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lunes, 12 de julio de 2021

CAPÍTULO 19 III

SILENCIO

Mucha tensión se había formado en la iglesia, la gente comenzaba a murmurar, y Rafael a impacientar, a pesar de caminar de un lado a otro, tenía la esperanza que Karen se apareciera, miraba el reloj y empezaba a llamarla pero ella no respondía. Joe se acercó y le dijo:

-¿Qué se va hacer?

-Esperar Joe, no nos queda de otra.

En eso llegó el carro en donde se supone que llegaría Karen y Rafael sintió un alivio. Una sonrisa mostró sus labios, vio bajar a Ignacio y que caminó hacia él, sin abrir la puerta trasera de la limosina por lo que supo que Karen no estaba allí.

Ignacio le susurró algo en el oído, y Rafael caminó hacia el cura en donde esperaba para luego tomar el micrófono y decir:

-La novia no llegará.

La gente comenzó a murmurar con las palabras y oraciones de lamentaciones, para luego oír de Rafael:

-No desperdiciemos la noche, sigamos al festejo, pues para eso fue realizado la fiesta, vamos y celebremos.

El público para no hacerle desprecio a la invitación de Rafael se dirigió al club, mientras salían por grupos de la iglesia.

Mientras tanto Ignacio le decía a Regia en discreción:

-Se escapó Regia, se fue de la casa, se llevó todas sus cosas…

-Esa desgraciada me las va a pagar –Dijo Regia mientras veía a su padre que se pasaba la mano por la cabeza.

Joe se acercó a Rafael, igual que Regia, y Rafael les dijo:

-La familia del Monte, no se deja caer por pequeños detalles, sigamos adelante, la vida sigue adelante. Siempre con la frente en alto.

Por ahora quiero que vayan a la reunión y hablen alegres con los invitados.

Por un lado el reportero tomaba nota de lo sucedido, en la cual saldría al día siguiente en el periódico “El empresario Rafael Del Monte fue embarcado por la señorita Karen” y más abajo Explicaba “De una forma muy extraña la señorita Karen nunca apareció en su propia ceremonia, mientras el empresario Rafael Del Monte, un hombre importante recibió su primer golpe al enterarse que jamás lo que sería su futura esposa aparecía, sin embargo, este empresario con agallas asumió su desdicha  con alegría invitando a su allegados al festejar su propio embarque, por lo que los invitados disfrutaron una noche de comidas, baile y muchas bebidas”

Mientras Regia al lado de Gabriel y Joe distraían a los invitados en la boda, Rafael se acercó a Diana quien alegre se reía de su desdicha le dijo:

-Te necesito Diana, vente conmigo, vamos a la habitación reservada.

Diana que no paraba de reír de felicidad le contestó:

-No Rafael ésta vez no me vas a utilizar, jamás volveré a tus brazos.

Rafael que estaba lleno de ira y de rabia le contestó:

-Acaso no crees el porqué me buscas, no soy yo Diana… desde siempre supe tu verdad, por eso nunca te tomé en serio… y sabes qué… espero que tu secreto siga bien guardado por tu bien.

Diana quiso darle una cachetada pero como Regia estaba cerca se quedó tranquila y le contestó:

-Me la vas a pagar Rafael algún día.

-Ya no me importas Diana, haz lo que quiera, ya a estas alturas, no me importa lo que hagas o lo que dejes de hacer.

Rafael caminaba sin dirección, y en cualquier conversación que se incluía, terminaban hablando de la desaparición de Karen y de su estado de ánimo, por lo que se dirigió a la mesa y tomó un pedazo de pastel y dijo:

-Disfruten de la fiesta… yo me voy a mi luna de miel… ya es tarde.

Caminó hacia fuera y vio la figura de una mujer esplendorosa, sabía que la conocía, por lo que se detuvo y fue tras ella.

-También te vas a burlar de mí –dijo él al acercarse por detrás

No soy yo quien para burlarme don Rafael.

-Siempre te he dicho que no me llames don Rafael, por favor, solo Rafael.

Ella lo miró con picardía y le contestó:

-Tanto tiempo Rafael…

-Sí, tanto tiempo… sabes que siempre me gustaste, desde aquella vez que tuvimos juntos.

-Nunca me hiciste caso. Además lo nuestro fue solo trabajo.

-Tú siempre pusiste barreras entre los dos. Siempre estuviste enfocada en tu trabajo y no me diste oportunidad de entrar en tu corazón

-¡Para qué! Para que lo rompiera como a las demás chicas.

-No digas esas cosas… mírame aquí solo y destrozado… soy un mendigo del amor.

-Te lo mereces… has roto muchos corazones.

-Quizás me lo merezca, pero no me voy a dejar vencer, pues soy más fuerte de lo que crees…

-Te veo tan chiquitito, pareces un niño que ha perdido a su madre.

-Ven acompáñame… vamos…

-Estoy comprometida...

-No te estoy pidiendo que te acueste conmigo solo que me acompañes en este momento tan duro para mí. Te juro que no te vas arrepentir.

-Solo un rato, no estoy sola… estoy esperándola. Y ya sabes qué…

AMOR ACUESTA

Regia lloraba por ese amor que no pudo ser, lloraba por ese amor en silencio, lloraba por aquella mirada que no vería más, lloraba por esa voz que jamás escucharía, lloraba por la respiración que jamás sentiría. Era tan difícil sobre llevar ese amor que no pudo ser y que le rasgó el corazón.

-Lo amaba Wichito, cómo pudo ser que se fue de mi vida.

Esta vez era Regia quien recostada en las piernas de Ignacio lloraba. Lloraba sin desconsuelo por el amor de Martín, jamás había sentido tanto amor por alguien como a él, pero el miedo corría por sus venas  y no se daría la oportunidad, por lo menos una vez en su vida perder el control. Era mejor lo que hizo así tomaría las riendas de su vida.

-Ya basta de lágrimas Wichito, borrón y cuenta nueva. Yo soy Regia Del Monte. Y seguiré adelante.

Regia se secó las lágrimas, se levantó del suelo y se miró al espejo.

-Gabriel hará que vuelva ese sentimiento que necesito para olvidar a Martín. Me levantaré como siempre lo he hecho, siempre firme.

Ignacio que guardaba silencio le respondió

-¿Qué quieres que haga?

-Mañana quiero que prepares una cena para nosotros dos junto a la playa, solo nosotros dos.

-Estás segura

-Sí, muy segura.

APACIGUAR UN POCO MÁS

Helena se había interesado de la forma tan vil cómo su hermano murió. Jamás habría pensado que sería una muerte tan cruel. Estaba consciente que en algún momento moriría por el trabajo que realiza pero jamás pensó que sería en manos de la rosa roja. Por lo que surgían muchas preguntas. ¿En qué momento su hermano se relacionó con la rosa roja? ¿Quién sería ese personaje? ¿Por qué lo mató? ¿Qué hizo?

Helena no paraba de llorar. Martín era quien la acompañaba a todos lados, eran inseparables, era el más objetivo y decisión en toda familia. Cómo Martín puso dejarse matar de la forma más tonta. Helena comenzaba a pensar y pensar y llegó a la conclusión que la única forma para que lo maten de la forma como murió era a causa de una mujer.

Helena no podía conciliar el sueño, mientras que Xavier buscaba la forma de consolarla. Quien también se hacía preguntas. ¿Quién en realidad es Helena? ¿Por qué Stephanie había cambiado? Por lo que comenzó averiguar pero no tardó mucho para que se enterara del trabajo de familia.

Ya no había vuelta a tras, pues estaba enamorado de Helena, era su consuelo, su amiga, su novia. En estos momentos no la dejaría. 

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