRETOS
Joe medía
el aceite del carro cuando desde el jardín apareció Erika. Tan risueña como
siempre y sin dirección a dónde ir. Tenía una bata beis de seda, en pantuflas,
cabello recogido y un labial rosa suave que la hacía resaltar su belleza. Joe
al verla desorientada se dirigió hacia ella deteniéndola por el brazo
-¿A
dónde va señora?
-Joe,
Joe te buscaba… no me dejes tanto tiempo sola… porqué te escondes mi Joe…
-Señora
silencio que cualquiera nos puede descubrir.
-Sabes
que te necesito a mi lado…
-Y
yo a usted, pero debemos ser discretos porque alguien nos puede descubrir…
Joe
tomó por la cintura a Erika y se la llevó en donde se encontraba las azucenas,
los helechos y los orquídeas.
-Yo
también la necesito –Dijo el chofer mirando a los lados, luego dirigió su
atención a los ojos hondos y ojerosos de Erika para luego tocarle sus labios
sutilmente con sus dedos y con la otra apretaba su cintura hacia su cuerpo y
juntaron sus labios lentamente y sin premura.
-Sabes
que te amo señora, sabes que muero por tus besos, sabes que muero por ti bella
dama.
Joe
era el hijo del chofer anterior que le servía a la familia desde hace años, en la
cual fue creciendo y criado con Regia, los dos son de la misma edad y muchas
veces jugaron juntos en los alrededores de la mansión, hoteles y piscina, pero
desde que Regia viajó a Europa cambió su forma de ser. Era como si le hicieron
un lavado psicológico de lo que era en realidad. Desde entonces, Regia dejó
tratar a los empleados, a sus amistades, amigos
y en especial a Joe que luego después le dio el puesto de su padre. En
la cual Joe tuvo que aceptar porque no sabía hacer otra cosa que trabajar como
chofer mientras termina sus estudios.
-Tú
sabías Joe que mi esposo es infiel…
-Tranquilízate
mi amor, no pienses en eso… aquí estoy yo
-Nadie
me quiere, ni siquiera mi hija
-Yo
no solo te quiero, también la amo.
-¿Qué
Sabes tú del amor Joe?
-Sé
más de lo que piensas, siempre estuve enamorado de ti, desde niño, siempre te
veía en los pasillos y no dejaba de mirarte.
-Joe
llévame a mi cuarto por favor…
-Ahora
no mi amor, solo quiero que respire aire puro… ven toma mi brazo y caminemos un
poco.
Un
día Joe estaba en la cocina, cuando escuchó un grito. El servicio doméstico
tenía el día libre por lo que era el único que se encontraba en casa. Al
encontrarse con la señora Erika la miró desnuda, mojada, nerviosa y gritando
que matara el insecto que estaba en el baño.
Este
sin mediar palabras se deshizo del insecto, tomó un paño y lo puso alrededor del
cuerpo de aquella mujer. Joe temblaba de miedo y no era por el susto sino por
tan hermosa figura de esta dama. Ella que estaba en sus cabales notó su mirada
así como todas las miradas que él ponía al verla.
-Mi
esposo no me mira como lo haces tú
-¡Qué
dice señora!
-Siempre
lo he notado, solo que disimulo porque sé que eres un niño.
-No
soy un niño
-Sí
lo eres, más bien pareces mi hijo…
-Señora
no me conoces
Joe
se e fue acercando
Tu y
mi hija son como hermanos, me haces el favor y me respecta, deje de estar mirándome
así, podría ser tu madre
Joe
se la acercó aún más, y la miraba con lujuria y dijo en susurro le dijo:
-Con
el permiso de usted, la voy a besar
-Siempre esperé este momento.
0 comentarios:
Publicar un comentario