UN POCO MÁS
Era
un sitio totalmente solitario, un rincón de la ciudad, poca gente concurría, en
ese lugar remoto, pero para Mario era perfecto porque contaba con la discreción
que necesitaba para hablar con libertad.
-Me
dijo que tiene poco tiempo trabajando en la casa Del Monte –dijo Mario mientras
le daba un sorbo a su café
-Sí
señor, es mi primer trabajo, no creas que he trabajo en otras ocasiones,
todavía me da vergüenza, lo siento mucho, se quemó bastante las entrepiernas…
-Ya,
ya, ya… usted nunca para de hablar, por favor tome un poco de calma… y si estoy
bien…
-Para
qué me invitó aquí, en qué lo puedo ayudar, yo no sé nada…-dijo Lupe, que se
sintió un poco intimidada por la mirada fija de Mario, y aunque no quería
pensar que no le gustaba pues sentía algo diferente en su estómago
-¡Has
visto algo anormal en esa familia!
-No,
claro que no, nada que pueda decirle…. No, no, no espera... la otra noche
limpiando el cuarto de la señorita Regia encontré, un baúl… es raro que una
señorita tan educada y con mucha delicadeza tenga un baúl en su cuarto y raro
como ese… sabes que me da curiosidad saber que tiene en ese baúl,
-¿Cómo
es ese baúl?
-Es
grande, negro y tiene una llave, y sé que la llave está por allí, solo necesito
tiempo para buscarla, allí guarda un secreto, lo presiento… mis hermanos me
advirtieron que me comportara, pero como
compórtame si allí hay un misterio y quiero descubrirlo.
-Señorita
Lupe por favor, tenga cuidado, quisiera averiguar lo que se esconde en ese baúl, pero
también tenga cuidado con su trabajo.
Mario
se intrigó por esa pista, que de alguna forma sabe que Regia tiene algo que ver
con la Rosa Roja, no es solo una palpitación sino también algunos hechos que
recurre alrededor de esa persona.
-Muchas
gracias Lupe me ha ayudado más de lo que imagina, solo le pido que se cuide,
sin embargo, busque esa llave y trate de abrirlo y le toma foto, no toque nada
sin ponerse antes unos guantes por favor…
-Sí
mi comandante… pero aunque usted no me lo diga también lo haría…
VOLVER
AL TRABAJO
Ya en
el trabajo Lupe y Marisol se encontraba en sus labores cotidiana, Marisol en la
cocina recordaba que en la mañana cuando se despedía de Xavier y como es cada
mes, era una despedida de nostalgia, de un te quiero y una promesa de volverse a ver.
-Encontraré
algo, ya verás mi amor…
-Mi
vida solo quiero que estés conmigo, te amo, quédate por favor conmigo…
-Yo
estaré bien mi amor, yo sé lo que hago.
Marisol
Miró a los alrededores, y solo se veía Lupe limpiando los corredores, mientras
Maxi le indicaba lo que tenía que hacer. Subió por las escaleras lentamente con
una bandeja en la mano, para prevenir cualquier eventualidad, y lo primero que
vio fue la puerta de la habitación de Erika, siguió caminando y medio abrió la
puerta y encontró a la señora Erika semidesnuda y junto a ella Joel, que le
besaba el hombro mientras le seguía quitando el brazier. Marisol sonrió, porque
sabía que podía sacarle provecho a tal situación. Sacó su móvil y empezó a
tomar fotos, una, dos y tres fotos, y un video corto, donde se mostraba los
besos, las caricias y los gemidos de lujuria y pasión.
Marisol
sonreía con malicia y como no le parecía suficiente, siguió adelante y entró a
la habitación de Regia. Era una habitación amplia, de muchos lujos, ropas,
joyas, zapatos y perfumes. Marisol. Esta
no se pudo contener y se colocó unos aretes, zapatos fucsia de tacones muy
alto, un abrigo blanco de plumas que se encontraba a la vista, se deleitaba en cada
aroma de perfume que tomaba y comenzaba a decir mientras se veía en el espejo:
-¿Dónde
está Wicho?
Marisol
no para de reír al imitar la voz de Regia, y volvía a decir entre burlas:
-¿Qué
es esto Marisol, este jugo parece de cartón? Quítalo de mi vista… zasssss vete
de aquí que no te quiero ver…
Marisol
empezó a buscar por todos lados algo que pudiera ser útil, en la cual poder
chantajear y pedir algo de dinero, algo que valiera la pena, sabía que
encontraría algo. Caminó de un lado a otro, buscando algún secreto de un amante
o algo comprometedor. Miró el closet, el baño, la peinadora y se percató de una
pequeña habitación en donde reposaban los interminables zapatos, correas y
carteras. Y era allí donde estaba el baúl. Ello lo miró y trató de abrirlo, acordándose
que había visto las llaves en una cómoda, corrió hacia ella para buscarlo y
abrió el baúl.
Se
encontró lo que nunca habría sospechado, una máscara de porcelana, un traje
negro y un puñal muy afilado.
-¿Qué hará la señorita Regia con esto tan feo? ¿Qué será? Pero le tomaré foto por si acaso je je je…
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