A veces quisiera “tirar la toalla” y dejar que
todo siga su curso, sin proyectos ni deseos de que se hagan realidad los
sueños, simplemente quedarte allí en la mecedora, junto al jardín y mirar el
cielo mientras veo pasar la nubes con sus figuras asimétricas.
Con el cansancio a cuesta, lo que me provoca
es perderse del tiempo, a lo mejor ir a la playa o a las montañas, al lado de
mis seres más querido o hablar con alguien que no he visto desde hace muchos
años.
Olvidarse del curso de la vida, y de mi misma.
Encontrarme más relajada o apropiarme de mi espíritu.
Después de tantos días de emociones, algunas
buenas y otras no muy buena, solo te queda el agotamiento y lo que provoca es
rendirse. Tantas trabas, uno, dos, tres y cuatro e infinidades de veces y no veo el final que se hace cada vez más lejos.
Escribe Hogareña
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