Desear lo que no se
tiene y lo que no se puede, a lo mejor es envidia, querer alcanzar lo que no
puede, soñar lo imposible o no ser realista a la situación. Pero que importa es
mejor imaginarse cosas, soñar y más soñar porque es lo único que no nos pueden
robar ni quitar.
Que más vale, si más
bien vale mucho, más que cualquier cosa, soñar por un mundo nuevo, mejor
calidad de vida.
No podemos desaparecer
del mundo en que vivimos, ni tenemos varita mágica para mejorar la que tenemos,
huir mucho menos, sino seguir adelante con lo que vivimos, sin dejar de soñar
por un futuro mejor y desear lo que no tenemos hasta que se haga realidad. Eso
sí, sin perder el control y la compostura, decentemente con la elegancia que
nos caracteriza.
Escribe Hogareña
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