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jueves, 19 de mayo de 2016

Y NO PUDE COMPRAR NADA...

Me levanté a las tres de la mañana "ahora parece que mi vida es nocturna, de levantarme a las dos o tres de mañana para ir hacer cola en cualquier lado o lavar la ropa antes de que se vaya el agua o la luz". Lo cierto, es que hoy fue el día que decidí ir al supermercado del gobierno, pues, se vendía 2 espaguetti, 1 arroz, 1 mantequilla, 2 aceite, 2 harina y 1 lavaplato.  No había ido desde que aquella vez que la mujer me ofreció darme unas puñalada si la empujaba y resulta que toda la gente detrás de mí empujaba, imagínense por el miedo que pasé. Desde esa vez me repetí no ir más, pero como no ir si no tengo nada que darle de comer a mis hijos.

Como les iba diciendo, salí a la tres de la mañana, sin tomar siquiera café, sólo un envase de agua, y el dinero guardado entre el pantalón. Con mucho miedo mi esposo me llevó, pidiéndole a Dios que no nos fuera a robar el carro, ya que a una amiga por ir a una cola le quitaron el carro hace unos días. Resulta amigos míos, que había muchísima gente, para mi sorpresa es que la gente estaba haciendo cola desde el día anterior, es decir, desde las nueve de mañana supuestamente había una tremenda lista. 

A esa hora los bachaqueros empezaron a vender los puesto desde quinientos a mil bolívares. Yo no conseguí a nadie que me los vendiera, de lo contrario lo compraría. Había llegado tarde. Llegué al número cuatro cientos personas, caramba nunca iba a pasar. Pero me quedé.

A las ocho y media que abrieron el supermercado, pasaron los funcionarios, familiares y amigos de los que trabajan allí sin hacer cola. Se fue el sistema (internet), allí duramos dos horas más hasta que llegó. Llovía y hacía sol. Y yo con hambre con dolor de espaldas y caderas. 

La gente maldecía al gobierno, sí lo maldecían. Maldecían al supermercado, peleaban con los militares, la gente se peleaban y así pasó el día y no pude comprar nada. De regreso a casa con las manos vacías, débil, con dolor en todo el cuerpo, el bullicio de la gente grabado en mi mente, con mucha impotencia y rabia. 

Y lo que más de dolió fue mirar aquellas personas de tercera edad haciendo tal sacrificio, mujeres embarazadas y discapacitados, ellos y nosotros siendo tratados como animales, más bien creo que ni a los animales se tratan así. Allí  en loas colas todos somos iguales, no hay humanidad con nadie porque todos estamos sobreviviendo y gana el más fuerte. Y hoy fui la débil. 

Me sorprendió mirar a jóvenes hablando entusiasmado de que éste gobierno llegó a su final. Nadie los quiere y me convencí por bocas  de los más humildes que están dispuestos a votar en contra de presidente. No hubo nadie que opinara lo contrario. "Fuera Maduro que nos está matando" decían todos "Está loco Maduro", "cualquier otro gobernante con tal que no sea éste loco".

Y yo por mi parte no iré más para ese lugar, aunque ya lo había dicho con anterioridad y fui. Pobre mi esposo que tendrá que trabajar más para comprarle a los bachaqueros.

Arroz precio regulado 20,00 y los bachaqueros 1.200,00
Espaguetti 17,00 y los bachaqueres 1.800,00
Harina de maíz 20,00 y los bachaqueros 1.000
Crema dental 15,00 y los bachaqueros 700,00

Y así es todo.

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