Un señor en la cola se lamentaba del socialismo que estamos
viviendo, decía con cara de tristeza:
-
¡Carajo, éste no es el
socialismo que yo quería!
Y el que lo escuchaba también entristecido agregaba:
-
Sí, es verdad, nos
engañaron…
Y el otro:
-
No es lo que yo soñaba
para mi país, para el pueblo, ni para mi familia ni para mí… estoy viejo sabes…
he vivido buenos momentos en otros tiempos… y creí en ésta revolución, pues es
un fracaso total… en qué podemos remediar nuestras fallas, nos engañaron
hermanos, lo lamento por mis hijos y nietos…
El otro lo miraba, con aquellos ojos hondos y cansados de
tanto tiempo en la cola y luego seguía:
-
Nos mostraron otra cosa y nosotros caímos
pendejos…
Yo no dejaba de mirarlos, los dos señores que antes eran de
otro partido ahora son revolucionarios arrepentidos. Acaso muchísimas personas
les habían dicho al pueblo que ésta revolución era una fracaso, sin embargo,
elegimos un espejismo, una falsa y un engaño.
Y allí están las consecuencias, los venezolanos pasando
vaina tras vaina, lamentándose en un imposible y añorando viejos tiempos. El
gobierno con tanto poder en sus manos no va a dar sus brazos a torcer, sería
cuchillo para su pescuezo, más bien, tienen que seguir oprimiendo para
mantenerse en él.
-
En otros momentos
pensé que estaba viviendo mal y resulta que no era así… mal estamos ahora ¡qué
podemos hacer hermano! – seguía el señor hablando.
-
Nada hermano esperar
que algo suceda…
Parece mentira hace quince años, el hablar mal de la
revolución era un pecado, un sacrilegio y una tortura de parte de la gente que
estaba ciega. Ahora, tú los ve en la cola y en cualquier lado quejándose de la situación
del país, claro, ahora nadie es revolucionario ni chavista, el que lo es y lo
proclama es pisoteado por el pueblo dolido.
Gente que grita por todos lados “Caramba, no querían
revolución, pues, allí tiene tu revolución, tómalo por el pecho”
Como otro señor que decía:
-
Los que no son del
psuv que se salgan de la cola porque ésta comida es del gobierno, y si ustedes
no son del gobierno entonces que hacen aquí, habladores de paja…
Era el único revolucionario y la gente se alzó gritándole:
-
Es tu revolución que
nos tiene haciendo cola… por culpa de Chávez estamos soleándonos… acaso no
tenemos derecho de comer… con el petróleo es que están comprando la miserable
comida, la poca comida que nos tienen peleándonos los unos a los otros…
Ahora sí que son buenos los empresarios, aquellos que tanto
difamaron, apedrearon, destruyeron y sacaron del país. Se les oyes decir sus
nombres y apellidos, invocándolos que vuelvan o regresar al pasado.
Y yo callada bajo una mata tratando de no agarrar tanto
sol, sin embargo me quemé toda, el rostro y otra vez la gripe, porque después
que hizo sol llovió y el que se salía de la cola no lo dejaban entrar otra vez.
Escribe Hogareña
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