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lunes, 14 de junio de 2021

CAPÍTULO 14 II

 ÚNICA INVITACIÓN

Aquella noche, el señor Rafael tenía una cena de suma importancia con la red hotelera en una hacienda apartada de la ciudad, por lo que era necesario la presencia de su esposa Erika como símbolo de un matrimonio feliz, y con ello no podía faltar Joe el Chofer y Maxi su ama de llaves.

Dichosa estaba Erika entre risas y elogios para su esposo que poco caso le hacía.

-¡Estás embriagada otra vez  -Le repetía Rafael

-No señor mío, mi amo, estoy muy bien, ni una gota he tomado hoy… voy a resplandecer entre los invitados y vas quedar como el grande ante todos esos empresarios y mafiosos  que tienes por amigos.

La alegría de Erika era por Joe.

-No son mafiosos son nuestros amigos… ¡Vamos apúrate que vamos a llegar tarde!

Luego de salir,  la casa quedó en silencio como era casi normal. Se podía sentir los pasos desordenado de Lupe que andaba de un lado a otro. Cantando a toda voz porque sabía que la señorita Regia también había salido. Cuando se pronto encontró una invitación que entró por la rendija de la puerta que decía para Marisol. Lupe lo tomó y se llevó a Marisol. Ésta lo abrió. Y era una invitación para el hotel Del Monte, era una invitación para una cena, de parte del señor Rafael y la seña Erika por la mejor empleada de la familia.

Marisol se emocionó al primer momento, su felicidad era inevitable y se le podía notar en su rostro, por lo  que le dijo a Lupe que se alistara para ir juntas. Pero como sabía que la casa no podía quedar sola, retiró la invitación.

Ya en su habitación cuando estaba lista para salir, se detuvo en la puerta y pensó fríamente.

-Y si solo es para darme dinero por las fotos, y si en realidad vio cuando le tomaba fotos, pero cuando supo que tenía algo de ella, como lo sabe… Será por Joe, será que Joe, Joe, Joe, Joe, le dijo que sospechaba de mí… no, no, no… es mejor no ir, mejor me quedo aquí… guardaré el vídeo en un lugar secreto donde nadie lo pueda ver… mejor lo guardo.

Marisol regresó, y guardó su celular en un lugar donde nadie lo podía encontrar solo una persona por si le llegara a pasar algo. Regresó a su cuarto, y dejó la cartera a un lado y se quitaba los zapatos cuando volvió a pensar.

-Y si estoy perdiendo la única oportunidad que pueda tener, me hace falta ese dinerito extra… no me caerá mal esos billeticos… la señora Erika tiene mucha plata, debo sacarle provecho a la situación, digo que es mejor ir, no debo perder esta oportunidad… además el señor Rafael estará allí…

Volvió a tomar la cartera, y salió por la cocina, sin volverle avisar a Lupe que sí saldría de casa. Y seguía pensando:

-¿Qué me puede pasar? Es un lugar concurrido, hay mucha gente… y si veo algo raro me marcho… La señora Erika es muy sensible… solo tengo que hablar con ella… todo va a salir bien… sé que caerá facilito…

Ya en hotel Marisol seguía pensando y su corazón no paraba de palpitar, se sentía sola a pesar de que el restaurante estaba concurrido.  Siguió caminando y preguntó al encargado por su mesa, éste llamó a la chica que la iba atender.

-Siga por aquí señorita –Dijo Karla.

-Karla, Karla eres tú amiga.

-Sí soy yo, siga por aquí…

-Que bueno encontrarte, me da alivio saber que alguien que conozco está aquí, dame un abrazo…

-No puedo Marisol estoy trabajando… pero me alegra verte… ¡qué haces aquí!

-El señor Rafael y la señora Erika… me invitaron a una cena.

-Es extraño, a ninguno de los dos los he visto por aquí.

Marisol fue llevada frente a la orquesta que tocaba Jazz, y aprovechó la situación para pedir del menú los platos más costosos.

-No llega el señor Rafael ni la señora Erika…

-No Marisol, no llegan.

-Ven Karla siéntate conmigo, aunque sea un rato.

-No puedo Karla.

-Entonces voy a pedir comida para llevar, quiero que se lo lleves a mi amorcito… el también merece comer lo que yo comí… puedes hacerme el favor…

-Claro que sí Marisol

A pesar que Marisol la estaba pasando muy bien, entre copas de champagne y el jazz seguía inquieta pensando.

-Será que la señora me dio esta cena con gratitud de lo que viene en adelante si me comporto bien… es para que no nada. Padre santo, este es el comienzo de una nueva vida, es el comienzo de una vida de lujos, este si es buena vida… esto sí es vida…

Marisol empezó a reír y brindar con los músicos, se había levantado de la mesa y brindaba con la pareja que se encontraba al lado. El encargado se acercó para tranquilizarla pero ella no hacía caso. Tomó la botella entre sus brazos y en la mano derecha tenía la copa y empezó a caminar por el pasillo de la cocina buscando a Karla.

-Karla vámonos, es mejor que me vaya contigo, estoy muy feliz y quiero ver a mi esposo, sabía que lo amo muchísimo, que es lo único hermoso que me ha pasado en ésta maldita vida, a veces pienso que no soy merecedora de su amor, y eso quiero decírselo en persona, quiero decirle que lo amo, que lo amo muchísimo, vámonos Karla, vente…

Karla la tomó entre los brazos y se la llevó hacia fuera, tomó su cartera y se terció, al igual que la botella que pretendía dejarla en el contenedor. Siguieron juntas por el estacionamiento y así esperar a Octavio que llegaría a recogerlas después de clases.

Karla divagaba entre palabras sin sentidos.

-Yo tengo fotos de la señora Erika con Joe, la tengo en mis manos, por eso me dio la cena… sabes que también encontré algo extraño en la habitación de la señorita Regia, era un traje negro, un traje raro… sabes que no he podido dormir bien después de ver ese traje, sueño con eso cada noche…

Karla le tomaba el cabello mientras Karla vomitaba en la grama, y no podía entender lo que decía Marisol, apenas si alcanzaba escuchar fotos, Erika, traje y miedo.

Marisol estaba sin fuerzas, era la primera vez, que había comido tanto en su vida, era la primera vez que había bebido tanta champagne en su vida, era la primera vez que había escuchado tanto jazz  en vivo, era feliz y esa felicidad se convirtió en delirio y dolor, no pudo más y se desmayó.

Karla se puso muy nerviosa y se acordó de los taxis que se encontraba a las afuera del hotel, salió apresurada, cuando de pronto un hombre vestido de negro con una máscara de porcelana se le paró de frente. Más atrás, sintió una apuñalada en su espalda. Esta siguió adelante pero sintió otra apuñalada. Por su parte el hombre de negro solo miraba a la chica en el suelo agonizando pidiendo ayuda pero solo la miraba como se apagaba sus ojos.

sábado, 12 de junio de 2021

CAPÍTULO 14

COMIENZA EL JUEGO

Marisol colocó cada objeto y prenda en su lugar y bajó prudentemente por las escaleras y se encontró con Maxi. Marisol pegó un brinco soltando la bandeja que tenía en la mano.

-¡Ay Maxi! Me asustó

-¿Qué haces arriba Marisol?

-Le llevaba el jugo de la señorita Regia.

-La Señorita Regia no se encuentra y usted lo sabe.

-Se me olvidó…

-Usted sabe que no tienen autorizado de subir a menos que se lo pida.

-Pues, claro Maxi si por eso subí, escuché oírla…

Marisol empezó a recoger los vasos que se rompieron en el piso cuando en ese momento bajaba Joe.

-Joe que haces allá arriba, nadie tiene permitido subir sin autorización… usted sabe que hasta la cocina puede llegar…

-Nada Marisol, solo le hice un mandado a la señora Erika y le daba razón de la misma.

Marisol con picardía lo miró y empezó a reír.

--¿De qué ríes Marisol?

-No nada, solo me acordé de un chiste.

Joe le pareció extraño la actitud de Marisol pero siguió adelante.

POR MOTIVOS

Como siempre Octavio había regresado de la universidad cuando entró en la Iglesia. Era fácil ver a su padre Claudio en el confesionario confesando a alguien o en la casa parroquial reposando entre libros de lecturas que le gustaba mucho leer al caer el atardecer.

Ese día fue extraño, el sacerdote Claudio no se encontraba en la Capilla ni en la sacristía, mucho menos en la iglesia. Por lo que Octavio comenzó a preocuparse por su padre y recordó las actitudes muy sospechosas que tuvo en días anteriores. Así como el día en que le ayudaba arreglar un cableado de electricidad y no quiso que pasara más allá del sótano, o esa misma mañana no quiso desayunar sino que moría de nervios. Claudio parecía distante e indiferente, no dormía y caminaba mucho, sus gasto había aumentado y divagaba entre conversaciones él solo.

LA SOSPECHA

Regia regresó de su viaje de las islas Canarias, donde necesitaba relajarse por el evento ocurrido por su novio, era un viaje corto, discreto y sin mucha premura, era un viaje de placer, acompañado de su más leal y fiel hombre.

Entró por la puerta principal con la misma elegancia de siempre y la seguía Ignacio con todas las compras y bolsas que había hecho Regia en tal isla.

-Vamos Ignacio para la habitación

-Sí mi señora.

Los dos subieron las escaleras, uno tras otros, Regia en sus tacones altos y vestido blanco con un enorme sombrero, y atrás Ignacio con su chaqueta y gorra blanca combinado siempre con el vestuario de Regia.

-¡Ay no! ¿Dónde estarán todos en esta casa Ignacio? Siempre es lo mismo, estoy sola, nadie me espera, nadie me llama y nadie vela por mí.

Regia entra a su habitación e inmediatamente se dio cuenta que sus prendas no estaban en su lugar, los perfumes categorizado por fragancia estaban revueltos, los aretes pues de un angular que ella jamás cambiaría por ser tan detallista y maniática de poner las cosas.

Regia pensó en el baúl y salió corriendo a la habitación en donde reposaba sus zapatos, abrió el baúl  y  encontró algo diferente. Regia tomó el vestido negro del baúl y lo empuñó entre sus manos.

-Wichito, Wichitom Wichito ven a mí,,,

-Sí, sí, sí dime mi señora

-Alguien estuvo aquí sin mi permiso… averigua quien fue…

La mirada de Regia fue aislada, algo fría y distante. Ya Ignacio conocía esa mirada y otra vez sintió miedo, sabía que era la misma personalidad que tenía de aquella noche en el hotel y sin más nada salió de la habitación con el corazón acelerado y ganas de abandonar a Regia. Quería irse de una vez, lo había pensado en la noche anterior, y la anterior y cada día. Pero a la vez, sentía una pasión indescriptible por Regia, la amaba era verdad, no era un amor de pareja sino un amor de hermana y amiga, era un amor más que una madre, su diosa.

ENTRE PALABRAS

Ignacio llegó a la cocina, con una sonrisa de engreído. Tomó un vaso y se dirigió a la nevera. Se sirvió jugo de naranja mientras que Marisol dejó de hacer lo que estaba haciendo para ponerle atención, igual que Maxi que seguía dándole instrucción a Lupe de cómo colocar las servilletas en cada vaso.

-Alguien estuvo en el cuarto de mi señora –Por fin habló Ignacio

El corazón de Marisol comenzó a palpitar muy fuerte.

-Sí Ignacio… fue Marisol que pensó que la señora había llegado.

-Solo pregunto Maxi –Agregó Ignacio mientras sonreía risueñamente.

-Perdone usted señor Ignacio, solo llevé jugo a la habotación pero la señora pero no se encontraba.

-Tranquila Marisol, parece nerviosa.

-Es que en esta casa desconfían de nosotros, porque si es así mejor me marcho –dijo Lupe con un poco de ira por la actitud  de Ignacio.

- ¡Y tú, quien eres!

-Soy Lupe para servirle.

-No te había visto antes…

-Está trabajando con nosotros desde hace unos días.

-Me gusta tu rostro angelical y sí verdad, fue quien le echó el café al comandante –siguió Ignacio caminando hacia Lupe.

-Lupe bajó la cabeza con un poco de vergüenza…

-Eres muy bonita señorita –continuó Ignacio, y tratando tocar las mejillas de Lupe.

-¡Epa, pare allí señor, no te atrevas a tocarme!

Fue la primera vez que Ignacio dejó de pensar en la Guaricha, y un pálpito de emoción llegó a su corazón que comenzó a florecer la alegría.

 

 

 

 

 

 

viernes, 11 de junio de 2021

CAPÍTULO IV

 UN POCO MÁS

Era un sitio totalmente solitario, un rincón de la ciudad, poca gente concurría, en ese lugar remoto, pero para Mario era perfecto porque contaba con la discreción que necesitaba para hablar con libertad.

-Me dijo que tiene poco tiempo trabajando en la casa Del Monte –dijo Mario mientras le daba un sorbo a su café

-Sí señor, es mi primer trabajo, no creas que he trabajo en otras ocasiones, todavía me da vergüenza, lo siento mucho, se quemó bastante las entrepiernas…

-Ya, ya, ya… usted nunca para de hablar, por favor tome un poco de calma… y si estoy bien…

-Para qué me invitó aquí, en qué lo puedo ayudar, yo no sé nada…-dijo Lupe, que se sintió un poco intimidada por la mirada fija de Mario, y aunque no quería pensar que no le gustaba pues sentía algo diferente en su estómago

-¡Has visto algo anormal en esa familia!

-No, claro que no, nada que pueda decirle…. No, no, no espera... la otra noche limpiando el cuarto de la señorita Regia encontré, un baúl… es raro que una señorita tan educada y con mucha delicadeza tenga un baúl en su cuarto y raro como ese… sabes que me da curiosidad saber que tiene en ese baúl,

-¿Cómo es ese baúl?

-Es grande, negro y tiene una llave, y sé que la llave está por allí, solo necesito tiempo para buscarla, allí guarda un secreto, lo presiento… mis hermanos me advirtieron que me comportara,  pero como compórtame si allí hay un misterio y quiero descubrirlo.

-Señorita Lupe por favor, tenga cuidado, quisiera  averiguar lo que se esconde en ese baúl, pero también tenga cuidado con su trabajo.

Mario se intrigó por esa pista, que de alguna forma sabe que Regia tiene algo que ver con la Rosa Roja, no es solo una palpitación sino también algunos hechos que recurre alrededor de esa persona.

-Muchas gracias Lupe me ha ayudado más de lo que imagina, solo le pido que se cuide, sin embargo, busque esa llave y trate de abrirlo y le toma foto, no toque nada sin ponerse antes unos guantes por favor…

-Sí mi comandante… pero aunque usted no me lo diga también lo haría…

VOLVER AL TRABAJO

Ya en el trabajo Lupe y Marisol se encontraba en sus labores cotidiana, Marisol en la cocina recordaba que en la mañana cuando se despedía de Xavier y como es cada mes, era una despedida de nostalgia, de un te quiero  y una promesa de volverse a ver.

-Encontraré algo, ya verás mi amor…

-Mi vida solo quiero que estés conmigo, te amo, quédate por favor conmigo…

-Yo estaré bien mi amor, yo sé lo que hago.

Marisol Miró a los alrededores, y solo se veía Lupe limpiando los corredores, mientras Maxi le indicaba lo que tenía que hacer. Subió por las escaleras lentamente con una bandeja en la mano, para prevenir cualquier eventualidad, y lo primero que vio fue la puerta de la habitación de Erika, siguió caminando y medio abrió la puerta y encontró a la señora Erika semidesnuda y junto a ella Joel, que le besaba el hombro mientras le seguía quitando el brazier. Marisol sonrió, porque sabía que podía sacarle provecho a tal situación. Sacó su móvil y empezó a tomar fotos, una, dos y tres fotos, y un video corto, donde se mostraba los besos, las caricias y los gemidos de lujuria y pasión.

Marisol sonreía con malicia y como no le parecía suficiente, siguió adelante y entró a la habitación de Regia. Era una habitación amplia, de muchos lujos, ropas, joyas, zapatos y perfumes. Marisol.  Esta no se pudo contener y se colocó unos aretes, zapatos fucsia de tacones muy alto, un abrigo blanco de plumas que se encontraba a la vista, se deleitaba en cada aroma de perfume que tomaba y comenzaba a decir mientras se veía en el espejo:

-¿Dónde está Wicho?

Marisol no para de reír al imitar la voz de Regia, y volvía a decir entre burlas:

-¿Qué es esto Marisol, este jugo parece de cartón? Quítalo de mi vista… zasssss vete de aquí que no te quiero ver…

Marisol empezó a buscar por todos lados algo que pudiera ser útil, en la cual poder chantajear y pedir algo de dinero, algo que valiera la pena, sabía que encontraría algo. Caminó de un lado a otro, buscando algún secreto de un amante o algo comprometedor. Miró el closet, el baño, la peinadora y se percató de una pequeña habitación en donde reposaban los interminables zapatos, correas y carteras. Y era allí donde estaba el baúl. Ello lo miró y trató de abrirlo, acordándose que había visto las llaves en una cómoda, corrió hacia ella para buscarlo y abrió el baúl.

Se encontró lo que nunca habría sospechado, una máscara de porcelana, un traje negro y un puñal muy afilado.

-¿Qué hará la señorita Regia con esto tan feo? ¿Qué será? Pero le tomaré foto por si acaso je je je…

jueves, 10 de junio de 2021

CAPÍTULO 13 III

¡QUÉ TIENEN TUS OJOS!

-Y usted señorita, la he visto en la casa Del Monte.

-Sí señor, trabajo desde hace unos días, pero para que sepa solo tengo una semana trabajando allí.

Mario sonrío y agregó:

-Lo noté al servir el café.

-Fue un accidente…

-¿Cómo te llamas señorita?

-Lupe para servirle

-La única forma de pagarme es que me acepte un café.

-Un café, no sería mucho

-Solo le pido que se tome un café conmigo y quedamos a manos.

-Está bien, pero le digo que no tomo café.

-Entonces un jugo.

Karla al ver la mirada de los dos se despidió excusándose que tenía que ayudar a Octavio.

ENCUENTRO A SECRETOS

Joe medía el aceite del carro cuando desde el jardín apareció Erika. Tan risueña como siempre y sin dirección a dónde ir. Tenía una bata beis de seda, en pantuflas, cabello recogido y un labial rosa suave que la hacía resaltar su belleza. Joe al verla desorientada se dirigió hacia ella deteniéndola por el brazo

-¿A dónde va señora?

-Joe, Joe te buscaba… no me dejes tanto tiempo sola… porqué te escondes mi Joe…

-Señora silencio que cualquiera nos puede descubrir.

-Sabes que te necesito a mi lado…

-Y yo a usted, pero debemos ser discretos porque alguien nos puede descubrir…

Joe tomó por la cintura a Erika y se la llevó en donde se encontraba las azucenas, los helechos y los orquídeas.

-Yo también la necesito –Dijo el chofer mirando a los lados, luego dirigió su atención a los ojos hondos y ojerosos de Erika para luego tocarle sus labios sutilmente con sus dedos y con la otra apretaba su cintura hacia su cuerpo y juntaron sus labios lentamente y sin premura.

-Sabes que te amo señora, sabes que muero por tus besos, sabes que muero por ti bella dama.

Joe era el hijo del chofer anterior que le servía a la familia desde hace años, en la cual fue creciendo y criado con Regia, los dos son de la misma edad y muchas veces jugaron juntos en los alrededores de la mansión, hoteles y piscina, pero desde que Regia viajó a Europa cambió su forma de ser. Era como si le hicieron un lavado psicológico de lo que era en realidad. Desde entonces, Regia dejó tratar a los empleados, a sus amistades, amigos  y en especial a Joe que luego después le dio el puesto de su padre. En la cual Joe tuvo que aceptar porque no sabía hacer otra cosa que trabajar como chofer mientras termina sus estudios.

-Tú sabías Joe que mi esposo es infiel…

-Tranquilízate mi amor, no pienses en eso… aquí estoy yo

-Nadie me quiere, ni siquiera mi hija

-Yo no solo te quiero, también la amo.

-¿Qué Sabes tú del amor Joe?

-Sé más de lo que piensas, siempre estuve enamorado de ti, desde niño, siempre te veía en los pasillos y no dejaba de mirarte.

-Joe llévame a mi cuarto por favor…

-Ahora no mi amor, solo quiero que respire aire puro… ven toma mi brazo y caminemos un poco.

Un día Joe estaba en la cocina, cuando escuchó un grito. El servicio doméstico tenía el día libre por lo que era el único que se encontraba en casa. Al encontrarse con la señora Erika la miró desnuda, mojada, nerviosa y gritando que matara el insecto que estaba en el baño.

Este sin mediar palabras se deshizo del insecto, tomó un paño y lo puso alrededor del cuerpo de aquella mujer. Joe temblaba de miedo y no era por el susto sino por tan hermosa figura de esta dama. Ella que estaba en sus cabales notó su mirada así como todas las miradas que él ponía al verla.

-Mi esposo no me mira como lo haces tú

-¡Qué dice señora!

-Siempre lo he notado, solo que disimulo porque sé que eres un niño.

-No soy un niño

-Sí lo eres, más bien pareces mi hijo…

-Señora no me conoces

Joe se e fue acercando

Tu y mi hija son como hermanos, me haces el favor y me respecta, deje de estar mirándome así, podría ser tu madre

Joe se la acercó aún más, y la miraba con lujuria  y dijo en susurro le dijo:

-Con el permiso de usted, la voy a besar

-Siempre esperé este momento.

miércoles, 9 de junio de 2021

CAPÍTULO 13 II

 EN OCASIONES

Al amanecer, los niños asistían al colegio y  la clase trabajadora salían a sus trabajos. Luis se alistaba para ir a su puesto de mercado y con él Lupes quien haría el mercado de esa semana.

-No voy a regresar hermano, yo quiero quedarme aquí con mi gente, esta es mi vida, mi alegría, mis muchachitos me necesitan…

-Ya no insistas Lupita, usted está metida en tremendo rollo con esa gente, y si no te vas pues vas a morir.

-Te prometo que no voy a buscar más pléito.

-Nada de eso y apúrate.

Los dos salieron de casa, y caminaron por la misma acera de todos los días, sumergida entre la soledad y abismo, con gentes conocidas  y alegres, pero esa alegría que esconde una tristeza desconocida.

-¡Hermano! –Exclama Luís

-Vamos temprano –Contestó Octavio

Después de saludarse, con un apretón de mano siguieron a la macha por aquella calle solitaria.

-¡Sí! tenemos que llegar primero que los camiones.

Siguieron bajando y se encontraron con Karla que los esperaba desde su casa. Es evidente que Karla desde aquella noche fatídica, no puedo estar más sola, ya que en su mente veía el rostro de Gabriel sangrienta y aquellos gemidos de dolor, llegando a la conclusión que en cualquier momento ella sería la próxima víctima.

Octavio y Karla iban tomados de manos, puesto que días anteriores, ella por fin después de muchos años de insistencia, después de mucho tiempo de cariño y atenciones, después de días y noches de estar a su lado, aceptó ser su novia. Octavio todavía no se lo creía, y se veía en el espejo en varias ocasiones recordando ese día en que ella le dio el primer beso en una cafetería común, colmado de gente, pero que para ellos solo existían ellos dos.

-Te amo Karla, sabes que te amo y te amo desde niño, ya no lo puedo evitar, ya no puedo seguir siendo tu amigo, creo que lo mejor para los dos es que no te vea más, porque seguiré insistiendo, y me hará más daño…

Karla lo miraba confundida, recordando aquella noche cuando Octavio la consolaba en su pecho; sentía un palpitar diferente, sentía un ardor en su estómago, sentía que moría de nervios al rozar su piel con la de Octavio, y descubrió que estaba enamorada de él.

Ella sin pensarlo dos veces y por impulso entrelazó sus manos con las de él. El la miró fijamente a los ojos, y se levantó, ella también lo hizo. Y sin mediar palabras juntaron sus labios mientras sus corazones palpitaban muy fuertes.

-También te amo Octavio, también te amo…

Luego se abrazaron muy fuertes y desde entonces los dos están juntos, muy juntos y felices.

EN EL REENCUENTRO

Bajaban la mercancía de los camiones, cajas de bananas, manzanas, uvas, peras, mangos, tomates… Octavio y Luis estaban ocupados mientras, Karla y Lupe se paseaban por los alrededores.

-Regresarás al Hotel –Dijo Lupe

-Tengo que regresar, necesito el dinero

-A mí me obligaron a trabajar en esa casa, es un tormento que llevo por dentro y me ahoga...

No terminaba de hablar cuando las dos fue sorprendida por el inspector Mario

-¿Buenos días señoritas? Mi nombre es el inspector Mario y necesito hacerles unas preguntas.

Lupe lo miró a los ojos y de la nada empezó a reir.

-Perdón, perdón…

-De qué se ríe señorita

Lupe se acordó del café caliente que por accidente derramó en su pantalón

-No nada perdone usted…

-¿De qué quiere hablar usted inspector?

-Solo quiero hacerles unas preguntas a las dos.

-Diga usted –Seguía riendo Lupe

-Me podrían explicar qué relación tienen ustedes con la familia Del Montes

-Solo de empleados inspector –Contestó Karla

-Me podrían decir que si han observado algo fuera de lo normal.

-Esa noche la señorita Regia fue a mi lugar de trabajo con amenazas para que me apartara de Gabriel.

-¿Por qué?

Karla bajó la cabeza, luego agrega:

-Porque Gabriel me había invitado a cenar, una cena que rechacé pero insistió

-Hubo algo entre ustedes dos.

-No señor nada.

-¡Está segura!

-Había una atracción entre los dos… ahora me arrepiento de haber correspondido a ese sentimiento, pero aún así ni hubo más que atracción.

El inspector no dejaba de mirar a Lupe que tenía dos clinejas que le llegaba al hombro y vestida con una braga con broche en el pecho. Le parecía una chica rebelde y angelical.

martes, 8 de junio de 2021

CAPÍTULO 13

 INTRIGAS

Es día de descanso y lo que más se anhela los empleados de la familia Del Monte es estar con su familia. Marisol y Lupe suben algunos escalones, a través de una vereda, entre casas y casas de colores muy llamativos. La gente corresponde los saludos que éstas mujeres dan por cortesía o por el simple hecho que  conocen a todos  los pobladores de la comunidad.

-Es una familia con muchos problemas Lupe, solo tienes que concentrarte en tu trabajo y verás que todo te saldrá bien –Aconsejaba Marisol

-Son extraños…

-Usted no está allí pa´ pensá Lupita, solo tiene que trabajar y listo.

En un cordial saludo se despidieron. Y Marisol entró a su casa. Xavier que se encontraba en la cocina salió apresurado y la recibió con un gran beso, inmensamente apasionado que siguió  con unas caricias y algunos susurros al oído que decía “te extrañé muchísimo mi amor”, mientras el otro, repetía “contaba los minutos para verte”.

Mientras tanto Lupe fue recibida por los niños que la abrazaron y la invitaban a jugar pelota.

-Les prometo que mañana si jugaremos una partida –Les repetía Lupe que deseaba llegar a casa.

Siguió caminando y fue sorprendida por Kimi.

-¡Epa muchacha, ven acá!

Lupe que ya había oído hablar de ella y que era superticiosa de los supuestos poderes se le acercó.

-Diga usted.

-Los espíritus me han hablado que tengo que protegerte muchacha,

Kimi la tomó de su mano, sintiendo algo extraño en su cuerpo en la cual comenzó a decir:

-¿Vas a sufrir mucho?

-¿Qué estás diciendo?

-Que te vas a enamorar, y ese amor traerá muchos cambios en tu vida que no serán muy buenos…

-¡Estás loca! Yo enamorarme

-¡Sí! te vas a enamorar, los espíritus no mienten… y serás correspondida. Pero tendrán que luchar para mantener vivo ese amor.

--No señora, usted está equivocada, yo jamás podría enamorarme.

-Esa familia tiene muchos secretos, esa familia será tu perdición, esa familia te traerá muchos problemas. La conozco muy bien, una vez fui como tú, una vez fui inocente, una vez tenía sueños…

Desde su cuarto Javier grita;

-Ya vas a empezar otra vez con tus cuentos… la cagaste kimi, debiste sacarle mucho dinero a esa gente y no estuviéramos en este barrio inmundo. Al contrario, estuviéramos en la alta alcurnia, conviviendo con gente refinada como nosotros, con gente de poder, eso es con la gente que debemos relacionarnos.

-Deja de hablar

-Claro que sí, te dije mil veces que pidieras y que pidieras, pero tú y tus benditos espíritus son unos fracasados, y mira en donde nos tiene…

Kimi sacó algo de su gaveta y era un amuleto.

-Ponte esto que te protegerá… lo siento mucho, no puedo concentrarme con las quejaderas de Javier… a veces se pone insoportable, será mejor que regreses otro día.

EL PLAN

De mucho amor, caricias y besos terminaron abrazados en la cama, hablando de los sucesos que habían acarreado a la familia Del Monte. Esa tarde Xavier y Marisol sabían muy en quien era Gabriel y solo quisieron sacarle provecho a la situación de una cena gratis. Desde el principio fue sacar información de un posible relación entre Karla y Gabriel y así poder manipular a Gabriel.

-¿Qué vamos hacer? –Decía Marisol

-No hagamos nada Marisol, mira yo soy feliz contigo, me basta con tu amor, no seas tan inquieta, sigues trabajando allí es tu decisión, pero creo que con mi trabajo podemos vivir bien los dos.

-Tú siempre tan simple amor, hay que aprovechar que estoy allí y ver cómo sacarle jugo a mi suerte.

-Mi amor por favor, quiero quedarme abrazo contigo aquí, déjame disfrutarte por favor sí.

-Vida, ya sé, sigamos a la señorita Regia para ver qué hace y si la vemos en algo malo, y zasssss… pedimos dinero…

-Mi amor por favor no hablemos… ven abrázame…

-Mejor a la señora Erika… se la pasa encerrada en su cuarto, debe ocultar algo.

-No sé cómo pude enamorarme de ti, no sé como tienes el poder de volverme loco, no sé cómo me arrastra a tus locuras…

-Estoy casi segura que el señor Rafael tiene muchos secretos… pues necesito descubrirlo ¡qué será!

-Un día de estos te vas a llevar un susto, un día de estos por estar de fiscona te llevarás una sorpresa, no seas tan inquieta y deja ese trabajo, yo puedo pagar las cuentas Marisol, poco a poco vamos.

-No me pidas eso corazón, soy yo la que siempre tengo que salir adelante, sabes muy bien que necesitamos ese dinero, sabes muy bien que no quiero vivir aquí, sabes muy bien que tu sueldo no nos alcanza para vivir.

-Pero nos tenemos el uno al otro.

-Eso no basta y tú lo sabes, yo quiero más… voy hacer un plan ya verás…

 

 

 

 

lunes, 7 de junio de 2021

CAPÍTULO 12 III

EL PASADO

Fue imposible olvidar aquella noche fatídica. La gente asombrada por dos muertes extrañas. Revisaron cada turista, empleados, allegados y a todos los presentes. Revisaron hasta debajo de los jarrones. Sin encontrar alguna pista que llevara a sospechar o investigar. Estaban como al principio, era una asesino en serie que tiene un modo operandi singular que lo identifica de cualquier otra persona.

La familia Del Montes fue la más investigada, ya que todos los que han muerto han tenido que ver con sus integrantes.

-Estaba desconsolada y triste… ¿Cómo cree que voy a cometer un crimen tan feo como ese? Además el inspector Daniel tiene más fuerzas que yo… -Decía Regia una y otra vez.

Ignacio miraba a Regia de reojos con algo de temor, pero a la vez con desprecio, porque estaba convencido que era la rosa roja. Aunque no preguntaba, ya era un hecho que su señora era una asesina. En las noches en su lecho pensaba y tenía pesadillas con la Guaricha y a la vez en aquel puñal que sorprendió aquel inspector.

Pasaron días para que la vida siguiera normal. El entierro de Gabriel fue en total silencio. Y con su muerte quedó saldada las deudas de su padre.

En ese día, la gente vestida de negro se encontraba en el cementerio. Los más dolientes sentados en sus sillas lloraban sin cesar. Tampoco Regia dejaba de llorar, fue la más afectada de todos los presentes, su madre Erika se la arrimó al pecho y secaba sus lágrimas.

Entre el gentío, se encontraba el comandante Mario, y su nuevo compañero Gutiérrez. Y varios inspectores que se hacían pasar como un ciudadano común y corriente. Uno disimulaba ser jardinero, otro vendedor de helado, más allá el ayudante del sacerdote Claudio con quien ya habían hablado y en cual se encontraba nervioso.

-No lo van a creer –Repetía y repetía el sacerdote Claudio

-Cloro que sí –Le contestaba Mario firme en sus palabras.

En la bendición del padre y después que roció agua bendita a la urna,  Mario observaba a Regia, incrédulo de su dolor, miraba a Rafael que no daba algún signo de compasión, de repente miraba a Joe el chofer de Regia que se encontraba lejos leyendo periódico, y Mario pensaba “podría estar disimulando, será el asesino”, luego miraba a Ignacio que se encontraba detrás de Regia, y hasta en la misma Erika, que mostraba ser indefensa y triste.

La ceremonia seguía, y de la nada apareció una mujer extravagante que fue detenida por Maxi:

-¿Qué quiere señorita?

-Quiero hablar con Rafael, yo soy la señora Del Monte –Dijo Diana embriagada, vestida con una minifalda,  un escote en el pecho, algo de escacha en el cuello, unos tacones altos, gruesos y brillantes y una cerveza en la mano.

-No señorita, usted no va a ningún lado, venga para acá.

Joe que se había percatado de la situación y quien Maxi le movió la cabeza como dándole ordenes, llamó a Rafael.

A cabo de un rato aparece Rafael. Algo nervioso por la presencia de aquella mujer.

-¿Qué haces aquí?

-Tú me prometiste que sería la mujer Del Monte.

-No te prometí nada.

-Sí me lo prometiste… me lo prometiste cuando te regalé…

-Caya mujer, caya… olvida el pasado… te pagué muy bien.

-Me siento sola, si tan solo no te habría entregado a…

-Vete de aquí… vamos, vete de aquí, y me espera en el bar…

-No… yo te quiero mucho, muero de amor por ti, mi vida… ven conmigo y hagamos travesura aquí mismo…

-Estás loca… vámonos a tomar un café

Los dos caminan entre las cruces y cementos, entre flores y recuerdos, entre tristezas y restos de cuerpos humanos.

-Acaso no te gusto –Sigue Diana

-Claro que sí Dianita, claro que me gustas mucho

Diana recuesta a Rafael hacia un árbol de pino, y le comienza a dar besos por el cuello mientras le afloja la correa, desabotona la camisa y baja la cremallera del pantalón…

-No mi amor, no estás bien…

-Sí Rafael… estoy bien, yo quiero hacerlo aquí contigo, ahora mismo, qué nos detiene…

-Nos detiene que no estás bien y no te quiero así… claro que te deseo pero no así…

Rafael la aparta a un lado y luego le acomoda el escote, y se acomoda la camisa, sube la cremallera y siguen caminando. Más allá, desde lejos, los observa Erika quien con desdeño y melancolía se seca las lágrimas y vuelve al entierro.

LA DESAPARICIÓN

El sacerdote da la orden que pueden bajar la urna, y poco a poco la gente comienza a tirar las rosas en el hueco. De repente el mecatillo se suelta, como si con intención fue cortado y la urna cae de golpe en el hueco. Los presentes salen corriendo muy asustados, menos Regia, Erika, Maxi e Ignacio, era como si ya sabían lo que vendría.

Mientras Mario corre hacia el hueco y observa la urna rota, mal puesta y algo que salía de ella por lo que bajó a investigar. Inmediatamente abrió la urna y solo se encontró bolsas y bolsas de arena.

-¿Dónde está el muerto? ¿A dónde se fue? –Dice Mario.

-Es arena comandante ¡El muerto no está! ¡-el muerto desapareció! –Agrega Gutiérrez.

-El asesino se burla de nosotros –Dijo Mario con impotencia mientras empuñaba la arena.

Desde ese momento Mario comenzó a sospechar de Regia, al observarla tan fría por tal escenario,  pero no tenía evidencias, por lo que quiso hacer sus investigaciones por su propia cuenta ya que lo tomó personalmente.

sábado, 5 de junio de 2021

CAPÍTULO 12 II

 SENSACIÓN DE DOLOR

La gente salió corriendo sin dirección, mientras los guardias auxiliaron a Gabriel que se encontraba en una cruz agonizando, apenas si se le escuchaba los balbuceos y los gemidos de dolor, más atrás corrió Regia llorando y junto a ella Ignacio quien le sostenía de los brazos.

-Mi señora es mejor marcharnos.

-No mi wichito quiero estar con mi novio, quién le hizo esto, no, no, no puede ser…

-¡Sácala de aquí Ignacio! –Exclamó señor Rafael del Monte con autoridad.

Mientras Gabriel en el suelo decía, fue, fue, fue… hasta que se quedó quieto… su cuerpo desnudo desangrado fue cubierto por una sábana hasta que llegara las autoridades.

-Ya no hay que hacer –Agregó Rafael preocupado

Por su parte Karla no paraba de llorar, inmediatamente recogió sus cosas y salió del gran salón, pero los detectives ya habían mandado a cerrar el hotel, ya que el criminal se encontraba entre la gente y todos necesitaban ser investigados.

-¿Por dónde comenzamos mi comandante? –Dijo Daniel mientras veía a la gente.

-Asegúrese que nadie salga del hotel –Le dijo Mario

-Es una orden mi comandante.

Contestó Daniel mientras sacaba una libreta de su bolsillo.

Karla que se encontraba entre los trabajadores del hotel fue sorprendida con la presencia de Octavio

-¿Cómo te encuentras Karla?

-Lo mataron Octavio, lo mataron. Es horrible, si lo habrías visto.

-Ya, ya, ya… cálmate, ven a mí mi niña…

-Qué bueno que estés aquí… siempre estás conmigo en los momentos más difíiles…

Octavio le secó las lágrimas, la llevó hacia su pecho.

-¿Cómo supiste Octavio? No entiendo

-Ya, ya, ya… eso no importa en estos momentos.

SILENCIARLO

Daniel camina por el pasillo de las habitaciones, y el silencio reina en las habitaciones, nadie habla, nadie dice nada y solo se escucha un murmullo. Daniel se va acercando y pone atención de lo que se habla al otro lado de la puerta. Se acerca un poco más y escucha la voz de Regia.

-Viste Wichito lo que le pasa a los que me engañan… si yo soy una buena mujer, solo deseo que me amen, solo deseo un poquito de amor, yo no pedía más nada, sino amor… acaso es difícil que me amen…

Daniel se acerca un poco más y mira por la puerta. Y observa a Ignacio sentado en la cama y Regia en el piso recostada de Ignacio mientras le pasa la mano por la cabeza.

-Ya señora mía, estoy aquí.

-Todos Wichito, todos son unos traidores… esa periodista lo único que tenía que hacer era hacerme famosa ante el mundo, y pues, mira como quedó, la Flaquita por no ser discreta mírela entre las aguas… pero, pero, pero, no me culpe wichito por la muerte de la Guaricha, yo no fui wichito, esa si no fui yo, yo te lo juro que no…

Por un instante, Ignacio  mira con desprecio a Regia, aún sabiendo que es culpable de su muerte. Pero sabe que no puede ir al contrario de sus palabras y vuelve acariciar su cabello.

-Es un mugroso mi Gabriel, le brindé la oportunidad de pagar sus deudas con su fidelidad y mira como me pagó… no merecía estar con nosotros wichito… lo único que le pedí fue amarme… no le pedía mucho wichito, solo amor… dime que tengo de malo, tú me ves que soy mala, dime wichito soy mala…

Mientras Daniel escuchaba esa conversación, trató de alejarse, pero se tropezó una figura, vestida de negro, con cabello negro y una máscara de muñeca de porcelana.

-Quédese quieto, no se mueva –Dijo Daniel.

La persona no respondió.

-Soy comandante del departamento de investigación criminalística del estado, le pido que se quede quieto y ponga sus manos atrás, es una orden.

Daniel se moría de nervios y no sabía qué hacer, desenfundó el arma pero para cuando lo hizo, Regia por detrás lo apuñaló.

-Otra muerte Wichito, otra muerte… tú crees que me gusta matar gente… no wichito, no me gusta… Yo soy noble, tranquila, amable y bella.

Era la primera vez que Ignacio presenciaba un crimen de Regia. Y sus manos comenzaron a temblar.

-No me gusta estar mirando como sus ojos se apagan al frente mí, no me gusta la muerte, al contrario wichito,  vivir para ser felices.

Daniel que todavía estaba vivo, hizo un disparo, pero sin dirección.

-Vamos wichito ayúdame, vamos wichito…

-No, no, no me pidas esto Regia, yo no puedo.

-Ven wichito…

Ignacio se fue a la habitación dejando sola a Regia. Mientras ella decía;

-Odio ensuciar mi vestido, estoy muy hermosa acaso no me has visto, y más odio tener que quitarle la vida, sin ni siquiera conocerte, odio verte así miserable, dime que hacías de metiche…

El hombre negro ató las manos de Daniel, mientras agonizaba y suplicaba por su vida. De arrastra lo llevaron a la capilla. Mientras los policías que escucharon el disparo comenzaron a buscar por todos los rincones de dónde provenía el disparo. La gente estaba alborotada.

Ya en la capilla Regia con su puñal escribió en la espalda de Daniel “por ser metiche”, lo colocaron de rodilla hacia la imagen de la virgen María y el hombre negro le pasó un cable por su cuello, y comenzó apretarlo. Mientras Regia giraba y giraba en aquella capilla de olor armoniaco e incienso, sus brazos subían y bajaban y giraba y giraba,  de un lado a otro como si escuchara una balada. Hasta que Daniel dejó de respirar.

EL ÚLTIMO SUSPIRO

El inspector Mario llegó a la capilla pero ya era tarde, encontró a Daniel, de rodilla frente a la imagen, con los ojos abiertos y mano untadas, con una rosa en los labios y un escrito en la pared que decía “la rosa roja”.

No se podía tocar la escena hasta que llegara el forense, mientras que revisaba el lugar, se encontró a Regia dormida en la cama junto a Ignacio con el televisor encendido a todo volumen en la habitación al final del pasillo.

-Usted no escucho nada –Dijo Mario

-No escuché nada. Solo miro esta película, sí que está buena… no sabemos nada de la muerte de Gabriel, por fin logré que mi señora durmiera y no quiero que la moleste.

-No digo de esa suceso, digo del inspector Daniel.

-¿Quién es Daniel?

-Apareció muerto en este mismo piso.

-No sabemos nada, sí escuchamos algo pero no quise salir sabiendo que mi señora está muy mal.

-No se muevan de este lugar… me esperan aquí.

-Y para dónde nos moveríamos señor.

 
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