Para el día martes se celebra el día de la alimentación. Y
la maestra de mi hijo quiere celebrar el día con una tremenda comida, pues ha
pedido pollo horneado con ensalada y jugo de frutas. Claro está, a los
representantes les parece una buena idea, pero de dónde sacamos el pollo. No
hay pollo. Desde hace más de un mes que no comemos ese tipo de carne.
Y mi esposo dice “si yo compro pollo es para comérmelo
porque tengo tiempo sin comer eso”.
Y en un resumen de la dieta de mi hogar puedo decir: sin
ver la harina de trigo más de un año, sin tomar leche más de dos meses (esa soy
yo pero hay hogares que tienen más de ocho meses), sin comer pollo un mes y
medio, cloro tres meses, jabón un mes (gracias a Dios que tengo guardado tres
jaboncitos).
Y otras mujeres que no han visto aceite. Y yo tengo dos
litros porque mi dieta se basa en asado o al vapor. Espagueti sólo un
paquetico.
Yo todavía tengo posibilidad económica para sobrevivir aunque sea unos meses más.
Pero para Marinel la vida le ha pegado muy duro. Me contó que se estaba bañando
con detergente para lavar ropa, sus toallas sanitarias es la ropa que la va desapareciendo
poco a poco, y con todo el dolor del mundo ve sus camisas destrozadas para
poder cubrirse sus partes íntimas. El niño no usa pañales, en las noches le
pone bolsa para que no moje la cama. Apenas si ha comido arepa, queso o un buen
jugo de frutas.
Lo cierto es que no es solo la escasez la que la está
golpeando, sino el desempleo, su esposo no trabaja, pasa el día mirando la
televisión y esperando que llegue cualquier producto para comprarlo y revenderlo,
se metió a buhonero, que tampoco le provee mucho dinero. Por eso han discutido.
Ella se separó de él por unos días y quiere que le hagan un préstamo. Pero
quien le va hacer un préstamo, porque ella sabe al igual que todos que no tiene
con qué pagar. Nadie se atreverá darle el préstamo a menos que sea regalado.
Anoche no pude dormir pensando en la miseria que viven los
venezolanos, es horrible, estamos pasando hambre. Eso que dice que los pobre
has sido re-indicados, que están viviendo en mejores condiciones, es pura
patrañas, mentiras y todos los calificativos conocidos.
¡Qué lástima con Marinel, está tan flaca, demacrada y
atormentada! ¡A ver en qué la ayudo! Porque hoy es ella pero mañana puedo ser
yo. Quisiera tomarme un café con leche.
Escribe Hogareña
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