Un muchacho bueno, respetuoso, callado, trabajador, amable y obediente, es todo lo que necesitaba el patrón, y así lo consiguió.
Pero detrás de ese muchacho con muchas cualidades buenas y calificadas, se encontraba un monstruo. Un monstruo que se iba moldeando a medida que pasaba el tiempo. Quien creería que el chico robaría a su patrono. Quien lo ayudó en sus momentos más difíciles y le entregó las llaves de su casa. Si no lo hubiese visto, jamás lo hubiera creído.
Porque jamás creyó que fue él quien lo robó. Más bien acusaba a otras personas que no tenía nada que ver con el escándalo. Pues, el patrono conocía a su familia en especial a su madre. Y resulta que la misma madre era una de las partícipe de los delitos que cometía el muchacho al igual que la esposa y hermanos.
Algunos lamentándose responsabiliza a la situación del país, mientras otros, a la esposa que presionaba al joven para que consiguiera algo más de dinero. Claro, porque con el patrono ganaba lo justo.
El blutor le dio una salida rápida "le ofreció que vendiera droga" y el acepto, inmediatamente un carro lujoso se paró enfrente de su casa con una bolsa,quien él después comenzó el negocio. Luego, comenzó a faltar al trabajo e iba cuando quería. Sin embargo el patrono inocente lo buscaba para que no perdiera el trabajo y por la supuesta confianza. Y los vecinos asustados por la mafia que se había formado en ese hogar.
El muchacho se vio afortunado y con dinero en las manos, su esposa y madre emocionadas por la entrada de dinero y empezaron a gastar todo lo que ganaban vendiendo drogas. Y el día que le tocó pagar las drogas se vio que no tenía nada en los bolsillos, por lo que empezó a robar a todo al que pasaba por su lado.
Ya tenía en su poder varias armas que las escondía en el patio junto a las drogas. Y como no pagaba porque la cantidad de dinero era muy grande, comenzaron a delatarlo, en ese instante robó al patrono, muchas herramientas y todo lo que conseguía a su paso.
Hasta que llegó la policía y lo agarraron, entre tantos golpes y sometimientos confesó su fechoría, y se lo llevaron preso, pero como tenía a un familiar que es militar lo sacaron, está en la calle. La gente dice que está huyendo porque los policías prometieron que donde lo vieran lo iban a matar, ya que no podían meterlo preso porque tiene quien lo suelte. También lo busca el del carro lujoso, para que salde cuentas pendientes.
El patrono sorprendido y aún incrédulo lamenta que éste muchacho haya decido mal y ruega por su familia y hogar. Y todo lo dice "no se puede confiar en nadie, he aprendido la lección".
Escribe Hogareña
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