CON MIS ZAPATOS DEPORTIVOS

Desde ayer acomodé mis zapatos deportivos, un poco de cepillo y con la conciencia de ir hacer cola. Sólo por el día de hoy averiguar en donde se está haciendo las colas y que van a vender, la hora que tengo que levantarme mañana y hablé con la maestra de mis hijos porque estos días no irán a la escuela. Lo cierto es que sé a qué hora voy hacer colas pero no sé la hora que salga. Ahora me pregunto cómo harán las amas de casas que no tienen carro, la semana pasada le pregunté a una:

−        ¿Y cómo haces?

Y ella con la piel bien tostada y los ojos languidecidos:

−        Bueno hija… algunas veces agarro la cola con la vecina y otras en carrito por puesto, ya sabes… de aquí para allá, eso sí cuando llego a casa mis niños me tienen la comida hecha y ese día no hago nada en la casa…

Mi madre me llamó ayer y le dije:

−        Mami voy hacer cola…

Y ella suspiró y me contestó:

−        ¡Ah! si consigues café, harina, detergente, y toalla sanitaria me compra…

−        Pero mamá... cómo te voy a comprar, no puedo… solo venden dos paquetes de harina (si es que lo venden), café quizás una sola bolsita, las toallas sanitarias tengo que buscarlas como palito de romero y detergente es lo que más se puede conseguir…

Y ella se quedó en silencio y agregó:

−        Bueno me compra mayonesa y aceite pues…

−        Todavía me queda medio frasco de mayonesa y tengo aceite… si te consigo te los mando… lo que sea madre lo que consiga lo comparto contigo

−        Está bien hija…

−        Tú sabes que hay que salir mamá… encerradas en casa no conseguimos nada…

−        Pero hija como hago, ya estoy muy vieja y me canso mucho, los dolores en las rodillas me está matando…

−        Sí mami yo lo sé y no te preocupes que lo que consiga te llevo…

Recuerdo cuando estudiaba bachillerato, siempre me enseñaron que mi bella Venezuela desde la colonia había sido un país exportador, sobre todo de café, azúcar, cacao, maíz y otros. Y yo me sentía muy orgullosa, era como si estuviera sentada en un trono, me gustaba leer y leer los intercambios comerciales de mi país y la economía parecía estar estable. ¡Dónde está ese país! ¡En qué momento lo perdimos! Es como si nos hundió la tierra. El acostumbrado café de las mañana se redujo a agua hervida sin azúcar. A nadie se le niega una taza de café pero como hace las personas que tienen el café, lo esconden para que les dure un poco más.

Una amiga me visitó hace varios días pero antes me envió un mensaje diciéndome:

−        Hola amiga paso por tu casa para visitarte para que me brindes una taza de café.

Después que hice café lo endulcé con papelón, ella tomándolo me dijo:

−        Tú me vas a disculpar amiga, pero no tengo café y la mejor forma de tomar un poco de café es visitar a mis viejas amigas…

Y sólo me quedó en decirle:

−        Buena estrategia amiga, estos días vendrá a buscar el desayuno, almuerzo y cena…

Ella me queda mirando, deja de sonreír y agrega:

−        A eso vamos a llegar… pero si después, tú no tiene ¡qué vamos hacer! ¡a dónde vamos a llegar!

Escribe Hogareña