Ads 468x60px

Last Video

viernes, 4 de julio de 2014

EL PERDÓN IV

El hombre que cometió un delito, pero que después que la adrenalina y el furor se ha calmado y piensa bien lo hizo, se arrepiente. Para después pedir perdón por sus faltas. Y mi pregunta es ¿A pesar de su arrepentimiento, se merece perdón? Aunque llore y clame por su alma. Lo digo porque ya el mal está hecho. Somos capaces de perdonar a alguien quien nos hizo algo muy malo.
A veces decimos “se lo dejo en manos de Dios” pero muy en el fondo de nuestro corazón sabemos que el dolor está allí carcomiendo el alma.
Está bien, perdonamos, pero la “justicia es justicia”, se cometió el error y hay que pagar. Así como a la vida nos cobra los errores cometidos.  Por ejemplo, salimos en la noche y por algún motivo decidimos caminar por un callejón (y aunque no sabemos que hay al final de ese callejón) en la inocencia seguimos caminando, para después toparnos con alguien que nos quita la vida. Es decir, por nuestra decisión la vida no nos da otra oportunidad, ni siquiera nos da chance de rectificar y mucho menos de pedir perdón.
La muchacha que se infectó de Sida por una mala decisión, la vida no espera que pida perdón para curarse, solamente se cobra lo que tiene que cobrarse.
Claro nosotros somos seres humanos y pensamos, y podemos perdonar porque tenemos un ser divino que nos enseñó desde niño ser humilde y amar al semejante, por otro lado, está la sociedad, la convivencia, la ética, moral y educación, y todas esas cosas que nos pones vulnerable para perdonar cualquier cosa.
Por eso digo, que están las cosas que perdonamos sin remordimiento, las que perdonamos pero cuando vemos a esa perdonas recordamos todo el daño que nos hizo, y las cosas que no perdonamos haciendo que nos duela el alma, y está el más fuerte “el perdonarnos a nosotros mismos”.

Escribe Hogareña

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Blogger Templates