Más que agradecida...
FLORECER EN EL PASADO
Salí como siempre, con la
diferencia que en este día el sol resplandecía más que ayer y la alegría salía
de mi cuerpo que flotaba a los alrededores. Yo lo sabía, así como el gentío que
me mirada desde el cabello hasta la punta de los pies. Caminé por las aceras en
la finura de los buenos modales, las vitrinas se hacían glamurosas en el
reflejo de la complacencia que seguían mis huellas y la felicidad recorría por
mis venas como si fuera la primera vez en caminar aquellas calles del viejo
centro de la capital.
Una casa nueva más allá y un
local recién inaugurado por acá, ya no
somos los mismos; quizás envejecidos y sabios. No está el señor ensombrerado de
aquellos tiempos, Carlota sigue en el kiosco junto a la plaza, los niños ahora
son hombres enamorados y muchos abrazos colmados de recuerdos regocijados de
gruesas lágrimas de emoción hacen que el día nunca termine.
DAILET
M. BUTTO R.
"Letras con Ates"
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