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lunes, 31 de octubre de 2016

"LA CULPA ES DE LA VACA"











viernes, 21 de octubre de 2016
























jueves, 20 de octubre de 2016














miércoles, 19 de octubre de 2016

APRENDÍ Y DECIDÍ

























domingo, 16 de octubre de 2016


Saliendo del hospital 
después de ver a mi mamá 
luchando contra un cáncer 
que no se puede curar 

Vi pasar a una familia 
al frente iba un señor de edad 
una doña dos muchachos 
y varias personas mas 

De la mano del señor 
un hombre joven caminaba 
cabizbajo, y luciendo 
arrepentido el era la 
causa de una discusión, 
familiar de la que nos enteramos, 
al oír al señor gritar 


Aunque tu seas un ladrón y 
aunque no tienes razón yo 
tengo la obligación de socorrerte 

Y por mas drogas que uses 
Y por mas que nos abuses 
La familia y yo tenemos 
que atenderte 

Solo quien tiene hijos entiende 
Que el deber de un padre 
No acaba jamas 

Que el amor de padre y madre 
No se cansa de entregar 
Que deseamos para ustedes 
Lo que nunca hemos tenido 

Que a pesar de los problemas 
Familia es familia y cariño 
Es cariño 


Los vi marcharse con su llanto 
Su laberinto enfrentado en la 
Buena y en la mala 

Juntos caminando 
Y pensé mucho en mi familia 
Los quise tanto aquel momento 
Que sentí que me ahogaba en 
Sentimiento 

Aquel muchacho 
Y mi pobre madre 
Dos personas distintas 
Pero, dos tragedias iguales 

Cuanto control y 
Cuanto amor 
Tiene que haber en una casa 
Mucho control y 
Mucho amor 
Para afrontar a la desgracia 


Por mas discusiones que haya 
Dentro de tu casa 
por más que creas que tu amor 
es causa perdida 
ten la seguridad de que ellos te quieren 
y que ese cariño dura 
toda la vida 

(Se repite coro) 

Mantén amor e incoguerencia 
Siempre frente a la pena 
No olvides la esperanza y el sentimiento 

Dando la espalda 
No se van los problemas 
Ni la impaciencia resuelve 
Los sufrimientos












domingo, 9 de octubre de 2016

sábado, 8 de octubre de 2016


EL DORADO, NO ES EL MISMO 



Las inmensas selvas anheladas por muchos, para hacerse rico de la noche a la mañana. Trae consigo la venganza que todos arriesgarán, a cambio de tener un puñado del preciado tesoro. La codicia y la ambición de los hombres harán estar alerta para cualquier acontecimiento. Dejaran atrás sus melancólicas vidas en las ciudades y así conseguir un poco de consuelo, ese consuelo que acarrea enterrarse en el fango día y noche. La confusión de un hombre llamado Jacinto encontraría el amor en Fernanda, joven hermosa que la vio crecer. Ella también enamorada desde niña de él, pero poco a poco ese amor se desvanecería por el cariño de Eduardo. Jacinto antes de marcharse a las minas ilegales en el Caura le confesaría sus sentimientos. Eduardo regresa de la capital, después de decepcionarse de la atiborrada ciudad en el ajetreo diario y el poder de los políticos dividido en dos bandos, uno por las ideologías y el otro por lo que parece razonable. Sangre derramada en las calles y la impotencia de no poder nada. Jacinto haría lo que tenía que hacer, adentrarse en la minas, hundirse en el barro, salir adelante como lo hizo Calderon, hombre corpulento que trabajó hasta el cansancio para llegar a ser unos de los hombres más poderosos de la selva. Los indicios conocen muy bien esos lares, así como los brasileros, colombianos y guyaneses. Todos quieres un poco de ese tesoro. Las mujeres más bellas, se encuentran por aquellos bares improvisados, en donde no falta el libertinaje. Es la soledad que mata al hombre en la espesa selva, pero Jacinto encontraría el cariño de Teresa; con su sonrisa tierna se sentiría con fuerza para seguir adelante. Dormir con una linterna y un cuchillo en la mano es lo mejor, para que no los roben. Más que eso es la malaria que mata a la gente sin darle tiempo llegar al pueblo. El sol quema lentamente haciendo insoportable salir a las calles. Mientras que las lluvias alborota las plagas. Pican y pican trasmitiendo la mala enfermedad y Jacinto no se salvaría. Agoniza con la venida del gobierno apoderándose de las minas porque también quieren su pedazo de tierra y con ellos los militares quienes apalean a los miserables mineros. Jacinto en la agonía pareciera vivir tal calamidad y es Teresita quien lo consuela, con su amor, su cariño, sus atenciones, con quien pasará el resto de la vida, de una bulla a otra hasta morir si es posible.





 
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