skip to main |
skip to sidebar
A TI MI PAPI QUE TANTO AMO
Las nubes están grises,
la luna no se ve, está lloviendo, el atardecer parece triste, el día parece
triste, yo estoy triste, mi corazón está triste, mi alma está desgarrada por el
dolor que fluye de él. Mi espíritu desolado no tiene consuelo, mi vida sin ti
es un río de llanto que cada día me desgarra más y más hasta quedar sin
aliento, sin aire y sin esperanza de volverte a ver. Cada día se hacen lejanos
los recuerdos de tu rostro pero el dolor está intacto como el primer día que
partiste de nuestro lado, este nudo en la garganta que me ahoga y me quema por
dentro, es como vivir desamparada, como niña abandona a media noche donde la
gente zumba la basura.
Un año más sin ti y te
recuerdo muy poco, pero lo poco que recuerdo hace que me hunda en el
abismo de la soledad, en el pasado, en
tu sonrisa, en mi niñez, en aquellas veces que con tus tiernos abrazos me
consolaba, ahora te fuiste, no está, tu presencia se ha ido muy lejos, se
perdió y no la encuentro, quisiera encontrarla, verte otra vez, pido una vez,
una última vez, aunque sea una última vez,
este sería mi último deseo, quisiera ir allá en este momento para darte
las gracias por todo lo que hiciste por mí y decirte que te amo, que siempre te
amé, aunque ya lo sabías y lo sé por tu sonrisa, sí, por tu sonrisa, siempre
tan cálida, llena de alegría, felicidad, serenidad, esa misma serenidad que
siempre te caracterizó.
Ya terminó de llover y
mi corazón descansa en estas palabras, mis mejillas están húmedas y mi hombro
ya tiene frío, se que está aquí muy cerca de mí, tan cerca que puedo sentir tu
calor, tu voz, tus gesto y tus consejos, ahora puedo decirte que te amo, que te
amo, que te amo, mi papá, ahora sé lo que tú sentiste aquella vez cuando muchas
veces te vi escondido detrás de la mata de mango llorar por mi abuelo, luego
por mi abuela, es el mismo dolor que ahora comparto contigo.
Sí pasamos tantos días
espinosos que a veces parecía que íbamos a morir de hambre, nunca desmayaste,
no nos abandonaste y salimos adelante. Como olvidarlo, jamás lo haría, no
puedo, no debo, no quiero, su rostro tan sutil, angelical, amable, melancólico
que siempre transmitía tranquilidad en los momentos más difíciles
transformándolo en alegría y paciencia, jamás lo olvidaré, jamás lo haría,
ahora puedo culminar estas líneas diciéndote a mi Padre: Que fuiste el mejor
padre del mundo y que hicimos un buen equipo juntos, nos veremos tarde o
temprano pero nos veremos y sé que estarás allí esperándonos con los brazos
abiertos, te amo papi, tu hija.
0 comentarios:
Publicar un comentario