Mi cuento por la Editorial "Letras con Arte". Con el tema "personas afectadas por la crisis"
TRESCIENTOS
VEINTICINCO
Renuente me levanto de
madrugada, inmediatamente tengo puesto los zapatos más cómodos y un abrigo en
el hombro insinúa un largo amanecer. Las calles están desoladas y el cielo
nublado, un perro echado en aquel rincón y camino hasta la esquina sin dejar de
mirar las luces de los postes, con algunos insectos revoloteando a su alrededor
acompañado de la misma soledad que siempre visita cada noche.
Puedo escuchar los pasos
macilentos de mujeres que me alcanza, pero no me atrevo mirarlas, cuchichean
entre ellas, y, luego ríen, pero es una risa de miedo e insegura, es la
inseguridad que siento las veces que es obligatorio hacer cola. Ya puedo sentir
el rocío de la aurora, cuando el frío se posa en mi cuerpo poco a poco. Me
pongo el abrigo y apresuro el paso. Son rostros tostados por largos días en el
inclemente sol, sólo para obtener alimentos. Más adelante, gente que discuten
por algún motivo, no me atrevo acercarme, un hombre grotesco marca mi brazo con
el número tres, dos, y cinco, la tinta no se quita ni debo borrarla, es mi
número, es mi marca, es una bolsa de comida que trataré de comprar exponiendo
mi vida.
DAILET
M. BUTTO R.
Escribe Hogareña
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