Será que las cárceles venezolanas se llenaran de presos
políticos. Personas, que solo no están de acuerdo con la posición y la forma de
gobernar un país, que ya está destrozado, maniatado y corrompido.
La corrupción se desborda por todos lados y ya la
convivencia es insoportable. Nadie tiene compasión de nadie.
Ni siquiera tenemos derecho de expresarnos porque
inmediatamente nos tachan como traidores y golpista.
Nos quieren obligar a quedarnos callados y sobre todo
meternos como sea en la mente que lo ellos tienen
el poder de hacer o deshacer como le da la gana.
No todos tienen miedo de hablar y decir lo que piensa, y
expresar lo que debe ser según sus criterios. Se llenaran las cárceles, las
calles y las plazas, pero no nos callaran. Somos libres y tenemos derechos de
expresar lo que sentimos y sobre todo lo que nos duele.
Una Venezuela zombi, sin dirección y sin un rumbo a dónde
dirigirse, simplemente estamos allí como dijo el presidente hace unos días “Dios
proveerá”.
Escribe Hogareña
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