Me levanté a las cuatro de la mañana, después de bañarme y
cepillar los dientes, me toqué los senos como de costumbre. Y siempre mis dedos
llegan a las mismas glándulas que simplemente el doctor me dijo que son
nódulos. Pero que tengo que estar pendiente y hacerme siempre el examen mamario
semanalmente. Después vestirme mi esposo quería que me quedara en la cama otro
rato y como lo menos que quiero que me toquen lo rechacé. No aguanto el dolor
de cabeza, el mismo dolor de cabeza y malestar que tengo desde hace más de una
semana. Aquel que le conté que estaba enferma. Y mi vecina, entre bromas y
risas me dice:
−
Cuidado con tus
mosquitos eso… es chikungunya… no me los pase para mi casa…
Y yo le contesto no lo es. Los síntomas no son los mismos.
Tengo un gripón grandísimo y el pecho bien apretado que tuve que nebulizarme
hace cuatro días. Y la fiebre del mosquito no da gripe. Ayer en la tarde me
visitó una amiga que es médico y me dice:
−
Amiga si tiene: dolor
de cabeza, dolor de garganta pero no las tienen inflamadas, dolor muelas y las
mandíbulas, y te duele todo el cuerpo entonces es dengue.
Ciertamente, tengo todos esos síntomas, pero no me ha dado
fiebre. Y para que sea dengue tiene que darme fiebre “pensé”. Eso sí, me duele
el pecho de tanto toser, estoy tomando los medicamentos, aquellos en los que
hice cola hace tres días. Mi amiga me
dio tremendas recetas, todo con acetaminofén, por si es dengue, hacerme el
examen de orina y hematología completa. Y dejar que el mismo cuerpo combata ese
virus.
Claro que no fui, una vez que hice el desayuno me aliste y
con dos envases llenos se desayunos para los niños de la escuela. Mis hijos tenían
una evento en el salón que no podía faltar “El abrazo en Familia” y allá
estaban las maestras quejándose de los representantes que no colaboran, y
además de las habladurías que estos formaban porque todos los días tenían que
dar un bolívar para comprar queso y rellenar las arepas para el desayuno de los
niños, y yo les dije:
−
Claro, a mi no me
importa dar un bolívar, hasta daría cinco o diez… pero es responsabilidad del
gobierno dar el desayuno completo… como va a dar la harina nada más, entonces,
para eso no le den nada… después tu los oyen diciendo que la comida de los
niños está garantizada, y no es así.
Cuando voy al salón de mi otro hijo, todos comenzamos
hablar de las familias y la maestra nos dice que es viuda, que tiene un año que
su marido lo mataron. Todas nos quedamos pasmada y no sabíamos que decirle y
una representante muy atrevida le preguntó:
−
¿Y cómo lo mataron?
Y ella entristecida y los ojos aguados contestó:
−
No quiso seguir
pagando vacunas, pues, tenía que pagar
vacuna a los policías y a los malandros de la zona… teníamos una cauchera…
Me quedé sin palabras e inmediatamente cambié la
conversación. Ya de regreso a casa los perros rompieron las bolsas de la basura
y todo el frente está horrible, pero antes tenía que escribir y aquí estoy,
escribiendo como loca, con los pensamientos clavados en el bolívar para comprar
el queso, en el infortunio de la maestra que quedó con tres niños chiquitos, yo
con mi gripón y la casa un caos. Pero afortunada de tener a mi familia
completa.
Escribe Hogareña