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viernes, 14 de noviembre de 2014

CERO RECREACIÓN

Un señor siempre decía cuando llegaba el viernes "viernes de aroma, momento de echar broma", y es que lo decía bien enserio. Los viernes se le veía feliz, rozagante y emocionado. Las ganas de salir a fiestar se le salía por los poros y nos preguntaba una y otra vez qué íbamos hacer y nosotros nos mirábamos sin contestarle porque lo que más queríamos era estar con la familia, mirando la televisión comiendo chuchería y hablar con la familia.
Pero ahora la situación a cambiado, cuando llega el viernes estamos pensando en dónde vamos a ir para hacer cola y comprar lo que necesitamos, nada de fiestar, ver televisión, ni hablar con la familia cómoda en el mueble.
Aquí estoy lista y preparada para hacer cola. Mañana verán las fotos. Más ansiosa y con las ganas de no salir. 
Claro, lo que hay es enlatados y harina de pan. Ojalá haya jabón, crema dental y desodorante. Anoche hice cola en otro comercial que solo había azúcar y papel sanitario. Gracias a Dios que pude comprar. Y una vez más soñé que conseguí harina de trigo, que había bastante pero todas estaban malo. ¿Qué será este presagio? ¿Me estarán avisando algo?
 Escribe Hogareña

jueves, 13 de noviembre de 2014

CAFÉ CON LECHE

Para el día martes se celebra el día de la alimentación. Y la maestra de mi hijo quiere celebrar el día con una tremenda comida, pues ha pedido pollo horneado con ensalada y jugo de frutas. Claro está, a los representantes les parece una buena idea, pero de dónde sacamos el pollo. No hay pollo. Desde hace más de un mes que no comemos ese tipo de carne.
Y mi esposo dice “si yo compro pollo es para comérmelo porque tengo tiempo sin comer eso”.
Y en un resumen de la dieta de mi hogar puedo decir: sin ver la harina de trigo más de un año, sin tomar leche más de dos meses (esa soy yo pero hay hogares que tienen más de ocho meses), sin comer pollo un mes y medio, cloro tres meses, jabón un mes (gracias a Dios que tengo guardado tres jaboncitos).
Y otras mujeres que no han visto aceite. Y yo tengo dos litros porque mi dieta se basa en asado o al vapor. Espagueti sólo un paquetico.
Yo todavía tengo posibilidad económica  para sobrevivir aunque sea unos meses más. Pero para Marinel la vida le ha pegado muy duro. Me contó que se estaba bañando con detergente para lavar ropa, sus toallas sanitarias es la ropa que la va desapareciendo poco a poco, y con todo el dolor del mundo ve sus camisas destrozadas para poder cubrirse sus partes íntimas. El niño no usa pañales, en las noches le pone bolsa para que no moje la cama. Apenas si ha comido arepa, queso o un buen jugo de frutas.
Lo cierto es que no es solo la escasez la que la está golpeando, sino el desempleo, su esposo no trabaja, pasa el día mirando la televisión y esperando que llegue cualquier producto para comprarlo y revenderlo, se metió a buhonero, que tampoco le provee mucho dinero. Por eso han discutido. Ella se separó de él por unos días y quiere que le hagan un préstamo. Pero quien le va hacer un préstamo, porque ella sabe al igual que todos que no tiene con qué pagar. Nadie se atreverá darle el préstamo a menos que sea regalado.
Anoche no pude dormir pensando en la miseria que viven los venezolanos, es horrible, estamos pasando hambre. Eso que dice que los pobre has sido re-indicados, que están viviendo en mejores condiciones, es pura patrañas, mentiras y todos los calificativos conocidos.
¡Qué lástima con Marinel, está tan flaca, demacrada y atormentada! ¡A ver en qué la ayudo! Porque hoy es ella pero mañana puedo ser yo. Quisiera tomarme un café con leche.

Escribe Hogareña

miércoles, 12 de noviembre de 2014

INGENIOSIDAD

Me volvieron a invitar a participar en otro cuento y no se me ocurre nada. Tengo la mente en blanco, hasta en escribir en este momento. Aquí estoy sin saber que escribir. Rogando que mi hijo salga bien en el examen de matemática y matando plaga como arroz como decía mi tía Nancy. Y no sé porque estos días sí me he acordado de ella. Será por el cuento de la “Mata de Guayaba” en que la mencioné o porque una vez me ofreció si quería hallaca o bollo y por supuesto dije hallaca y cuando me sirvió la comida era el mismo bollo pero más ovalado. Quise decir maíz pre-cocida sancochado, es la masa de harina de pan, de la que se hace arepa pero sancochada. Servida solamente con queso y mantequilla. Yo me quedé pasmada pensando que era hallaca de verdad, claro va cubierta de harina de pan pero rellena con carne. Pues, me enteré que en la capital le dicen hallaca a los bollos que le decimos aquí en ésta ciudad.
Ésta mañana mi amiga me dijo “ni loca me volvería a casar, pasé mucha vaina con éste carajo, ahora está en las minas y mejor que se que allá” y yo entre risas le decía “pero cálmate vale, no es tan malo”.
Le dije a mi hermana que quería un abrazo de ella, que me hace mucha falta tenerla a mi lado. Gracias a Dios a la tecnología que puedo hablar con ella todos los días. Y escribirles a todos ustedes.
Ahora a ver si me sale un cuento…

Escribe Hogareña

martes, 11 de noviembre de 2014

COMO SI NADA

Hace mucho pero mucho sol. No provoca ni salir al jardín. Otra vez los perros rompieron la bolsa de basura, es una locura, basura por todos lados. Camino de la escuela un gato podrido colmado de cal por el hedor, él único que lo lloró fue mi hijo al verlo de regreso a  casa la semana pasada. Y más adelante un perro abombando  en una bolsa negra. Y la vida sigue adelante como si nada.
Es curioso para mis hijos observaron las diferentes etapas que ha transformado el gato muerto. Le primera vez mi hijo dijo “parece que está dormido, se le ve la piel suave”, después “están hinchado”, ahora “está flaco y hediondo, porqué tiene esa cosa blanca encima”, pues, fue los vecinos que le echaron cal para apaciguar el mal olor.
El señor indigente desapareció como si nada, qué rumbo habrá tomado, lo que nunca se le olvidó llevar fue esa una bolsita azul que le zumbaron cuando lo dejaron adrede y no sé porque llevaba una libreta entre los brazos, una libreta sucia, rota y llena de barro, por un momento imaginé que era el historial médico, pero no lo creo, eso es imposible.
Escribe Hogareña


lunes, 10 de noviembre de 2014

JOLI

Es designio de Dios de que el está pasando vaina siga pasando más vaina como si fuera un castigo. Del que está jodido esté más jodido en el transcurso del tiempo. Del que es miserable siga siendo el mismo miserable que vemos todos los días.
Que nunca veamos alguna lucecita al final del camino que nos diga “ésta es la esperanza”. Al contrario vemos más calamidad que se va apoderando de a poquito de nuestras vidas que no va ahorcando. Que a pesar de las inmensas luchas para ganar terreno solo se vea el cansancio sin ninguna recompensa. Es el cansancio acumulado en nuestros hombros, es como los hombres de aquella novela “camino al dorado” que a pesar de sus imaginaciones de llegar al dorado en medio de la calamidad solo encontraban la muerte lenta.
Así describo la vida de Joli, muchacha rústica, torpe y sin saber hacer nada pero que se casó con un hombre modesto y de ellos nacieron tres lindos niños. Esa misma muchacha que pasó mucho trabajo en su niñez, que fue violada de niña y vendida una vez por su madre a un viejo asqueroso por  tres locha. La que se casó y solo sabe atender a sus hijos y marido que tanto la quería, y que aún en la inmensa pobreza la familia era feliz. Una, en muchas familias que veía la vida de otra forma, hasta que alguien atropelló al esposo. Está muerto. Ahora que será de Joli con sus tres niños sola, de que va a vivir, otra vez sola en el mundo, entre la pena y el dolor. Claro el esposo se llevó la peor parte pero es ella la que tiene que seguir luchando. Me pregunto ¿Qué hará ahora, que está sola?  Dios tenga piedad de ella y los suyos.

Escribe Hogareña

viernes, 7 de noviembre de 2014

TANTAS COSAS

Me levanté a las cuatro de la mañana, después de bañarme y cepillar los dientes, me toqué los senos como de costumbre. Y siempre mis dedos llegan a las mismas glándulas que simplemente el doctor me dijo que son nódulos. Pero que tengo que estar pendiente y hacerme siempre el examen mamario semanalmente. Después vestirme mi esposo quería que me quedara en la cama otro rato y como lo menos que quiero que me toquen lo rechacé. No aguanto el dolor de cabeza, el mismo dolor de cabeza y malestar que tengo desde hace más de una semana. Aquel que le conté que estaba enferma. Y mi vecina, entre bromas y risas me dice:
        Cuidado con tus mosquitos eso… es chikungunya… no me los pase para mi casa…
Y yo le contesto no lo es. Los síntomas no son los mismos. Tengo un gripón grandísimo y el pecho bien apretado que tuve que nebulizarme hace cuatro días. Y la fiebre del mosquito no da gripe. Ayer en la tarde me visitó una amiga que es médico y me dice:
        Amiga si tiene: dolor de cabeza, dolor de garganta pero no las tienen inflamadas, dolor muelas y las mandíbulas, y te duele todo el cuerpo entonces es dengue.
Ciertamente, tengo todos esos síntomas, pero no me ha dado fiebre. Y para que sea dengue tiene que darme fiebre “pensé”. Eso sí, me duele el pecho de tanto toser, estoy tomando los medicamentos, aquellos en los que hice cola hace tres días.  Mi amiga me dio tremendas recetas, todo con acetaminofén, por si es dengue, hacerme el examen de orina y hematología completa. Y dejar que el mismo cuerpo combata ese virus.
Claro que no fui, una vez que hice el desayuno me aliste y con dos envases llenos se desayunos para los niños de la escuela. Mis hijos tenían una evento en el salón que no podía faltar “El abrazo en Familia” y allá estaban las maestras quejándose de los representantes que no colaboran, y además de las habladurías que estos formaban porque todos los días tenían que dar un bolívar para comprar queso y rellenar las arepas para el desayuno de los niños, y yo les dije:
        Claro, a mi no me importa dar un bolívar, hasta daría cinco o diez… pero es responsabilidad del gobierno dar el desayuno completo… como va a dar la harina nada más, entonces, para eso no le den nada… después tu los oyen diciendo que la comida de los niños está garantizada, y no es así.
Cuando voy al salón de mi otro hijo, todos comenzamos hablar de las familias y la maestra nos dice que es viuda, que tiene un año que su marido lo mataron. Todas nos quedamos pasmada y no sabíamos que decirle y una representante muy atrevida le preguntó:
        ¿Y cómo lo mataron?
Y ella entristecida y los ojos aguados contestó:
        No quiso seguir pagando vacunas, pues,  tenía que pagar vacuna a los policías y a los malandros de la zona… teníamos una cauchera…
Me quedé sin palabras e inmediatamente cambié la conversación. Ya de regreso a casa los perros rompieron las bolsas de la basura y todo el frente está horrible, pero antes tenía que escribir y aquí estoy, escribiendo como loca, con los pensamientos clavados en el bolívar para comprar el queso, en el infortunio de la maestra que quedó con tres niños chiquitos, yo con mi gripón y la casa un caos. Pero afortunada de tener a mi familia completa.
Escribe Hogareña

jueves, 6 de noviembre de 2014

VIVIR ASÍ...

No crean que la situación está fácil en mi país. Es muy difícil y duro vivir así. Cuando sales a la calle, puedes observar colas en todos lados. Las calles están  horribles con sus innumerables huecos y basuras por todos lados. Ayer por lo menos un carro llegó a dos cuadras de donde yo vivo y tiró a un señor (indigente) con una bolsita como si  él fuera un trapo sucio. Pobre señor quien se ocupará de él.
Esta no es la Venezuela que yo conocí cuando apenas tenía quince años, recuerdo que iba al parque con mis padres, en la entrada del parque habían chicos que nos guiaban por los sitios más emblemáticos, te entregaban un folletos, las plantas verdosas y sin hojas, y una patrulla vigilaba para que todo marchara bien. Ahora no lo puedo hacer con mis hijos por el mal estado que se encuentran estos sitios turísticos y el abandono total de las instalaciones.
Recuerdo pasear por las avenidas y era de buen gusto sentarse en un banco a comer helado y observar a las personas que pasaban por el frente. Ahora no se puede hacer por temor que te atraquen o si no los buhoneros te tapan el paisaje. Claro, que a veces comemos helados pero en la casa mirando la televisión.
Antes iba al mercado y compraba lo que sea, recuerdo el chocolate caliente, papas horneadas, el maní tostado o el queso amarillo. Ahora no los hay, sino más bien el estrés de las personas quejándose de esta mala vida.
Recuerdo que cada quien hacía lo mejor que le convenía. ahora  tienen que ponerse un traje rojo porque sino te tachan como traidor. Es horrible este gobierno que vive en una constante amenaza, amenaza y más amenaza. Y se las pasan atosigando para que nadie los traicionen su lema es "hay que seguir, no se cansen". Y como sea, gente la gente está cansada de tanto pasar trabajo y penas. 
Por más que hagan campaña, sigan amenazando, regalando limosna y todo lo que le pase por la mente los venezolanos estamos cansado por esta vida miserable.
Ayer salí a comprar medicina para el asma y solo venden dos cajas de diez comprimidos, mi esposo que sufre del corazón no consiguió las aspirinas, o sea dos semanas sin tomarlas, hicimos una cola para comprar acetaminofen una caja por persona.
¡No se puede vivir así! y lo peor es que vendrá más calamidad.
Escribe Hogareña

miércoles, 5 de noviembre de 2014

ALEGRÍA EN NAVIDAD

Nada de arbolitos de navidad porque esa tradición no le pertenece a nuestro país. Nada de San Nicolás porque tampoco pertenece a nuestro país. Nada de pavo, nada de bolitas ni luces y mucho menos de guirnaldas.
Sólo se venderán lo que los comerciantes tienen en el depósito del año pasado.
Aquellas luces que tanto alegraron las calles y avenidas quizás éste año no la veremos. Más bien estarán alumbrando las colas de los venezolanos en las puertas de los comercios. Más nada.
Acaso no es de otro país la celebraciones de las fiestas patronales, o quien carrizo la inventó. Quien inventaría comer cochino en navidad y las famosas hallacas. O el mismísimo cumpleaños. Son costumbre adoptadas por los venezolanos.Ni hablar de la religión y la política.
Yo creo que son escusas para tapar la vergonzosa desdicha de los venezolanos.
Y si pondré mi arbolito de navidad con sus luces y un San Nicólas.  Haré lo posible para que mis hijos estrenes su ropa y zapato. Y si voy a comer hallaca así tenga que cortar las hojas de la mata de plátano que tengo en el patio. Los juguetes estarán bajo el árbol y disfrutaré de la alegría de mis hijos. Espero tener felicidad entre la dureza de  mi país.
Escribe Hogareña

martes, 4 de noviembre de 2014

EL COCHINO ESTÁ SEGURO

¡Caramba! Está segura la pierna de cochino para las fiestas decembrinas. A matarse todos los venezolanos que tienen dinero para comprar una perna de cochino. El gobierno lo dice como si fuera una gracia o un heroísmo, como si de eso nos salvara de tanto calvario.
Dos container de juguetes para los niños. Lo que tienen dinero que le compren a sus hijos el juguete que encuentre y no el que desea. Pero no sin antes hacer tremenda cola, rozarse la piel sudada y hasta jalarse los pelos si es necesario.
Las hallacas es un lujo, el pan de jamón inalcanzable, los zapatos del niño son de cartón.
Mientras tanto soñaremos tener en el centro de la mesa una tremenda pierna de cochino como soñamos darles leche a nuestros hijos que por alguna razón me siento responsable por sus vasos de leche.
¡Cuando se terminará ésta pesadilla!

Escribe Hogareña

lunes, 3 de noviembre de 2014

Escribe Hogareña: MI TERCER CUENTO

Escribe Hogareña: MI TERCER CUENTO: Parece que es un sueño o mentira. Tantas luchas y esfuerzo para lograr lo que más he querido. Ahora es tan fácil que se me hace imposible d...

MI TERCER CUENTO

Parece que es un sueño o mentira. Tantas luchas y esfuerzo para lograr lo que más he querido. Ahora es tan fácil que se me hace imposible de creer. Mi tercer cuento seleccionado para conformar un libro, entre más de dos mil cuentos y mi nombre y cuentos están en esos libros. Claro ni siquiera finalista ni el ganador pero seleccionaron otro cuento más ¡Qué felicidad! Estoy cada vez más cerca gracias a “letras con Artes” en España. Aquí les va mi cuento:

LA MATA DE GUAYABA

Desde niña siempre quise leer al revés como lo hacía la tía Nancy, es por eso que me esforzaba por practicarlo en la punta de la mata de guayaba, entre los ramales lisos de tanto pasarle las manos de un lado a otro que apenas si se notaba las agraciadas figuras blanquecina con tonadas marrones arcaicas del tallo. Siempre cargada de ambarinas guayabas y su oloroso sabor a mermelada, despertaban bellos sentimientos.  La que no dice nada si estoy riendo o llorando, simplemente está allí esperándome.
Entre las horquetas pronuncié mis primeras vocales,  para luego pasearme entre libros y cuentos sin que mamá entendiera ni un poquito la pasión de la lectura y de monear en la mata cuando regresaba de la escuela. Solo compartí esa felicidad con las hojas que no paraban de bailar gracias a los cánticos del viento. Pero más tarde descubrí que la tía no sabía leer a eso atribuía agarrar el periódico al inverso, y con razón la mata se reía de mí, con razón no podía entender lo que me quería decir las frutas cuando le encontraba algún gusano, con razón me rasguñaba las cascaras secas del escapo que emergía con tanta facilidad.

DAILET M. BUTTO R.


Escribe Hogareña

viernes, 31 de octubre de 2014

MUJER VI

Una mujer estaba haciendo cola, llevaba medio día agarrando sol y el ajetreo entre empujones y malas palabras la dejó con los cabellos alborotados, hablaba de esto y de lo otro, de repente un hombre se acercó y la sacó de la cola por la misma melena, la mujer pegó un grito y cuando lo vio se quedó pasmada, entonces el hombre dijo “estoy cansado de llegar a casa y no encontrar almuerzo, que vaina es ésta, todos los días haciendo cola tras cola, hasta cuando… los niños están solos, la casa es un desastre y tú aquí muy tranquila, vamos a la casa carajo” pues era el esposo, todas nos quedamos mirando, unas decían “este hombre es un pasado vale, la mujer haciendo cola para comprarle la comida y él le pega” y otras agregaban “pero también recuerda, que hay mujeres que se ponen obsesionada o fanática haciendo cola y más cola, por lo menos yo hago cola cuando necesito, no hago cola solo por hacerla”.
Después que se casó se olvidó arreglarse el cabello, de vestirse bien y utilizar una pintura en los labios, como lo hacía cuando estaba soltera, ahora está gorda y las demás decimos “amiga que pasó contigo porque te abandonaste así. Apenas si se le ve al frente de la casa en aquella bata que jamás pensamos verla así. Ella siempre tan cuidada, meticulosa y coqueta.
Están las mujeres que se lamentan de su suerte, y viven echándose culpa en el pecho sin valorar lo que tiene a su lado. Ambicionan lo que no tienen y lo que jamás tendrán. Pero jamás hacen nada para cambiar esa realidad sino que esperan a un hombre que le cambie la vida.
Las que se visten como hombre, actúan como hombre y parecen hombres. Los niños de la escuela la imitan en son de burla y ella ni caso le presta.
Las que odian, envidian y desean todo de la fulanita de la esquina. Que  si tienen la oportunidad destruyen lo que sea.
Se encuentran las que no pierden la oportunidad de coquetearle a quien sea, así sea el esposo de su mejor amiga y se hacen llamar “amigas por siempre”.
La ex de Carlos lo dejó por otro, porque según el otro le iba a dar lo que nunca Carlos le dio. Carlos le había dado una casita no muy grande, tenía carro propio, y le daba lo que ella necesitaba. Pero ella no estaba a gusto o no lo quería en realidad. Le había sido infiel varias veces, pero Carlos nunca nos creyó. Pues, salía a trabajar y siempre creyó en ella. Para sorpresa de todos un amigo lo llamó y lo llevó al lugar donde ella estaba con otro tipo y fue allí cuando abrió los ojos y comenzó a juntar el rompe cabeza. A pesar de su infidelidad Carlos le pidió que no lo dejara pero ella se fue con el otro tipo y salió embarazada. El otro tipo nunca le compró una casa más grande, y no tienen carro y no la lleva a pasear. Ella en este momento está pasando por muchas carencias, vive alquilando (y como le va a comprar casa con ésta situación tan difícil que estamos pasando los venezolanos), está arrepentida y quiere volver con Carlos. Pero él ya se recuperó tienen otra mujer. De los errores también se aprende. Y de qué forma aprendió ésta mujer valorar lo poco que tiene.
Cuando se cree que hemos visto todo, pues, no hemos visto nada. Este es el principio de algo visible y cotidiano.

Escribe Hogareña
 
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