Que sueño tan raro tuve anoche. Les voy a
contar: soñé que estaba en la Asamblea Nacional de la República, yo estaba a un
lado observando cómo decían una partida o proyecto. Al frente, en dos hileras
de sillas se encontraban los diputados de la oposición y en cada extremo los
del gobierno.
El presidente de la Asamblea hablaba y hablaba
y los demás alzaban las manos contestando a todo “aprobado, aprobado y
aprobado”, los diputados del gobierno que eran muchos, felices se burlaban de
los diputados de la oposición que eran poco. Ellos cabizbajo pero con una
firmeza tremenda mantenían su posición a pesar de las burlas y humillación del
contrario.
Mi corazón se puso chiquitico que quise llorar
al observarlos con mucha fuerza pero sin poder hacer nada porque no tenían voz.
Apenas a lo lejos se podían escuchar una vocecita cansada diciendo “seguiremos
luchando a pesar de este monstruo”, fue allí cuando me desperté, y era verdad
tenía y tengo el corazón chiquitico, pensando y pensando, y es que recuerdo que
hay un canal, en donde sucede exactamente lo que pasó en mi sueño “no es
embuste o simplemente un mal sueño”. Gana y se hace lo que diga el gobierno,
así tenga o no tenga la razón, le guste o no les guste a quien sea.
Es el poder, y Dios quiera aquel que peque y
opine lo contrario porque será juzgado con dureza y con todo el peso de la ley,
aún cuando no haya cometido ningún delito. Es por eso que nadie opina y nadie
dice nada solo aquellos valientes que no se dejan amedrentar y que conocen cuáles
son sus deberes y derechos.
Escribe Hogareña
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