Las palabras tienen
mucho valor, mueven montañas, así que
piensa primero en lo que se vas a decir antes de que tus labios lance miles de
oraciones que pueden herir o llorar, agradar o reír, pensar o responder y
tantas cosas que esa persona pueda reaccionar.
Por la forma de
expresarse la persona se sabe cómo se siente en ese instante, su clase social,
el ambiente y circulo de grupo de personas que la rodea.
Las palabras impone el
lugar que estamos pisando. Mediante de ella le damos valor a nuestra imagen y
hacen milagros, aún cuando las apariencias son otras. Tenemos la libertad de
utilizarla para lo que queremos, ¡Ojalá se utilizara para hacer el bien!
Escribe Hogareña
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