...Toda la isla de la Margarita estaba acurrucada
en torno a la imagen y el mar que la rodea parecía venir adorarla: Un eco de
murmullo que no se extingue pasaba de boca en boca la oración incesante que la
nombra. Virgen Santísima, Madre de Dios. Dentro de la iglesia, fuera de la
iglesia, en el mar, en la tierra, en la lucha y en la tregua, en las calles
soleadas y en los patios sombrosos, el murmullo se confundía con el del viento
en las hojas de los árboles y en las ramas de las palmeras...
EL CAMINO DE EL DORADO
ARTURO USLAR PIETRI
FIGUEROA
Escribe Hogareña
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