DESPUÉS DE ESO
Había pasado un año desde que Erika murió.
Marisol su cómplices. La familia Del Monte, quedó como la víctima de una mujer
asesina, por lo que le dieron la fama a la red hotelera de Rafael. Todos
querían asistir al hotel donde Gabriel desapareció de vista. Los reportajes
eran frecuentes en las diferentes redes sociales y todas las familias de la
ciudad la conocían, hasta los niños que comenzaban a tener conocimiento
hablaban de la familia Del Monte.
Regia había asumido más responsabilidad que
tenia con la sociedad. Las obras de caridad, las damas de blancos, la ayuda a
las escuelas y Regia comenzó hacer dispensable para muchas iglesias que
necesitaba de su ayuda.
Ignacio le había comunicado sobre el
paradero de Gabriel. Pues se encontraba en el bar de Uriel. Para ella mientras
lo mantenía a la vista no representaba un peligro. No era el momento de actuar,
pues sus ocupaciones no le permitía pensar en otras cosas que no fuera de ser
la mujer más popular del país.
Parecía haber olvidado aquella Regia del
pasado, aunque a veces tenía pesadillas con el sacerdote Claudio, Marisol o la
mismísima madre. Se levantaba en la noche con el corazón agitado y veía a
Daniel caminar muy cerca de ella o a Mía suplicar piedad. El rostro de la Guaricha
y Manuel en la cama. Luego de caer en cuenta que solo era pesadilla se sentaba
en la cama y decía;
-Regia cálmate es una maldita pesadilla.
Con el temple que tenía y el carácter regio
que la caracterizaba, terminaba en la silla, ida de la realidad, con Ignacio a
su lado peinándole su larga cabellera.
-Aquí estoy Regia, tranquila, mi pequeña
Regia te voy a cuidar…
Había asumido su nueva vida, quería dejar
el pasado, como lo prometió al sacerdote Claudio allá en la iglesia ante de
Dios. O la hizo cambiar esa última vez que vio a su madre en aquella noche al
despedirla de la casa, donde le dio un
beso en la frente, sin saber que era la última vez que la vería. Y sobre todo
el valor que tuvo su madre al quitarse la vida solo para que no fuera
descubierta. Era una promesa entre las dos, quien fuera descubierta primero se
quitaría la vida para no delatar a los involucrados y llevar a la tumba cualquier
secreto.
ALGO DE MARISOL
Lupe casi no sentía libertad en la casa,
en su tiempo libre se iba al jardín, o se quedaba encerrada en su habitación,
con tal de no encontrarse con Ignacio hacía lo que fuera. Y no era porque se
sentía mal por los besos robados o la miradas provocativas de Ignacio, sino por
aquello que sentía por él, cada día ese amor iba creciendo, y aún cuando sabía
que el amor que sentía Mario por ella era más conveniente que lo que sentía por
Ignacio, pues no dejaba de pensar en él. Era tan difícil de escoger a uno de
los dos. Y el miedo la carcomía por dentro que prefirió quedarse en su
habitación.
En su habitación Ignacio toco la puerta.
-¿Qué haces aquí Lupe? Te busqué en la
cocina
-Disculpa me duela la cabeza
-Sabes que no aguanto las ganas de no
verte, quiero verte a cada rato Lupe, me vuelves loco, quiero abrazarte, darte
un beso, sentir tu piel junto a la mía… te amo Lupe y ya no lo puedo negar… el
no verte me vuelve loco
Ignacio caminaba hacia ella, mientras ella
retrocedía, impaciente y nerviosa.
-Por favor, aléjate de mí, no quiero
verte, dame tiempo para pensarlo…
-No tienes nada que pensar, soy el hombre
de tu vida, quiero estar allí cuidándote y protegiéndote.
Ignacio se le acercó tanto que ella no
pudo resistir su aliento muy cerca de ella, por lo que lo abrazó, cerró sus
ojos y sus labios se juntaron para sentirse uno a al otro. Era verdad lo que
sentía Lupe por él, en su estómago sentía mariposas que la llevó volando al
espacio.
-Lupe te amo
Ella reaccionó y se acordó de Mario, por
lo que lo empujó y se le cayó el cepillo que llevaba en mano. Ella se agachó y
vio algo raro en el suelo, pero disimuló y levantó el cepillo.
-Ignacio, por favor dame tiempo… Mario
sigue siendo mi novio y debe respeto de mi parte… Mis padres lo aceptaron como
mi prometido y se me va hacer difícil terminar con él… mientras tanto deseo que
respete mi decisión.
-Piensa lo que quieras, pero sabes bien
que nunca voy aceptar un no de respuesta, tu eres mía, te quiero para mí, yo te
voy hacer feliz Lupe.
Ignacio le tomó por el mentón y le dio un
beso en la frente mientras ella cerro sus ojos.
Ignacio dio medio vuelta y se retiró de la
habitación, ella corrió y pasó seguro a la puerta y se dirigió al suelo, y
entre el suelo y la pared había una abertura y en ella estaba un teléfono.
Sabía que era de Marisol, porque se lo había visto y llevaba la letra M hacia
un lado.
Al cargar el celular, comenzó a mirar las
fotos y vídeos, en ella se mostraba a la señora Erika con Joe, besándose, luego
Marisol con la ropa puesta de la señorita Regia y finalmente el baúl que de
repente desapareció de la habitación de Regia como si nada, con un traje negro
y una máscara de porcelana.
Lupe se asustó tanto de lo que había
descubierto que llamó a Mario.
REMPOVER EL PASADO
Xavier se había convertido en cliente fijo
del bar, no veía a las bailarinas como objeto sexual, sino como amigas. Recibía
de Stephanie algunos entre mesas para pasar la embriagadez. Aunque desde que
supo que tenía un hijo, había decidido descubrir quien era ese niño.
Ya no era para pasar la pena de haber perdido a Marisol, sino por encontrar
ese hijo, que solo Diana sabía la verdad, que por lo menos eso era lo que
pensaba.
-¡Hola Diana!
-¡Hola Xavier!
-¿Cómo está Diana?
-Muy bien y tú
-Ya sabes lo que quiero Diana… quiero el
nombre de esa familia.
-No lo sé Xavier, por lo que más quiera…
esa noche fue borrosa para mí, solo sé que estaba sola, me moría de miedo, y no
sabía de mí
Mientras Xavier se recuperaba de las
bebidas, comenzaba a utilizar el dinero que le dejó Marisol en buscar a su
hijo. Había asistido al registro civil, a las parteras que él conocía y hasta
los hospitales de la ciudad en busca de información. Hizo cálculo de la edad
del niño y veía en cada joven el rostro de su hijo y cada día se hacía ilusión.
-Me estás engañando Diana… nunca tuviste
un hijo conmigo.
-Puedes pensar lo que quieras, ya tengo mi
conciencia tranquila…
-Por favor dime…
-Es la verdad que no lo sé…
Xavier estaba lleno de impotencia, y más que
eso de injusticia, pues jamás se le preguntó si quería o no tener el hijo.
Esa noche se le acercó Delia, que supo que
esa noche tenía un fajo de dinero en mano. Era la primera vez que lo vio con
tanto efectivo.
-Te has vuelto parte de nuestra casa… a
veces hasta pienso que eres empleado.
-Delia deja las payasadas y vete de mi vista.
-Eres muy arrogante Xavier… sabes que te
puedo llevar a las nubes si me lo pides…
-Vete al carajo…
Raquel que estaba cerca, y que sabía como
era de insistente Delia cuando se le antojaba un cliente, se les acercó:
-Xavier querido vente…
Xavier sin saber porqué se levantó de la
silla y siguió a Raquel. Por primera vez, pasó por ese pasillo donde las
bailarinas cada noche caminan antes y después de bailar. El olor a baño de
crema, incienso, perfume y café se paseaba por el ambiente. Un camerino y otro,
y más allá el salón, entraron a una habitación.
-Quédate aquí Xavier mientras vuelvo –Dijo
Raquel al colocarle una almohada en su cabeza
Era la primera vez después de tanto tiempo
que Xavier se había sentido protegido y amado. Se le había olvidado tocar la
mano a una mujer. Solo recordó ver a Raquel cerrar la puerta antes de quedarse
dormido.
UNA LUZ
Gabriel cada día, iba tomando más fuerzas,
aprendió donde pedir las bebidas, las comidas y hasta entrevistar a las chicas
del bar. Ya no se ocultaba. Parecía estar conforme en el lugar, hasta el punto
de pensar en abrir su propio bar.
De vez en cuando caminaba por las cercanías
del bar, trataba de ponerse en forma, practicaba defensa personal e iba a sus
consultas médicas. A veces lo acompañaba Stephanie quien los dos se juraron
cuidarse las espaldas. Stephanie se sentía protegida cuando un guarda espalda
enviado por Martín mandaba a buscarla y Gabriel la acompañaba.
Hasta Helena llegó a pensar que era su novio y lo aceptó en la familia. Por su parte, en el corazón de Gabriel solo existía un objetivo que se llamaba Regia Del Monte. No quiso ir a la comisaría porque no tenía pruebas que demostrar que fue ella quien trató de matarlo, además prefirió tomar justicia por sus propias manos aún cuando eso lo llevara a la cárcel para toda su vida.
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