OTRA VIDA MEJOR
Pasaba
los días rápidamente y Marisol se acostumbra cada vez más a su nueva vida como mujer
de la alta sociedad. Día a día dejaba a Lupe la responsabilidad de la cocina, y
en ocasiones Regia la invitaba a bañarse en la piscina con ella.
-Dios
mío, esta es la vida que siempre quise… este es la vida que siempre desee… de
esto es lo que hablaba siempre padre santo.
Marisol
cambió de la noche a la mañana su forma de vestir, caminar y hasta de hablar.
Su apariencia parecía de una niña mimada que obtenía todo.
En
algunas ocasiones trataba de mal manera a Xavier que tanto la quería aún
sabiendo que estaba equivocada en aceptar todos esos Regalos que Regia le daba
sin pedir nada cambio.
Un
día, llegó Marisol, con lentes de sol a casa, un sombrero enorme y una bufanda
que ni siquiera Xavier la supo reconocer. De repente Marisol dejó de tratar a
los vecinos y ni hablaba con Lupe para que no la igualara con ella.
-Marisol
mi amor, siento que te estoy perdiendo –decía Xavier
-No
nada mi amor, no me estás perdiendo, sigo siendo la misma, solo que un poquito
glamurosa –decía Marisol sin mirarlo a los ojos.
Poco
a poco Marisol fue perdiendo el interés hacia su esposo. Sentía que Xavier no
estaba a su altura. Por lo que pasaba su tiempo libre en la mansión tomando sol
en la piscina o en el restaurante del hotel por invitación de Regia.
Se
sentía tan confiada que se olvidó del vídeo y fotos que había tomado antes de
meterse en problemas.
LA
VERDAD QUE DUELE
Regia
apareció en la iglesia como cada mes lo hacía, aunque después de la última
circunstancia que la llevó a la iglesia no había ido por motivo que no necesitaba
confesarse. Ésta vez quería ver a Gabriel por lo que apareció sin avisar.
Claudio se encontraba preparando el sermón de esa noche, hasta que vio a Regia
y se le cayó la biblia.
-¡Regia!
–Exclamó Claudio asustando
-¡La
bendición padre!
Claudio
le hizo una cruz con su mano derecha dándoles la bendición
-Diga
en qué puedo servirle
-Nada
padre, estoy bien, solo vine a saber de Gabriel que desde hace días no sé de su
persona.
-Está
muy bien señorita Regia.
-Quiero
verlo padre.
-No
es necesario… está dormido y no es bueno molestarlo
Claudio
ya no soportaba mentir, tomó valor y trató de controlar el miedo que lo
arropaba de pies a cabeza. Por lo se levantó de la nada y fue al altísimo y se persignó,
luego regresó, y le dijo a Regia.
-¡Vamos
hija, tengo que decirte algo!
-¿Qué
será padre lo que tiene que decirme?
-Mira
mija, perdóneme usted, pero desde la misa que se le hizo a la niña Karla, perdí
a Gabriel.
-¿Qué?
–protestó Regia con un grito.
-No
se me vaya a enojar niña Regia, cálmese por favor
-¿Cómo
quieres que me calme? ¿Qué pasó? –Regia comenzó a temblar de rabia.
-No
sé qué pasó, Simplemente, fui a verlo después de misa y no lo encontré…
-Y
todo este tiempo que le pregunté, simplemente me habías mentido
-Comprenda
que tenía miedo que me hiciera algo…
-¿De
qué tienes miedo de mí Claudio? Si he sido muy buena con usted y su hijo, he
dejado generosas propinas para usted y sus feligreses
-Por
favor te juro que lo buscaré…
-Sabe
usted el tiempo que ha pasado, el tiempo que hemos perdido sin poder ubicarlo,
lo perdimos padre, en qué pensabas…
-Perdóneme
-Todos
empiezan a pedir perdón
-Regia
yo pensé…
-¿En
dónde piensa buscarlo? Sabes algo de él…
-No,
no sé nada...
-Te
das cuenta Claudio que soy muy buena con todo el mundo, y mira como el mundo me
paga… Yo solo quiero respeto, un poco de dignidad, te digo padre que este
momento estoy muy herida padre, mi corazón está destrozado, mi alma llora, me
duele mucho tener que sentir esto que hay en alma. Y no me gusta esta sensación que estoy
sintiendo…
-Mi
niña vamos a rezar usted y yo juntos, para pedirle a Dios por su alma y así pueda
conseguir la paz que necesita.
-Si
padre necesito rezar con usted y pedirle a Dios que perdone mis pecados y estos
malos pensamientos que tengo en ese momento.
Los
dos se arrodillaron ante el altísimo y empezaron a rezar. Regía se desvanecía
de ira mientras Claudio rogaba por su vida.
NOCHE
DE ESTRELLA
Ya era
tarde cuando el bar estaba lleno de gente. Esta vez, había un salón que Uriel
conjuntamente con Oscar habían habilitado para los juegos de póker, y como
número especial Delia que bailaría como apertura del espectáculo.
Delia
aparecería en cuerpo de sirena en una
caja de cristal llena de agua. Era tan hermosa a pesar de la edad que tenía,
pues, los hombres igualmente comenzaban
hacer la subasta por solo tener un baile privado con ella.
Delia
Subió las escaleras y se veían sus piernas firmes e hidratada, su vientre plano
y su pecho a medio enseñar que parecían dibujados a propósito. Fue bajando al
agua y la música a sonar, el público no dejaba se gritar y enloquecerse con su
presentación. Por su parte Uriel recibía oferta tras otras por el cuerpo de
Delia, en la cual no le temblaba la mano para ofrecerla al mejor postor, por
otro lado, llegaba Helena y Martín, siempre agarrados de mano. Oscar que estaba
en la entrada los recibió y los sentó en una mesa espacial, más atrás, llegó
Rafael acompañado de Joe, que desde la noche en la reunión en la fiesta con sus
amigos, se volvieron muy unidos.
También
fue llevado a la mesa donde estaba Helena y Martín.
-Señor
Rafael
-Señorita
Helena, señor Martín
-Me
complacería saber de su hija Regia don Rafael –dijo Helena
-Pronto
nos acompañará señorita.
Rafael
tomó de la mano Helena y le dio un beso.
Por su
parte Stephanie le pedía a Uriel, que no la obligara a servir la mesa en donde
se encontraba su hermana, pero como Uriel ya tenía un trato con Martín no podía
romper esa promesa que fue sellada con mucho dinero.
-Si
eres mía, podría servirle yo mismo si me lo pides, y ya sabes lo que te voy a
pedir.
-Por
favor Uriel, ten piedad de mí, sé muy bien que Helena y Martín me avergonzarán
-No hay de otra Stephanie, está en tus manos tu decisión.
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