TIERRA QUE GRITA

La vida me consume, poco a poco, sin medida me deja sin aliento, sin sabor y sin miramiento al futuro. Se me cierra los ojos, se oscurece el camino, no quedan palabras, mis pensamientos está envejecido, solo el cansancio que agobia este corazón sin esperanza de volver a sonreír a ti, a la vida al amor.

Tétrico, me parece este camino de duros tropiezos, mis rodillas están marcadas y mis manos llenas de callos, mis ojos se hunden en la melancolía y en mi rostro desapareció la inocencia de una vida feliz, honda mi mirada, lentos mis pasos, mi cuerpo viejo, cansado y adolorido muestran las huellas del dolor, que se corroe en esta vida dura en un final lejos y sin rumbo, quien podría socorrerme si perdí las esperanzas, como podría escapar sin que la tristeza me persiga, a lo mejor sin darme cuenta y en momento menos esperado me tropiece con la muerte.

A ti llegar en este día especial, alegremente junto al río que corre bajo el puente de la felicidad, aprovechar quedarme allí, refrescarme del ardiente sol y por lo menos descansar en la dulzura de la paz, pizca de amor, belleza incalculable.

Así asediada como estoy conseguir consuelo en alguien que me comprenda, eres tú, soy yo, calles desoladas, corazón triste, la tierra que se abre y caigo en el abismo, sin respuesta, se cierran mis ojos, llegar a ti, por fin, sentirme protegida, descansar.

Escribe Hogareña