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jueves, 10 de junio de 2021

CAPÍTULO 13 III

¡QUÉ TIENEN TUS OJOS!

-Y usted señorita, la he visto en la casa Del Monte.

-Sí señor, trabajo desde hace unos días, pero para que sepa solo tengo una semana trabajando allí.

Mario sonrío y agregó:

-Lo noté al servir el café.

-Fue un accidente…

-¿Cómo te llamas señorita?

-Lupe para servirle

-La única forma de pagarme es que me acepte un café.

-Un café, no sería mucho

-Solo le pido que se tome un café conmigo y quedamos a manos.

-Está bien, pero le digo que no tomo café.

-Entonces un jugo.

Karla al ver la mirada de los dos se despidió excusándose que tenía que ayudar a Octavio.

ENCUENTRO A SECRETOS

Joe medía el aceite del carro cuando desde el jardín apareció Erika. Tan risueña como siempre y sin dirección a dónde ir. Tenía una bata beis de seda, en pantuflas, cabello recogido y un labial rosa suave que la hacía resaltar su belleza. Joe al verla desorientada se dirigió hacia ella deteniéndola por el brazo

-¿A dónde va señora?

-Joe, Joe te buscaba… no me dejes tanto tiempo sola… porqué te escondes mi Joe…

-Señora silencio que cualquiera nos puede descubrir.

-Sabes que te necesito a mi lado…

-Y yo a usted, pero debemos ser discretos porque alguien nos puede descubrir…

Joe tomó por la cintura a Erika y se la llevó en donde se encontraba las azucenas, los helechos y los orquídeas.

-Yo también la necesito –Dijo el chofer mirando a los lados, luego dirigió su atención a los ojos hondos y ojerosos de Erika para luego tocarle sus labios sutilmente con sus dedos y con la otra apretaba su cintura hacia su cuerpo y juntaron sus labios lentamente y sin premura.

-Sabes que te amo señora, sabes que muero por tus besos, sabes que muero por ti bella dama.

Joe era el hijo del chofer anterior que le servía a la familia desde hace años, en la cual fue creciendo y criado con Regia, los dos son de la misma edad y muchas veces jugaron juntos en los alrededores de la mansión, hoteles y piscina, pero desde que Regia viajó a Europa cambió su forma de ser. Era como si le hicieron un lavado psicológico de lo que era en realidad. Desde entonces, Regia dejó tratar a los empleados, a sus amistades, amigos  y en especial a Joe que luego después le dio el puesto de su padre. En la cual Joe tuvo que aceptar porque no sabía hacer otra cosa que trabajar como chofer mientras termina sus estudios.

-Tú sabías Joe que mi esposo es infiel…

-Tranquilízate mi amor, no pienses en eso… aquí estoy yo

-Nadie me quiere, ni siquiera mi hija

-Yo no solo te quiero, también la amo.

-¿Qué Sabes tú del amor Joe?

-Sé más de lo que piensas, siempre estuve enamorado de ti, desde niño, siempre te veía en los pasillos y no dejaba de mirarte.

-Joe llévame a mi cuarto por favor…

-Ahora no mi amor, solo quiero que respire aire puro… ven toma mi brazo y caminemos un poco.

Un día Joe estaba en la cocina, cuando escuchó un grito. El servicio doméstico tenía el día libre por lo que era el único que se encontraba en casa. Al encontrarse con la señora Erika la miró desnuda, mojada, nerviosa y gritando que matara el insecto que estaba en el baño.

Este sin mediar palabras se deshizo del insecto, tomó un paño y lo puso alrededor del cuerpo de aquella mujer. Joe temblaba de miedo y no era por el susto sino por tan hermosa figura de esta dama. Ella que estaba en sus cabales notó su mirada así como todas las miradas que él ponía al verla.

-Mi esposo no me mira como lo haces tú

-¡Qué dice señora!

-Siempre lo he notado, solo que disimulo porque sé que eres un niño.

-No soy un niño

-Sí lo eres, más bien pareces mi hijo…

-Señora no me conoces

Joe se e fue acercando

Tu y mi hija son como hermanos, me haces el favor y me respecta, deje de estar mirándome así, podría ser tu madre

Joe se la acercó aún más, y la miraba con lujuria  y dijo en susurro le dijo:

-Con el permiso de usted, la voy a besar

-Siempre esperé este momento.

miércoles, 9 de junio de 2021

CAPÍTULO 13 II

 EN OCASIONES

Al amanecer, los niños asistían al colegio y  la clase trabajadora salían a sus trabajos. Luis se alistaba para ir a su puesto de mercado y con él Lupes quien haría el mercado de esa semana.

-No voy a regresar hermano, yo quiero quedarme aquí con mi gente, esta es mi vida, mi alegría, mis muchachitos me necesitan…

-Ya no insistas Lupita, usted está metida en tremendo rollo con esa gente, y si no te vas pues vas a morir.

-Te prometo que no voy a buscar más pléito.

-Nada de eso y apúrate.

Los dos salieron de casa, y caminaron por la misma acera de todos los días, sumergida entre la soledad y abismo, con gentes conocidas  y alegres, pero esa alegría que esconde una tristeza desconocida.

-¡Hermano! –Exclama Luís

-Vamos temprano –Contestó Octavio

Después de saludarse, con un apretón de mano siguieron a la macha por aquella calle solitaria.

-¡Sí! tenemos que llegar primero que los camiones.

Siguieron bajando y se encontraron con Karla que los esperaba desde su casa. Es evidente que Karla desde aquella noche fatídica, no puedo estar más sola, ya que en su mente veía el rostro de Gabriel sangrienta y aquellos gemidos de dolor, llegando a la conclusión que en cualquier momento ella sería la próxima víctima.

Octavio y Karla iban tomados de manos, puesto que días anteriores, ella por fin después de muchos años de insistencia, después de mucho tiempo de cariño y atenciones, después de días y noches de estar a su lado, aceptó ser su novia. Octavio todavía no se lo creía, y se veía en el espejo en varias ocasiones recordando ese día en que ella le dio el primer beso en una cafetería común, colmado de gente, pero que para ellos solo existían ellos dos.

-Te amo Karla, sabes que te amo y te amo desde niño, ya no lo puedo evitar, ya no puedo seguir siendo tu amigo, creo que lo mejor para los dos es que no te vea más, porque seguiré insistiendo, y me hará más daño…

Karla lo miraba confundida, recordando aquella noche cuando Octavio la consolaba en su pecho; sentía un palpitar diferente, sentía un ardor en su estómago, sentía que moría de nervios al rozar su piel con la de Octavio, y descubrió que estaba enamorada de él.

Ella sin pensarlo dos veces y por impulso entrelazó sus manos con las de él. El la miró fijamente a los ojos, y se levantó, ella también lo hizo. Y sin mediar palabras juntaron sus labios mientras sus corazones palpitaban muy fuertes.

-También te amo Octavio, también te amo…

Luego se abrazaron muy fuertes y desde entonces los dos están juntos, muy juntos y felices.

EN EL REENCUENTRO

Bajaban la mercancía de los camiones, cajas de bananas, manzanas, uvas, peras, mangos, tomates… Octavio y Luis estaban ocupados mientras, Karla y Lupe se paseaban por los alrededores.

-Regresarás al Hotel –Dijo Lupe

-Tengo que regresar, necesito el dinero

-A mí me obligaron a trabajar en esa casa, es un tormento que llevo por dentro y me ahoga...

No terminaba de hablar cuando las dos fue sorprendida por el inspector Mario

-¿Buenos días señoritas? Mi nombre es el inspector Mario y necesito hacerles unas preguntas.

Lupe lo miró a los ojos y de la nada empezó a reir.

-Perdón, perdón…

-De qué se ríe señorita

Lupe se acordó del café caliente que por accidente derramó en su pantalón

-No nada perdone usted…

-¿De qué quiere hablar usted inspector?

-Solo quiero hacerles unas preguntas a las dos.

-Diga usted –Seguía riendo Lupe

-Me podrían explicar qué relación tienen ustedes con la familia Del Montes

-Solo de empleados inspector –Contestó Karla

-Me podrían decir que si han observado algo fuera de lo normal.

-Esa noche la señorita Regia fue a mi lugar de trabajo con amenazas para que me apartara de Gabriel.

-¿Por qué?

Karla bajó la cabeza, luego agrega:

-Porque Gabriel me había invitado a cenar, una cena que rechacé pero insistió

-Hubo algo entre ustedes dos.

-No señor nada.

-¡Está segura!

-Había una atracción entre los dos… ahora me arrepiento de haber correspondido a ese sentimiento, pero aún así ni hubo más que atracción.

El inspector no dejaba de mirar a Lupe que tenía dos clinejas que le llegaba al hombro y vestida con una braga con broche en el pecho. Le parecía una chica rebelde y angelical.

martes, 8 de junio de 2021

CAPÍTULO 13

 INTRIGAS

Es día de descanso y lo que más se anhela los empleados de la familia Del Monte es estar con su familia. Marisol y Lupe suben algunos escalones, a través de una vereda, entre casas y casas de colores muy llamativos. La gente corresponde los saludos que éstas mujeres dan por cortesía o por el simple hecho que  conocen a todos  los pobladores de la comunidad.

-Es una familia con muchos problemas Lupe, solo tienes que concentrarte en tu trabajo y verás que todo te saldrá bien –Aconsejaba Marisol

-Son extraños…

-Usted no está allí pa´ pensá Lupita, solo tiene que trabajar y listo.

En un cordial saludo se despidieron. Y Marisol entró a su casa. Xavier que se encontraba en la cocina salió apresurado y la recibió con un gran beso, inmensamente apasionado que siguió  con unas caricias y algunos susurros al oído que decía “te extrañé muchísimo mi amor”, mientras el otro, repetía “contaba los minutos para verte”.

Mientras tanto Lupe fue recibida por los niños que la abrazaron y la invitaban a jugar pelota.

-Les prometo que mañana si jugaremos una partida –Les repetía Lupe que deseaba llegar a casa.

Siguió caminando y fue sorprendida por Kimi.

-¡Epa muchacha, ven acá!

Lupe que ya había oído hablar de ella y que era superticiosa de los supuestos poderes se le acercó.

-Diga usted.

-Los espíritus me han hablado que tengo que protegerte muchacha,

Kimi la tomó de su mano, sintiendo algo extraño en su cuerpo en la cual comenzó a decir:

-¿Vas a sufrir mucho?

-¿Qué estás diciendo?

-Que te vas a enamorar, y ese amor traerá muchos cambios en tu vida que no serán muy buenos…

-¡Estás loca! Yo enamorarme

-¡Sí! te vas a enamorar, los espíritus no mienten… y serás correspondida. Pero tendrán que luchar para mantener vivo ese amor.

--No señora, usted está equivocada, yo jamás podría enamorarme.

-Esa familia tiene muchos secretos, esa familia será tu perdición, esa familia te traerá muchos problemas. La conozco muy bien, una vez fui como tú, una vez fui inocente, una vez tenía sueños…

Desde su cuarto Javier grita;

-Ya vas a empezar otra vez con tus cuentos… la cagaste kimi, debiste sacarle mucho dinero a esa gente y no estuviéramos en este barrio inmundo. Al contrario, estuviéramos en la alta alcurnia, conviviendo con gente refinada como nosotros, con gente de poder, eso es con la gente que debemos relacionarnos.

-Deja de hablar

-Claro que sí, te dije mil veces que pidieras y que pidieras, pero tú y tus benditos espíritus son unos fracasados, y mira en donde nos tiene…

Kimi sacó algo de su gaveta y era un amuleto.

-Ponte esto que te protegerá… lo siento mucho, no puedo concentrarme con las quejaderas de Javier… a veces se pone insoportable, será mejor que regreses otro día.

EL PLAN

De mucho amor, caricias y besos terminaron abrazados en la cama, hablando de los sucesos que habían acarreado a la familia Del Monte. Esa tarde Xavier y Marisol sabían muy en quien era Gabriel y solo quisieron sacarle provecho a la situación de una cena gratis. Desde el principio fue sacar información de un posible relación entre Karla y Gabriel y así poder manipular a Gabriel.

-¿Qué vamos hacer? –Decía Marisol

-No hagamos nada Marisol, mira yo soy feliz contigo, me basta con tu amor, no seas tan inquieta, sigues trabajando allí es tu decisión, pero creo que con mi trabajo podemos vivir bien los dos.

-Tú siempre tan simple amor, hay que aprovechar que estoy allí y ver cómo sacarle jugo a mi suerte.

-Mi amor por favor, quiero quedarme abrazo contigo aquí, déjame disfrutarte por favor sí.

-Vida, ya sé, sigamos a la señorita Regia para ver qué hace y si la vemos en algo malo, y zasssss… pedimos dinero…

-Mi amor por favor no hablemos… ven abrázame…

-Mejor a la señora Erika… se la pasa encerrada en su cuarto, debe ocultar algo.

-No sé cómo pude enamorarme de ti, no sé como tienes el poder de volverme loco, no sé cómo me arrastra a tus locuras…

-Estoy casi segura que el señor Rafael tiene muchos secretos… pues necesito descubrirlo ¡qué será!

-Un día de estos te vas a llevar un susto, un día de estos por estar de fiscona te llevarás una sorpresa, no seas tan inquieta y deja ese trabajo, yo puedo pagar las cuentas Marisol, poco a poco vamos.

-No me pidas eso corazón, soy yo la que siempre tengo que salir adelante, sabes muy bien que necesitamos ese dinero, sabes muy bien que no quiero vivir aquí, sabes muy bien que tu sueldo no nos alcanza para vivir.

-Pero nos tenemos el uno al otro.

-Eso no basta y tú lo sabes, yo quiero más… voy hacer un plan ya verás…

 

 

 

 

lunes, 7 de junio de 2021

CAPÍTULO 12 III

EL PASADO

Fue imposible olvidar aquella noche fatídica. La gente asombrada por dos muertes extrañas. Revisaron cada turista, empleados, allegados y a todos los presentes. Revisaron hasta debajo de los jarrones. Sin encontrar alguna pista que llevara a sospechar o investigar. Estaban como al principio, era una asesino en serie que tiene un modo operandi singular que lo identifica de cualquier otra persona.

La familia Del Montes fue la más investigada, ya que todos los que han muerto han tenido que ver con sus integrantes.

-Estaba desconsolada y triste… ¿Cómo cree que voy a cometer un crimen tan feo como ese? Además el inspector Daniel tiene más fuerzas que yo… -Decía Regia una y otra vez.

Ignacio miraba a Regia de reojos con algo de temor, pero a la vez con desprecio, porque estaba convencido que era la rosa roja. Aunque no preguntaba, ya era un hecho que su señora era una asesina. En las noches en su lecho pensaba y tenía pesadillas con la Guaricha y a la vez en aquel puñal que sorprendió aquel inspector.

Pasaron días para que la vida siguiera normal. El entierro de Gabriel fue en total silencio. Y con su muerte quedó saldada las deudas de su padre.

En ese día, la gente vestida de negro se encontraba en el cementerio. Los más dolientes sentados en sus sillas lloraban sin cesar. Tampoco Regia dejaba de llorar, fue la más afectada de todos los presentes, su madre Erika se la arrimó al pecho y secaba sus lágrimas.

Entre el gentío, se encontraba el comandante Mario, y su nuevo compañero Gutiérrez. Y varios inspectores que se hacían pasar como un ciudadano común y corriente. Uno disimulaba ser jardinero, otro vendedor de helado, más allá el ayudante del sacerdote Claudio con quien ya habían hablado y en cual se encontraba nervioso.

-No lo van a creer –Repetía y repetía el sacerdote Claudio

-Cloro que sí –Le contestaba Mario firme en sus palabras.

En la bendición del padre y después que roció agua bendita a la urna,  Mario observaba a Regia, incrédulo de su dolor, miraba a Rafael que no daba algún signo de compasión, de repente miraba a Joe el chofer de Regia que se encontraba lejos leyendo periódico, y Mario pensaba “podría estar disimulando, será el asesino”, luego miraba a Ignacio que se encontraba detrás de Regia, y hasta en la misma Erika, que mostraba ser indefensa y triste.

La ceremonia seguía, y de la nada apareció una mujer extravagante que fue detenida por Maxi:

-¿Qué quiere señorita?

-Quiero hablar con Rafael, yo soy la señora Del Monte –Dijo Diana embriagada, vestida con una minifalda,  un escote en el pecho, algo de escacha en el cuello, unos tacones altos, gruesos y brillantes y una cerveza en la mano.

-No señorita, usted no va a ningún lado, venga para acá.

Joe que se había percatado de la situación y quien Maxi le movió la cabeza como dándole ordenes, llamó a Rafael.

A cabo de un rato aparece Rafael. Algo nervioso por la presencia de aquella mujer.

-¿Qué haces aquí?

-Tú me prometiste que sería la mujer Del Monte.

-No te prometí nada.

-Sí me lo prometiste… me lo prometiste cuando te regalé…

-Caya mujer, caya… olvida el pasado… te pagué muy bien.

-Me siento sola, si tan solo no te habría entregado a…

-Vete de aquí… vamos, vete de aquí, y me espera en el bar…

-No… yo te quiero mucho, muero de amor por ti, mi vida… ven conmigo y hagamos travesura aquí mismo…

-Estás loca… vámonos a tomar un café

Los dos caminan entre las cruces y cementos, entre flores y recuerdos, entre tristezas y restos de cuerpos humanos.

-Acaso no te gusto –Sigue Diana

-Claro que sí Dianita, claro que me gustas mucho

Diana recuesta a Rafael hacia un árbol de pino, y le comienza a dar besos por el cuello mientras le afloja la correa, desabotona la camisa y baja la cremallera del pantalón…

-No mi amor, no estás bien…

-Sí Rafael… estoy bien, yo quiero hacerlo aquí contigo, ahora mismo, qué nos detiene…

-Nos detiene que no estás bien y no te quiero así… claro que te deseo pero no así…

Rafael la aparta a un lado y luego le acomoda el escote, y se acomoda la camisa, sube la cremallera y siguen caminando. Más allá, desde lejos, los observa Erika quien con desdeño y melancolía se seca las lágrimas y vuelve al entierro.

LA DESAPARICIÓN

El sacerdote da la orden que pueden bajar la urna, y poco a poco la gente comienza a tirar las rosas en el hueco. De repente el mecatillo se suelta, como si con intención fue cortado y la urna cae de golpe en el hueco. Los presentes salen corriendo muy asustados, menos Regia, Erika, Maxi e Ignacio, era como si ya sabían lo que vendría.

Mientras Mario corre hacia el hueco y observa la urna rota, mal puesta y algo que salía de ella por lo que bajó a investigar. Inmediatamente abrió la urna y solo se encontró bolsas y bolsas de arena.

-¿Dónde está el muerto? ¿A dónde se fue? –Dice Mario.

-Es arena comandante ¡El muerto no está! ¡-el muerto desapareció! –Agrega Gutiérrez.

-El asesino se burla de nosotros –Dijo Mario con impotencia mientras empuñaba la arena.

Desde ese momento Mario comenzó a sospechar de Regia, al observarla tan fría por tal escenario,  pero no tenía evidencias, por lo que quiso hacer sus investigaciones por su propia cuenta ya que lo tomó personalmente.

sábado, 5 de junio de 2021

CAPÍTULO 12 II

 SENSACIÓN DE DOLOR

La gente salió corriendo sin dirección, mientras los guardias auxiliaron a Gabriel que se encontraba en una cruz agonizando, apenas si se le escuchaba los balbuceos y los gemidos de dolor, más atrás corrió Regia llorando y junto a ella Ignacio quien le sostenía de los brazos.

-Mi señora es mejor marcharnos.

-No mi wichito quiero estar con mi novio, quién le hizo esto, no, no, no puede ser…

-¡Sácala de aquí Ignacio! –Exclamó señor Rafael del Monte con autoridad.

Mientras Gabriel en el suelo decía, fue, fue, fue… hasta que se quedó quieto… su cuerpo desnudo desangrado fue cubierto por una sábana hasta que llegara las autoridades.

-Ya no hay que hacer –Agregó Rafael preocupado

Por su parte Karla no paraba de llorar, inmediatamente recogió sus cosas y salió del gran salón, pero los detectives ya habían mandado a cerrar el hotel, ya que el criminal se encontraba entre la gente y todos necesitaban ser investigados.

-¿Por dónde comenzamos mi comandante? –Dijo Daniel mientras veía a la gente.

-Asegúrese que nadie salga del hotel –Le dijo Mario

-Es una orden mi comandante.

Contestó Daniel mientras sacaba una libreta de su bolsillo.

Karla que se encontraba entre los trabajadores del hotel fue sorprendida con la presencia de Octavio

-¿Cómo te encuentras Karla?

-Lo mataron Octavio, lo mataron. Es horrible, si lo habrías visto.

-Ya, ya, ya… cálmate, ven a mí mi niña…

-Qué bueno que estés aquí… siempre estás conmigo en los momentos más difíiles…

Octavio le secó las lágrimas, la llevó hacia su pecho.

-¿Cómo supiste Octavio? No entiendo

-Ya, ya, ya… eso no importa en estos momentos.

SILENCIARLO

Daniel camina por el pasillo de las habitaciones, y el silencio reina en las habitaciones, nadie habla, nadie dice nada y solo se escucha un murmullo. Daniel se va acercando y pone atención de lo que se habla al otro lado de la puerta. Se acerca un poco más y escucha la voz de Regia.

-Viste Wichito lo que le pasa a los que me engañan… si yo soy una buena mujer, solo deseo que me amen, solo deseo un poquito de amor, yo no pedía más nada, sino amor… acaso es difícil que me amen…

Daniel se acerca un poco más y mira por la puerta. Y observa a Ignacio sentado en la cama y Regia en el piso recostada de Ignacio mientras le pasa la mano por la cabeza.

-Ya señora mía, estoy aquí.

-Todos Wichito, todos son unos traidores… esa periodista lo único que tenía que hacer era hacerme famosa ante el mundo, y pues, mira como quedó, la Flaquita por no ser discreta mírela entre las aguas… pero, pero, pero, no me culpe wichito por la muerte de la Guaricha, yo no fui wichito, esa si no fui yo, yo te lo juro que no…

Por un instante, Ignacio  mira con desprecio a Regia, aún sabiendo que es culpable de su muerte. Pero sabe que no puede ir al contrario de sus palabras y vuelve acariciar su cabello.

-Es un mugroso mi Gabriel, le brindé la oportunidad de pagar sus deudas con su fidelidad y mira como me pagó… no merecía estar con nosotros wichito… lo único que le pedí fue amarme… no le pedía mucho wichito, solo amor… dime que tengo de malo, tú me ves que soy mala, dime wichito soy mala…

Mientras Daniel escuchaba esa conversación, trató de alejarse, pero se tropezó una figura, vestida de negro, con cabello negro y una máscara de muñeca de porcelana.

-Quédese quieto, no se mueva –Dijo Daniel.

La persona no respondió.

-Soy comandante del departamento de investigación criminalística del estado, le pido que se quede quieto y ponga sus manos atrás, es una orden.

Daniel se moría de nervios y no sabía qué hacer, desenfundó el arma pero para cuando lo hizo, Regia por detrás lo apuñaló.

-Otra muerte Wichito, otra muerte… tú crees que me gusta matar gente… no wichito, no me gusta… Yo soy noble, tranquila, amable y bella.

Era la primera vez que Ignacio presenciaba un crimen de Regia. Y sus manos comenzaron a temblar.

-No me gusta estar mirando como sus ojos se apagan al frente mí, no me gusta la muerte, al contrario wichito,  vivir para ser felices.

Daniel que todavía estaba vivo, hizo un disparo, pero sin dirección.

-Vamos wichito ayúdame, vamos wichito…

-No, no, no me pidas esto Regia, yo no puedo.

-Ven wichito…

Ignacio se fue a la habitación dejando sola a Regia. Mientras ella decía;

-Odio ensuciar mi vestido, estoy muy hermosa acaso no me has visto, y más odio tener que quitarle la vida, sin ni siquiera conocerte, odio verte así miserable, dime que hacías de metiche…

El hombre negro ató las manos de Daniel, mientras agonizaba y suplicaba por su vida. De arrastra lo llevaron a la capilla. Mientras los policías que escucharon el disparo comenzaron a buscar por todos los rincones de dónde provenía el disparo. La gente estaba alborotada.

Ya en la capilla Regia con su puñal escribió en la espalda de Daniel “por ser metiche”, lo colocaron de rodilla hacia la imagen de la virgen María y el hombre negro le pasó un cable por su cuello, y comenzó apretarlo. Mientras Regia giraba y giraba en aquella capilla de olor armoniaco e incienso, sus brazos subían y bajaban y giraba y giraba,  de un lado a otro como si escuchara una balada. Hasta que Daniel dejó de respirar.

EL ÚLTIMO SUSPIRO

El inspector Mario llegó a la capilla pero ya era tarde, encontró a Daniel, de rodilla frente a la imagen, con los ojos abiertos y mano untadas, con una rosa en los labios y un escrito en la pared que decía “la rosa roja”.

No se podía tocar la escena hasta que llegara el forense, mientras que revisaba el lugar, se encontró a Regia dormida en la cama junto a Ignacio con el televisor encendido a todo volumen en la habitación al final del pasillo.

-Usted no escucho nada –Dijo Mario

-No escuché nada. Solo miro esta película, sí que está buena… no sabemos nada de la muerte de Gabriel, por fin logré que mi señora durmiera y no quiero que la moleste.

-No digo de esa suceso, digo del inspector Daniel.

-¿Quién es Daniel?

-Apareció muerto en este mismo piso.

-No sabemos nada, sí escuchamos algo pero no quise salir sabiendo que mi señora está muy mal.

-No se muevan de este lugar… me esperan aquí.

-Y para dónde nos moveríamos señor.

viernes, 4 de junio de 2021

CAPÍTULO 12

UN BESO LO CAMBIA TODO

Era día de fiesta, en el hotel del “Montes”, la aglomeración de los turistas se hacían presente en el gran salón, caminaban de un lado a otro, tomaban licor y reían, la música en vivo se hacía sentir y  algunas parejas bailaban,

Karla con la bandeja en sus manos servía copas de vino a los turistas que iban llegando. Desde la distancia notó que se acercaba Gabriel, bien vestido con su saco negro de noche y corbata azul marino. Karla se sintió nerviosa pero se concentró en su trabajo para olvidar lo que había sucedido en la noche anterior cuando la llevaba a  su casa.

Gabriel tomó una copa vino, tomó un lirio que se encontraba en el ramo de flores del centro del mesón y se acercó a Karla.

-Este bello lirio es para ti.                                                                

Gabriel le puso el lirio ajustado en la parte derecha de su pecho en donde se encontraba su camisa.

Karla se enrojeció y sin decir palabras siguió adelante.

Todos bailaban y reían, mientras  la puerta principal apareció una mujer de vestido rojo, algo descotado en la espalda y medio mostrar de sus pechos, todo pegado al cuerpo, el cabello recogido con un gancho rojo, también sus labios se hacía verse de un rojo intenso, tan glamurosa que todo los que estaban presentes comenzaron aplaudir. Era Regia la anfitriona de la fiesta. Toma de la mano de Ignacio que también estaba vestido a la ocasión con un pañuelo rojo en su saco que lo hacía sentir parte de Regia.

Gabriel se acerca a Regia, quien lo recibe con un beso sutil en las mejillas y la invita a un baile. Los dos se van a la pista sonrientes y comienzan a girar de acuerdo al ritmo de la música.

-Anoche te esperé amor –Tenía algunos tratos que cerrar.

Juntas sus mejillas y vuelven a dar otra vuelta.

-Estas muy hermosa Regia

-No parece bastar ante tus ojos amorcito.

-Si eres hermosa.

-Si lo sé… pero al parecer no es suficiente para ti

-¿De qué hablas?

-Déjalo, no nada… a veces hablo por hablar amor… solo bailemos que la gente nos mira.

Karla no deja mirar a la pareja bailar, siente algo extraño en su corazón y se aleja del salón, entra a la cocina con algunas lágrimas en sus ojos, y sigue caminando hasta salir afuera. Sin saber cómo y dónde apareció Gabriel y le extiende un pañuelo.

-Toma sécate las lágrimas

-Ella lo miró y secó las lágrimas con sus manos

-Es un compromiso que tomé, mi padre le debe mucho dinero a su padre, y la única manera de saldar la cuenta es casarme con Regia. Solo pretendo salvar a mi familia.

-No tiene porqué decirme estas cosas.

-Te lo digo porque me importas más de lo que te imaginas.

-Qué te puedo importar, acaso no la viste… es bonita, educada hermosa es…

Gabriel le pone su mano en los labios y le dice:

-Desde hace tiempo me gustas mucho, y más que gustar, estoy enamorado de ti, no coordino mis ideas cuando estoy contigo y no dejo de pensar en ti. En mis sueños está tu rostro, tus ojos, tus labios y solo deseo que esa noche termine para verte otra vez. Dime que sientes lo mismo por mí y soy capaz de abandonar todo por ti. Dime que me amas y soy capaz de ir allá y decirle a Regia que eres todo para mí.

 

Gabriel se fue acercando poco a poco  y con ternura tocó los labios de Karla, su mano entre el rostro y su cuello, y  la llevó junto a él y se besaron. Karla lo abrazó y por un instante se olvidaron del mundo.

-También te pienso mucho –Dijo Karla

Desde una esquina Ignacio tomaba fotos de aquel encuentro.

CAMBIO DE PLANES

Regia hablaba con algunos clientes cuando fue interrumpida por Ignacio. Ella lo siguió hacia un cuarto y éste le mostró las fotos.

-Éste hijo de puta, se atrevió engañarme, este hijo de puta quién se cree que es…

-Cálmate mi señora, cálmate…

-No me pidas que me calme, y menos con esta mujersuela.

-Sé inteligente mi señora, no pierdas el control.

Regia comienza a tirar jarrones, a romper ventanas, espejo y todo lo que se atraviese. Mientras Ignacio, con voz temblorosa le repetía cálmate mi ama. De repente Regia se tranquiliza y se mira en el poco espejo que quedó pegado en la pared y dijo:

-Sí Wichito, tengo que calmarme, tengo que calmarme, vamos a fuera y que siga la función.

De regreso, Regia vuelve a socializar con la gente y se pasea de un lado a otro con una sonrisa risueña y generosa.

Atiende una llamada discreta que hizo para verificar que todo saliera como ella lo quería.

LLEGÓ LA HORA

Karla estaba en su hora de descanso, en un salón conexo a la cocina donde degustaba algunos aperitivos. En eso apareció Regia y Karla que ya lo conocía se levantó inmediatamente.

-Con que tú eres Karla

-Sirva usted señora

-Con que usted es quién está detrás de mi novio

-Perdone usted señorita pero no le permito que se meta en mi vida

-Gabriel es mi novio, apártate de él o si no te vas a arrepentir.

Regia se volteó después de mirar a Karla con desprecio y caminó por otro pasillo. Luego dobló hacia la derecha y abrió la habitación.

En una silla encontró a Gabriel amarrado y sentado en una silla, con una venda en los ojos.

-¡Cómo te atreves engañarme Gabriel, cómo pudiste hacerlo! Jamás permitiría que nadie me engañes y mucho menos un mugriento como tú… pero si yo te amaba, eres un tonto por no amarme, si soy bonita, rica…

Detrás de Gabriel había una persona, no muy corpulenta con una máscara puesta y que no hablaba.

-Por alguna razón pensé que me engañarías, que me traicionaría, pero no pensé que fuera tan pronto… no pensé que te fuera tan pronto de mi vida querido… Dios, Dios, Dios a los traicioneros no lo soporto.

Regia le quitó el pañuelo de la boca y le dio un beso en los labios. Luego agregó:

-Hasta hoy me engañas Gabriel. Prefiero verte muerto antes que la gente diga que fui engañada a cambio de una mugrosa.

Regia tomó un cuchillo bien afilado y abrió su camisa, escribiendo en su pecho “mal mentiroso” Luego dijo:

-Me puedo ensuciar mi vestido –Tengo que irme

Una lágrima seca rodó por su mejilla y susurró:

-Pudimos ser felices imbécil

Otra vez en la reunión, se acercó a Ignacio y le dijo:

-Ya estoy bien y que siga la fiesta.

-¿Qué hiciste Regia?

-No, nada, la vida continúa…

En ese instante desde el segundo piso se abrió una cortina y apareció el cuerpo de Gabriel montado en una cruz con unas espinas en la cabeza sangrienta y una rosa rojas en sus labios con un escrito que decía la rosa roja, su pecho no dejaba de sangrar y solo se le escuchaba decir:

-Ayúdenme, por favor ayúdenme…

jueves, 3 de junio de 2021

CAPÍTULO 11 CONTÍNUA

PRIMER DÍA

Maxi llevó a Lupe a una habitación muy cerca de la cocina, al lado junto al de ella. Era una habitación modesta con algunos libros al lado y una lámpara junto a la cama. Había un closet con algunos uniformes en la cual utilizaría para el trabajo. Totalmente negro.

Apenas empezaba el día, y la orden de Maxi era cambiarse para empezar a trabajar. En el rostro de Lupe reinaba la tristeza pero aún así obedeció.

Maxi le ajustó el moño que debía llevar en el momento de trabajar y se fueron juntas a la cocina, en donde se encontraba la cocinera la señora Marisol.

Lupe al verla se emocionó porque sabía que era del mismo barrio donde ella vivía. Sin pensarlo dos veces se abrazaron.

-Se conocen ustedes –Pregunta Maxi

-Sí, claro que sí –Contesta Marisol un poco arisca

-Así no estoy sola, ¡Me haces feliz!

De pronto suena el timbre, y Maxi le ordena a Marisol servir el desayuno para la familia y se retira de la cocina.

Marisol le da algunas instrucciones a Lupe como servir la mesa, pero Lupe no sabe cómo hacerlo, sin embargo, Marisol la ayuda en todos los quehaceres.

-Apúrate muchacha que los señores van a bajar.

Mientras tanto, Maxi abre la puerta y es el inspector Mario con su ayudante Daniel.

-Se encuentra el señor Montes.

-Sí señor, pase adelante

En ese momento el señor Rafael baja por las escaleras tomado de la mano junto a su esposa Erika.

-¡Caramba, cuál es el honor de su visita inspector! Otra vez lo tenemos aquí

-Estamos por lo mismo –Dijo Daniel

-¡Cálmate Daniel! –Exclamó Mario y agregó –Estamos aquí para hacerle unas preguntas a su hija.

-¿Por qué a mi hija?

-Es que acaso no sabe, que la señorita Guaricha y el que fue su máximo colaborador, el señor Manuel, amanecieron muertos

-¿Cómo saberlo? Usted sabe que somos una familia sumamente ocupada y no nos pasamos averiguando chisme de nadie

 -No es chisme, es un crimen, donde ustedes son sospechosos, ya que por lo que recuerdo ustedes son rivales desde hace tiempo.

-Mire inspector acaso somos culpables de todos los crimen de la ciudad.

-¿Dónde se encuentra su hija señor Montes?

En ese instante, Regia baja la escalera.

-Padre, madre… quienes nos visitan

-Es el inspector mi niña –Contesta Erika nerviosa

Regia con ironía mira a Mario de arriba abajo para luego decir:

-Otra vez usted inspector. Acaso no le quedó claro, la última vez…Creo que se está haciendo costumbre sus visitas en el desayuno.

-Sabía usted que la señorita Guaricha fue asesina.

-¿Cómo puede ser eso inspector? No creerás que fui yo la que la maté ja ja ja… lo que recuerdo que también me culpó por el crimen de Mia, esa reportera metiche…

-Crimen que todavía no se ha resuelto, ya sabemos que es un asesino en serio… –interrumpió Daniel sin medir lo que decía.

Regía miró a Maxi con picardía y luego agregó:

-Lo invitamos a desayunar

-He venido aquí solo para hacerle algunas preguntas –Siguió Mario

-Mientras desayunamos nos realiza las preguntas

-Dígale a su abogado que esté presente

-No necesito abogado –Dijo Regia sutilmente.

Ya en la mesa, Marisol se apresura a servir la comida. Regía toma una rebanada de pan tostado y le unta un poco de margarita para luego decir:

-Mire usted, la Guaricha fue mi rival desde hace tiempo, pero muy en el fondo de mi corazón la quise muchísimo, era mi amiga, casi éramos hermanas. Y la verdad le digo que no es extraño que haya terminado de esa manera. Porque de lo que me enteré, estaba en muy malos pasos con ese tal Manuel, no sé, algo escuché en los baños de damas y que estaba enredada con alguien en el cartel, no sé, solo digo lo que oí, a lo mejor era amante, de uno de ellos, no sé, solo digo que tiene que investigar…

En ese instante, entró Lupe con la jarra de café caliente, para servir.

-Por la derecha –Le dice Marisol al notar que Lupe estaba nerviosa.

Lupe le sirve a Rafael, luego a Erika, le sigue a Daniel y cuando llega a Mario se le cae el café en las piernas de éste. Lupe pega un grito de nervios y más atrás Mario, Rafael se levanta y ofrece una servilleta. Mientras Erika se queda pasmada sin saber qué hacer. Por lo que Maxi se acerca al inspector y le ofrece ir al lavandero

-Perdón, perdón, perdón –dice Lupe con las manos en la cabeza

Regia se la queda mirando sonriendo y luego dice:

-¿Quién eres tú muchachita?

-Me llamo Lupe para servirle, empecé a trabajar hoy,,, perdón señor...

-Favor que me hiciste muchachita ja ja ja… hasta puedo decir que me caes bien ja ja ja … pobre inspector… ahora vete de mi vista…

Lupe con lágrimas en los ojos se dirige al lavandero donde se encuentra Mario, Maxi y Marisol

-Perdón señor

-Fue un accidente

En ese instante, Mario se quedó mirando aquella muchacha de rostro inocente y su actitud cambió:

--No es nada, la próxima vez tenga un poco de cuidado.

 
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