Con tantas ganas de ir a la playa y estoy aquí
en este ordenador escribiendo como loca, en vez de estar en el centro comercial
aunque sea viendo vitrinas estoy encerrada en mi locura de algo extraño.
Viendo a los niños bañarse en la piscina,
meterme en la cocina y escuchar como se está matando el pueblo de Israel y
Hamás, los fondos buitres vencido de Argentina, el avión derribado en Holanda,
Ucrania en conflicto con los pro-ruso,
sanción a Rusia, el bendito virus propagado por la plaga, cuando se
creía un avance del virus del sida ha sido una falsa alarma, una madre que mata
a su hija y el problema de los inmigrantes para la tierra prometida, las
loquera de nuestro gobierno y todas esas cosas terribles lo que está sucediendo
en todo el mundo, entonces afirmo como dijo una mujer hace unos días “el mundo
está loco”. Pero los evangélicos dicen “el final del mundo está cerca… nos
moriremos en las llamas del infierno”.
Y lo peor es que si salimos a la calle,
andamos con cuatro ojos por si vienen a atracarnos, y si llegas al supermercado
con el salario del mes, todos se quedan allí, y sólo alcanza comprar lo
necesario y lo innecesario (lo digo porque si no hay arroz normal tienes que comprar el arroz con ajo, sabor a pollo o lo que sea), claro y las ganas de llorar porque no te alcanzó
para nada. Y otro churupito reunido
“dineritos” para hacer cola en la madrugada y comprar los productos básicos,
eso sí, con los zapaticos viejos de goma y dispuesto a todo.
Por supuesto que fuimos al parque, al museo y
hasta el casco histórico, no muy lejos para ahorrar y evitar accidente.
Visitar a mi madre es la mejor opción. Pero
por ahora estamos en casa jugando bingo y dominó, los niños dibujan, las
mascotas felices, este año no van estar solas y yo en mi locura escribiendo y escribiendo en un mundo olvidado de la humanidad.
Y no crean que me salvo de las colas y más colas,
jamás me acostumbraré, llego a casa agotada, asombrada, incrédula a pesar de lo
vivido, como hoy en la mañana. Estupefacta y con dolores en las rodillas, no
dan ganas de hacer más nada solo pensando estar en la playa.
Escribe Hogareña
0 comentarios:
Publicar un comentario