En otras ocasiones haya
palabras que no se escuchan y por más que te las expliquen y expliquen, jamás llegan a una conclusión positiva para
cambiar de convicción o parecer, es mejor seguir adelante que tomar consejos. Y
cuando tropiezas es que te das cuenta, lo que te dijo aquella vez una persona,
tenía razón. Puede ser tarde o temprano para recapacitar.
Hay consejos que no son
tan buenos. Y al dejarte llevar por esa persona comete los peores errores jamás
oído. Parten el alma y el corazón.
Las personas son las
que deciden en tomar o dejar las palabras dicha por alguien. Los que oyen o
leen harán su propia conclusión, por la simple razón que somos seres pensante y
lógicos.
Por último, están las
palabras que decimos y quisiéramos metérsela a juro en la mente a la otra
persona, sea como sea, y se habla, habla y habla. Es como si se desvaneciera en
el camino y se sufre, pues, se sufre por esa persona y por nosotros mismos.
Escribe Hogareña
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