Otra vez lloviendo... llovizna, más bien. Mis niños durmiendo y sólo queda ésta semana de clases. Con ganas de ir a la playa o al campo, lo que sea es bueno, pero lo que si es cierto, es que no podemos dejar la casa sola.
Los ramajes están húmedos, parecen entristecidos al igual que yo, y no es que parezca sino que estoy. Quizás sea por el día, por las hormonas, por el cuento que no he podido escribir o porque hoy el mundo me parece un grano de arena y no tengo por donde escapar, y estoy triste.
Sigue lloviznando y quisiera quedarme acostada sin mover ni siquiera un dedo. Y lo único que me consuela son las palabras y ustedes en donde puedo expresarme lo que sea.
Escribe Hogareña
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