CAMBIO DE CAMINO
Los días transcurría en un vacío de
obtener respuestas, la desolación hacía que los días fueran más largos y los momentos
de impotencia e injusticia no permitía curar las heridas. Muchas preguntas sin
respuesta agobiaban a los dolientes. Para Octavio había cambiado su vida
radicalmente, primero había perdido a su amor eterno Karla, para luego
marcharse su padre, las dos muertes habían sido provocadas por una misma
persona Erika Del Monte. El por qué había matado a tantas personas nadie lo
sabe, pues nadie sabía las causas de su decisión de quitarles la vida, no solo
a Karla y al sacerdote Claudio, sino también a su mejor amigo Luis y a Marisol,
que por pura casualidad Luis ese día lo acompañaba al encuentro de esa cita, y que
en cambio a su cuerpo quien debería estar en el puesto de su amigo. Pero lo único
que sí estaba seguro era que Erika no volvería a asesinar a otra persona.
Octavio había decidido lo mejor para su
vida, se lo debía a Luis que fue el mártir en acompañar a su padre. Además para
qué vivir, y si hay que vivir sería para servir a la comunidad, por lo que
Octavio decidió ir a seminario y seguir el camino de Dios. Seguir el legado que
le había dejado su padre.
AÚN DUELE TU PARTIDA
En el bar se encontraba Xavier embriagándose
para pasar el dolor que lo embargaba día y noche. Tenía días sin dormir, desde
que se enteró que había muerto su esposa y la forma como murió, además de ser
cómplices de las muertes de dos personas y una de ella era el sacerdote del
barrio. Ahora, estaba solo, y no importa llegar temprano o tarde a la casa o
comer sano o con grasa, nada era importante, es mejor olvidar ese dolor que no lo
dejaba de acompañar.
Un trago tras otro, cerveza o ron es lo
mismo, Xavier no podía contener las lágrimas, sacaba el pañuelo de sus
bolsillos y se lo pasaba por sus mejillas y terminaba por otro sorbo de
alcohol. Seguía el ritmo de algunas músicas y se regresaba a casa cuando ya no
quedaba ningún cliente en el bar. Al día siguiente hacía lo mismo.
De alguna forma Diana, quien lo conocía desde que eran jóvenes
lo ayudaba a reposar su dolor entre charlas sin sentidos y recordar momentos de
aquellos cuando eran unos jovencitos. Para Xavier todo le parecía igual, una
charla o el estar en soledad y menos obtener el dinero que había recibido por
la muerte de Marisol, una cuenta bancaria con ahorros, las joyas que le había
regalado Regia, la ropa, el carro y hasta la misma ropa que tenía mucho valor.
Marisol había muerto y con ella ese amor
que sentía, jamás volvería amar como amó. Quien tuvo la culpa no importa ya; ya
nada importa solo que se termine el día para el vuelva a empezar otro día y
vuelva a terminar.
¡EN QUÉ FALLÓ!
Primer error cometido por Regia, los cálculos
mal tomados, si todo estaba bien planificado. Regia no entendía cómo pudo
perder a su madre, a su amiga y a su cómplice.
-¡Cómo duele Wichito! –Lloraba Regia por
el dolor de su aliada.
Más que madre era su cómplice, desde aquel
momento en que se embriagaba, una copa tras otra. Era la primera vez que Regia la
trataba con humanidad. Pues, se inclinaba siempre a favor de su padre, quien la
consentía en todos su requerimientos y Erika solo era el relleno de un puesto.
Erika tomaría el arma de su esposo, y lo
colocó en la sien. Estaba decidida a quitarse la vida, cuando entró Regia y la
detuvo. Después de tantos años recibió un abrazo de su hija y sintió que le
debía algo, era un secreto que nadie sabía y jamás será revelado.
-Si
fueras un poco más fuerte madre, si tomas valor para que nadie te
humille –Le decía Regia en aquel momento
-Tú sabes hija que no soy así…
-Si lo eres madre, no dejes que nadie te
humille, no dejes que nadie pase por encima de ti, deja de tomar licor y
caminemos juntas nuestros caminos, solo tú y yo, solo las dos.
Regia, volvía de sus recuerdos, no salía del
cuarto de su madre, y analizaba la falla de su error.
-Pero Wichito si todo estaba perfecto, en
qué fallamos.
Regia no quería mover nada de los objetos
de su madre, estaba segura que regresaría.
Y Volvía a recordar.
-Madre te amo, tú lo sabes, no es necesario
que te lo diga, pero débil y eso no lo soporto…
Pronto después de aquella noche Erika se
sentía agradecida por su hija por lo que la consentía en todo. Y todo comenzó
cuando trataba de asfixiar a Mía con una almohada y no podía, y las dos se
debatían en quien viviría, en eso entró Erika y al ver que su hija buscaba la
manera de taparle la cara, y en vez de decirle que no lo hiciera hizo lo
contrario.
Las dos estaban más unidas que nunca, y
siempre la acompañaría ese secreto y muchos más. Al principio recibió clases de
tiro y luego de defensa personal. Regia lo disfrutaba muchísimo pero para Erika
solo era complacer a su hija, por eso que cuando las dos decidieron matar a la
Guaricha le fue más fácil cambiar su personalidad, por lo que se puso un traje
de negro y una máscara de porcelana ya que se transformaría en otra persona y
no sería ella misma, y podría quitarse el traje y sería la misma tímida mujer
que deambulaba por la casa buscando la atención de don Rafael. La esposa
perfecta y la mujer amada por Joe, el hombre que la llevó a lo más sublime de
ser deseada.
CIERRE DEL CASO
Fue quizás suerte del inspector Mario en
llegar a tiempo a casa de la familia Del Monte. Observó el extraño
comportamiento de aquella mujer que supuestamente era parte del servicio de la
casa, y ahora estaba vestida mejor que la propia dueña de la casa, por lo que
decidió seguirlos.
Qué iba a pensar que se trataría de un
asesinato, qué iba a pensar que la señora Erika fuera la autora de muchos
asesinatos, qué iba a pensar que Marisol era cómplice conjuntamente con su
empleadora.
Todo tenía sentido, Mía la reportera
quería dar mala referencia de la familia, Gabriel, el novio de su hija, el
inspector Daniel le habría descubierto, estaba en el momento menos propicio,
Erika protegía a su hija de la Guaricha y Manuel desfalcó a la familia, Marisol
que era su cómplice y era mejor deshacerse de ella, pero lo que no entendía era
la muerte del sacerdote que estaba en interrogativa, y que no sabría porqué lo
asesino al igual que a Luis.
Era caso cerrado, cuando en el cementerio en discreción a la vista de la sociedad, se hizo un entierro íntimo y solemne, sin mucha gente, solo la familia y custodiado por guarda espaldas y policía local.
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