Las palabras toman
fuerza, mucha fuerza y a veces hacen milagros, muchos milagros. Te hacen sentir alegre y con ganas de echar adelante, te dan fuerza y valoran, y hasta te aman con toda la intensidad del mundo. Es una bendición de Dios.
Y si maldices "odia a alguien y le deseas todo el mal del mundo", entonces, es verídico que la maldición cae sobre la persona, y casi siempre da la vuelta al
mundo y cae sobre la misma persona quien hizo la maldición “eso decía mi
abuela” y otras personas muy sabia.
Las buenas intenciones
y el ánimo de aliento, que se le da a la persona mueve tierra y cielo, algo le
debe quedar en la memoria.
Para bien o mal, las
palabras ayudan que sigas adelante, te animan a entrar en otro mundo y crear tu
propia historia, pero otras veces destruye el alma y pueden matar el espíritu.
Las palabras Mueve pueblos, gentes
inimaginables, a favor o en contra, así lo han hecho los políticos del mundo
“las palabras tienen poder”, mucho poder, hasta crear una guerra y lo han hecho
sin remordimiento.
Escribe Hogareña
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