HERMOSO AMANECER
Ese día hizo un poco de frío, y comenzaba
a caer el primer rocío de la mañana. La casa se encontraba en silencio y todos
dormían plácidamente. Regia también lo hacía, se encontraba en su cama cuando
fue sorprendida por la mirada de
Ignacio, quien la contemplaba de pies a cabeza.
-Regia, ven, vamos… ven a conocer a mi
novia
-¡Qué te pasa Wichito! ¿Qué hora es? ¿Qué
haces despierto a esta hora?
-Quiero que vengas a conocer a mi novia.
-¡A esta hora! Tú estás loco.
-Sí Regia a esta hora.
Regia se sentó en la orilla de la cama,
sin entender lo que quería decir Ignacio. Se pasó la mano por la cabeza y por
el rostro para luego agregar:
-¿Qué novia voy a conocer a esta hora?
¿Qué novia nada déjame dormir?
Ignacio tomó de la mano a Regia, en la
cual se dio cuenta que tenía sangre.
-¿Qué hiciste Wicho?
Regia lo miró y vio que sus ojos estaban
dilatados y que su cuerpo estaba lleno de sangre
-¡Vamos Regia!
Regia se levantó y lo siguió,
encontrándose la habitación colmada de sangre por todos lados.
-¡Regia, conoce a mi novia!
Regia se quedó pálida al encontrar a Lupe
sentada en un sillón, con su ropa puesta, un moño en la cabeza, con sus ojos
cerrados y bien maquillada.
-No entiendo Wicho.
Regia se acercó a Lupe, que al tocarla
supo que estaba sin vida, por lo que lo miró y dijo:
-¿Por qué lo hiciste Wichito?
-Nunca se irá de mi lado, la amo mucho,
viviremos juntos para toda la vida… tú tranquila ella no nos va a traicionar,
es muy calladita…
-Qué tienes Wicho, no había necesidad de…
-Ella es linda, es mi novia, verdad que es
bonita.
Regia sin saber qué hacer, tomó por el
brazo a Ignacio y lo llevó al baño, obligándolo a que se bañara, mientras ella
hacía una llamada
-¡Ven inmediato que te necesito aquí!
Luego se fue al depósito y buscó una pala,
y junto a Ignacio comenzaron abrir un hueco en el jardín de rosas, muy cerca de
la casa de vacación en donde estaba la piscina, ya casi era de día por lo que
Ignacio metió el cuerpo de Lupe allí, mientras decía:
-Te prometo visitarte cada mañana Lupe,
porque te amo hasta el infinito, porque te amo para toda la vida, me haces
tanto bien vida, para toda la vida juntos, tú y yo, mi amor, te quiero a morir…
No pasó ni media hora que en el cuarto de
Ignacio se encontraba alguien, todo vestido de negro con una máscara de
porcelana quien limpiaba casa gota de sangre que se encontraba en la pared, en
el techo y en el piso.
Para la familia Del Monte Lupe quedó como
si había huido de la casa, por lo que Rafael no se preocupó. Por su parte Maxi
se sentía responsable de la chica quien sabía que Lupe se sentía a gusto en el
trabajo; pero no quedaba que esperar a que llegara sus días libres para
visitarla y preguntar de su pronta partida sin aviso.
SI ERES MI ESPOSA
Los días transcurrían y el amor de Rafael
y Karen crecía cada vez más. Rafael se sentía cada día más enamorado de Karen
por lo que ese día sería algo especial. Una copa de vino en el jacuzzi, rodeado
de pétalos de rosas rojas, incienso con olor a naranja, el agua burbujeante con
sidra de limón y música instrumental en el fondo.
En el Jacuzzi, cuando los dos disfrutaban
de un vino rojo. Rafael le dijo a Karen
-¡Te casas conmigo mi muñequita!
Karen no podía creerlo, era un anillo que
tenía en su copa. Ella lo sacó y miró a Rafael a los ojos, y los dos rebozaban
de felicidad.
-Sí, sí… me caso contigo mi osito…
Karen se le zumbó encima para luego sellar
su amor entre el placer y el amor.
AL VERLA
Gabriel cada día se perdía en la mirada de
Stephanie. Ese día había decidido darle un beso, sentía algo en su corazón que
era difícil de ocultar, por lo que como siempre salió a esperarla. Sin saber
cómo de frente tenía a Ignacio y a su lado un hombre vestido de negro con una
máscara de porcelana.
Gabriel vio que el mundo se le vino
encima, quiso huir pero ya era tarde. El hombre de negro tenía un arma que lo
apuntaba.
-¿Qué quieres?
-Ven con nosotros.
Sin decir más nada. Gabriel siguió a
Ignacio y junto a él el hombre de negro. Se montaron en el carro antaño, y le
obligaron a tomar un sobo de agua, por lo que Gabriel no le dio tiempo decir
palabras y se quedó dormido. Llevándolo
así a la casa fuera de la ciudad en
donde una vez Marisol estuvo.
Al despertar Gabriel estaba bañado de agua
fría y al frente se encontraba Regia. Gabriel trató de zafarse pero no pudo,
por que optó quedarse tranquilo y hacerse que no le importaba nada. Había
recordado todas esas clases de defensa propia que había tomado por lo que se
tranquilizó.
Al lado de Regia estaba Ignacio ausente y
sin sentimiento alguno. Y más allá el hombre de traje negro
-Bienvenido Gabriel
Gabriel miró a Regia si contestar.
-Por fin estás aquí, por mucho te esperé.
Gabriel sin más nada recordó todo aquello
que había pasado y sin más nada escupió a Regia. Ésta se secó el rostro
mientras que Ignacio le golpeó el rostro.
-No, no, no muy mal chico… hagas lo que
hagas, estás en mis manos. Reconozco que te perdí por unos días, por culpa de
ese sacerdote inepto, pero por lo demás siempre supe de todos tus pasos.
Siempre supe de tus caminata con esa niña Stephanie, pobre chica que no sabe
qué hacer con su vida, quizás seas yo quien le diga lo que tiene que hacer.
-Ni te atrevas a meterte con ella, porque
soy capaz…
-Eres capaz de qué Gabriel, estás en mis
manos y la vida de ella también está en mis manos… si me da la gana la desaparezco.
Gabriel trató de levantarse pero era
imposible.
-Veo que te importa mucho esa chica
Regia se paseaba de un lado a otro para
luego agregar:
-Y yo que tenía un futuro contigo Gabriel,
yo te amaba, con todas mis fuerzas, porqué me traicionaste.
Los ojos de Regia se aguaron y luego
agregó:
-Pero sabes qué… estoy dispuesta a
perdonarte…
-Perdonar qué loca…
-Estoy dispuesta a perdonarte todo lo que
me has hecho.
-Te has vuelto loca crees que te voy a
perdonar después de todo lo que me has hecho…
Regia se le acercó con ira a Gabriel y le
agarró la quijada con fuerza.
-No estás muerto porque no he querido… Yo
te salvé Gabriel. Gasté mucho dinero para salvarte la vida, así que tu vida es
mía. Yo soy la que mando aquí, y haces lo que yo te pida, por la buenas o
malas. Tú decides… y desde ahora te lo digo Gabriel, o haces lo que te pido o
esa chica muere.
Gabriel se estrujaba tratando de quitarse
las manos de Regia pero ella aguantaba más fuerte.
-Este es el trato. Trabajas otra vez para
mí. Estarás a mis órdenes y seguirás siendo mi novio. Olvidarás el pasado y
volvamos hacer la pareja feliz que siempre fuimos.
Gabriel pensó en su venganza. Dejando
atrás esa posible felicidad con Stephanie. Era el momento propicio para estar a
su lado y cobrarse todas esas cosas malas que había pasado y que no quería
recordar.
-Me prometes no hacerle daño a Stephanie.
-Gabriel, Gabriel, Gabriel… acaso no
cumplo mis promesas, acaso crees que soy un monstruo…eres tú quien no las
cumples, el monstruo de esta historia eres tu… y sabes que me ha dolido mucho…
no sabes cuánto me dolió tu traición.
-Está bien Regia trabajaré contigo y haré
lo que me pidas…
-No, no, no… no es trabajo… es que seas mi
prometido… ya te lo he dicho y no hagas que te lo repita otra vez por favor.
Desde ese día, Gabriel comenzó a acompañar
a Regia. Apareció en una cena que Rafael organizó para anunciar la pronta boda
con Karen.
Rafael, quedó asombrado al mirar que Gabriel había entrado a la mansión en traje totalmente blanco, en brazos de Regia Del Monte.
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