PARA EL 1 DE SEPTIEMBRE II

El pueblo preparándose a lo inesperado, con mucha ansiedad limpia los zapatos deportivos, alisa la camisa que tiene que lucir y ya está en el closet guindada en un gancho, una botella de agua enfriándose en la nevera, la gorra que nunca falta puede ser blanca o tricolor con sus siete estrellas y finalmente al pie de la puerta tremenda pancarta alusivo a los derechos de los ciudadanos. Es la ansiedad acompañado con la adrenalina quienes saldrán a la calle reclamándole y exigiéndole al gobierno lo que por ley, derecho y deber deberían de cumplir.

A nombre de todos los venezolanos: por el desempleo, la inseguridad, la delincuencia, la injusticia, el hambre y las lagrimas corres por las mejillas. Por la falta de alimentos y medicinas, por los niños y ancianos que son los más vulnerables, por las madres que no tienen que darle de comida a su familia, por las humillaciones en las colas, por la impotencia cuando los jóvenes siguen muriendo por dos causas (uno que escogen la vida fácil de robar y consumirse en las drogas y otros jóvenes que son muertos porque los que escogen la vida fácil lo matan para robarle lo que carga encima), por los que van a cualquier lado y no consiguen ni siquiera un antibiótico para curar la amigdalitis), por la inflación y corrupción latente y que todo el mundo sabe pero que no hay un lugar a donde reclamar y pare de contar.

La inquietud por parte del  gobierno se comienza a sentir. Amenazas por todos lados y el deseo seguir teniendo el control es muy importante para seguir haciendo lo que le da la gana. Es su última herramienta para hacer lo que tienen que hacer. Ellos también sacarán a la calle a la gente que todavía creen en sus ideologías, son esas venezolanos que de algún modo se han beneficiado, no son mucho pero están allí, dispuestos también a ponerse sus zapatos deportivos, camisa roja, su botella de agua en la nevera, la gorra roja o tricolor y la pancarta en la puerta. 

Dos enfrentamientos, dos polos opuestos, ojalá no se encuentre en el camino, ojalá las marchas sean pacíficas, que no hayan más muertos ni enfrentamientos, pero eso es lo que se busca y así ganar tiempo. Como les había dicho ésta gente no se quedará con las manos cruzadas, harán lo que sea para contrarrestar lo que haga la oposición. Si la oposición saca su gente a la calle, el gobierno también. Si utiliza una estrategia el gobierno otra, si se basa en la ley el gobierno busca otro artículo, y así va... el gobierno vive contrarrestando lo que haga la oposición es como su sombra, con la diferencia que el gobierno tiene más poder que la oposición. 

Y la oposición tiene al pueblo venezolano, tiene el terreno ganado, un pueblo que ya no aguanta estar callado, un pueblo que está dispuesto hacer lo necesario para reclamar, hacer valer sus derechos, un pueblo que grita y que dice "abajo cadenas", un pueblo que está cansado de tanta hambruna, por un pueblo que llora y sufre día a día tanta desgracia, por un pueblo valiente y ganas de salir adelante y que no quiere seguir siendo humillados. 

Escribe Hogareña