…Las huellas del autobús amarillento se
borraron primero en el polvo de las sabanas y luego en el lecho arenoso de los
ríos sin agua, pero no en el corazón de Sebastián. Cuando dijo “Hay que hacer
algo”, en el patio de las Villena, no lo dijo por decir, sino porque lo
escuchaba como mandato imperioso de su condición humana…
CASAS MUERTAS
MIGUEL OTERO SILVA
Escribe Hogareña
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