Con mucha tristeza y sin ganas de hacer nada, pero la vida sigue. Otro joven cercano a la familia muerto. Qué tristeza. El hampas vuelve hacer de las suyas. Solo para quitarle la moto, y él no se resistió y sin embargo lo mataron. La vida del venezolano no vale nada.
Y con la tristeza que ya me envainaba desde hace días y con ésta noticia, lo que provoca es ponerse a llorar, llorar y llorar.
Escribe Hogareña
0 comentarios:
Publicar un comentario