Especialmente a la editorial "Letras con
Artes" en España. Gracias por su apoyo.
UNA
NOCHE FRÍA
Por instantes la noche se
alumbraba, y era cuando podía distinguir
los árboles batiéndose unos a los otros y el furor de la brisa pegaba en
los ventanales haciendo que éstos se golpearan contra la pared. Las gruesas
gotas de agua pinchaban las aceras hasta desbordarse en la tierra, y José
seguía sacándole filo a una estaca. De vez cuando agarraba la botella de
aguardiente y se echaba un sorbo al sentir el soplo del aire frío sacudir su
entraña.
La última vela seguía
derritiéndose lentamente, una sola vela, a media, y el fuego se avivaba al
cerrar nuevamente las ventanas. Era la única llama que tenía la fuerza de
llegar hasta el final en esa noche helada.
DAILET
M. BUTTO R.
Escribe Hogareña
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