CONOCIENDO
EL MAR
Su corazón comenzó a latir
fuerte, algunos suspiros profundos se alejaron con el recelo cuando pisó
aquella arena suave que se enredaban en sus pies. Era como le habían dicho. La
brisa le batía el cabello, y la rebelde agua cristalina incitaba descubrirla.
Aquellos pensamientos que se imaginó en la cocina cuando movía el guiso, los
momentos que vislumbró en el chinchorro y los cuentos en los ramajes del guamo
quedaron en el recuerdo.
Se puso el mismo pantalón
desteñido de siempre, aquel rojizo pálido que
siempre usa para bañarse en el riachuelo, en aquella tranquila agua
dulce con hermosos paisajes al otro lado. Asombrada se acercó lentamente hacia
la orilla, el agua golpeaba sus piernas y lentamente se adentró un poco más,
sin saber cómo una y otra ola la arrastró, aún más, haciendo que se volcara y
arrastrara sin control. Muchos trago de agua salada, fue a parar a su estómago,
para luego, ser empujada a la orilla otra vez. Con el cuerpo lleno de arena, el
cabello tieso y piel pegajosa se quedó mirando el infinito mar hasta
confundirse con el cielo azulado, queriendo nuevamente zambullirse en ella con
los ojos aguados.
DAILET
M. BUTTO R.
Gracias a "Letras con Artes"
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