DESCONOCIDO
AMOR
Lloraba y lloraba sin
contener los suspiros, llorando y
llorando como nunca la había visto, con el alma destrozada y miles de lágrimas
que no dejaban de rodar por las mejillas hasta caer gotas gruesas en sus
hombros y mojar el vestido, recostada a un lado de su lecho se lamentaba de la
desdicha adquirida. Quise consolarla pero mis palabras no eran suficientes para
levantarla del vacío. Abrí las ventanas de par en par y los primeros rayos del
sol golpearon aún más la tristeza.
Y por primera vez al
contemplarla, también me sentí afligida, con pocas emociones, por más que
quería gritar solo me quedé paralizada, anhelé ser como ella, quise sentir ese
dolor por amor que ella concebía en el alma, el deseo de enamorarse y ser
amada, esa pasión que todos hablan con tanto afán y que se ha quedado en el
olvido, a lo mejor menos importante, bajo llaves en un baúl antaño, el que te
hace estar siempre apegado al cariño. Aunque después tenga que llorar y llorar
el infortunio, así tenga que disimular y disimular la desdicha, pero por lo
menos conocer el amor como ella lo había conocido.
DAILET
M. BUTTO R.
Escribe Hogareña
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