MI PARTIDA DE TI I

Dejaste que me marchara por tu maldito orgullo. Simplemente me viste. Viste como me marchaba con mis maletas y no dijiste ni una palabra.

Quiero pensar que el orgullo tuvo más fuerza que el amor que sentía por mi. Seria muy triste que no me amaste con la misma fuerza que yo lo hice contigo.

Aún así, me habría quedado con esa misma palabra que solo necesitaba escuchar "no te vayas".

Me viste marchar y reinó el silencio. Solo mis sosollos se oyó escuchar y las puertas de las rejas que me vio alejar.

¡Estúpido! 

¡QUÉ CAMBIO!

Cuando los hijos son pequeños. Son lindos y hermosos. Te hacen caso y depende totalmente de ti.

Pero ya adolescentes eres el enemigo. Dejan de ser ese niño que creía que tu era su Dios. 

Lo más difícil es llegar a su mente. En qué piensa y cómo ayudarlo.

SIGO PENSANDO EN TÍ

Me quito la pintura de las uñas pensando en tu rostro. La sigo raspando con me dedo índice y de vez en cuando con el pulgar. Mi otra mano estirada que también tiene el dedo índice un poco levantado.

La pintura sale poco a poco, y ya se ve el color pálido de la uña. Los pedacitos de la pintura salen como escamas y por cada escama no dejo de visualizarte en mi mente. 

La distancia no me deja de pensarte, aún cuando también el tiempo se me viene encima.