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lunes, 15 de septiembre de 2014

PRIMER DÍA DE CLASES

Hoy empieza las clases escolares en mi País. Los niños emocionados deseosos de estrenar uniforme y zapatos nuevos. Con ganas de ver a sus viejos compañeros y maestras. Y por supuesto utilizar sus cuadernos y lápices olor a la fresca madera recién cortada.
Desde hace varios días anunciaron el regreso a las aulas, las maestras se incorporan, los de mantenimientos tratan de mantener limpia la escuela y los directivos luchan por poner orden en su gestión.
Y la burocracia de las instituciones se hace sentir en la ausencia de los niños. Se anuncia el nuevo año escolar. Son muy pocos los que asisten en la escuela. Una semana perdida, todavía inscriben, los salones sin ni siquiera acondicionado al grado y, las sillas con polvo y tela de araña. Monte de un lado a otro. Sin olvidarse los perros callejeros y sarnosos que deambulan de un lado a otro sin motivo ni razón.
 Las maestras se saludan, hablan de sus vacaciones, de su nuevo corte de cabello o simplemente se sientan para criticar a las otra maestras.
Los representes con sus pantalones pegados a la cintura y camisa transparente enseñando el ombligo mientras que el tripero de garriba se sobresalen por los lados, claro, en chola y más atrás los niños perdidos y extrañados del porqué su mamá lo lleva arrastrando de nuevo a la escuela, sin saber para qué sirve estudiar. Sin mencionar las tremendas listas de útiles que piden los maestros y que se cumplan todos materiales. Aún sabiendo que los representantes no tienen en dónde caerse muerto, pero eso sí, para comprarle todos los días una malta con una empanada sí tienen menos para levantarse temprano para hacerle una arepa a sus hijos.
Las tareas asignadas por el maestro es relacionado con lo que indica el gobierno (los libros bolivarianos con toda sus ideologías), pues, los maestros más viejos luchan por esa adversidad. Aunque a mi parecer el gobierno va a lograr moldear a los niños venezolanos de acuerdo a su manera.
Mientras tantos los niños felices cuando reciben la canaima, aunque la mayoría los dañan por mal manejo o simplemente no saben que hacer con ella.
Algunos niños quinto grado saben sumar y restar pero ninguno multiplicar ni dividir, hasta llegan a la universidad sin saber sacar una ecuación.
Es una lucha constante entre la comunidad, escuela, sociedad, y educación. Si me pregunta cómo es la educación en mi país yo diría que "es una lucha constante", estudia el que tiene es deseo de salir adelante" es ese niño aplicado en sus tareas y que la familia apoye.  
Escribe Hogareña   

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