Se mueven las cartas, las posiciones y la estrategia es otra. Los errores que se comenten con tanta frecuencia hace que no perdonemos, aunque la vida dice lo contrario.
La vida cambia por una mala jugada del quien se creía confiar, después se resistirse aceptarlo, para luego, jugar la última carta escondida bajo la manga, a la que se olvidó.
Escribe Hogareña
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