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miércoles, 22 de abril de 2015

LO QUE NO SE HACE

"La peor diligencia es la que no se hace" dice el abogado. Si vas a la policía y no oyen, vas a la fiscalía, y si no te oyen, vas a la fiscalía general, si no te oyen, vas a la casa del pueblo, si no te oyen, vas a la fiscalía del ministerio público allá en la capital, y si no te oyen vas a la guardia nacional y si no te oyen,  vas a la casa rosada y si no te oyen has una exposición de motivo y si no te oyen, vas a la prensa porque alguien te tiene que oír. Pero no dejes de hacer lo que tienes que hacer y toca todas las puertas que hay y las que están por haber. 

Tienes que gritar y fuerte porque nadie sabe lo que te está sucediendo y como no saben están tranquilo hasta que tú digas algo. 

Eso que dicen que no sabemos leer la mente, que no somos adivina y que no se sabe lo que sucede, depende de la persona misma. 

Así que no te calles, gritas si es necesario.

Escribe Hogareña

martes, 21 de abril de 2015

LA MENSTRUACIÓN

Lo que sufre las mujeres en todos los meses cuando la menstruación está cerca. Se hincha los senos al igual que el vientre. Dan antojos por comer dulce, o cualquier comida extraña. Salen bastantes acnés en el rostro. Esos días nos ponemos más activa y lo peor de mal humor. De vez en cuando nos molesta la presencia de alguien o de algo. Lo que haga otra persona nos parece malo y el perfeccionismo aflora. En algunas ocasiones nos deprimimos y arrancamos a llorar como desesperadas y nos ponemos tan sensible que lloramos por cualquier cosa. Se nos hace difícil conciliar el sueño

Queremos acomodar el mundo a nuestra manera sin que nadie nos diga una palabra. Y total silencio, en la soledad que nos hace feliz hasta que aparece el sangrado y es cuando podemos dormir tranquila, después de haber tomado una pastilla para el dolor de vientre, cadera y pies. 

Algunas mujeres sufren más que otra y con síntomas peores. 

Escribe Hogareña

lunes, 20 de abril de 2015

PERRO SANORSO

Los ojitos de la señora de ojos azules me mirada aterrada queriendo salir de la cola, el niño llora sin cesar a pesar que la madre le da la teta. Los carros pasan y nos miran con cara diciéndonos "pobres diablos", la que está de primera pasar a cada rato la lista echa por ella misma diciendo "que los que no están en la cola los va a eliminar", un hombre por allá le ofrece algo de dinero para que lo meta en la lista, no son una ni dos litas son cuatro lista de doscientos cincuenta, la mayoría tenemos la cara rojiza y el sol es inclemente, una viejecita llega y se pone de primera y una mujer grita "mírela pues, por creerse vieja se aprovecha de nosotros" lo demás también grita pero también hay quien la defiende y a la final la doña entra.

Un perro sarnoso se pone al lado de un señor que espera pacientemente en la acera mientras se fuma un cigarro y los dos parecen uno y todos los que estamos allí parecemos perros y nos creemos perros sin remedio. el perro se echa para rascarse la sarna y nosotros también, el perro busca algo de sombra y nosotros también, la gente que pasa al lado del perro lo espanta y nosotros también nos espantan los que transita en la vía. El perro pasa hambre y sed, y allí estoy yo con mucha sed y con ganas de vomitar pero que no lo hago por no tener nada en el estómago. Por fin el perro sarnoso de pierde entre el camino y yo me quedo mirándolo perderse en la esquina mientras yo deseo también hacer lo mismo.

Escribe Hogareña





viernes, 17 de abril de 2015

ENTRE PALABRAS

El sol más brillante que nunca y ya se siente el sudor rodando en mi piel hasta mojar la ropa, aún sin tener ninguna actividad. Tremendas oleadas de polvos en forma de espiral se siente en el aire y un vaso de agua helada en mi mano calma la sed.

Quisiera apaciguarme entre la lluvia mientras cae lentamente, mecerme en el columpio como los niños allá en el parque y solo me quedo mirando el mangal de la vecina mientras los pájaros comen el amarillento fruto para luego caer en el suelo, mientras los pájaros inmediatamente emprende el vuelo sin ni siquiera mirar el que está al otro lado.

Escribe Hogareña




miércoles, 15 de abril de 2015

TOCARA A MI PUERTA

Si en éste momento la  esperanza tocara a mi puerta le diría que no seas mentirosa dime la verdad.

Escribe Hogareña

martes, 14 de abril de 2015

DÍA DE CEDULACIÓN

Cuando voy a llevar a mis hijos a la escuela. Me encuentro que hay un operativo de cedulación en la institución, y como mi identificación le falta solo un mes de vencerse, aproveché el operativo para sacarla. Cuando entré en la cola era la número sesenta y cinco.

Había llegado a las siete, y eran las diez de la mañana y todavía las mesas no habían sido instalada, y la gente comienza a llegar a cántaros y perdiendo la paciencia por las horas paradas.

Allá adentro, después que las mesas estaban instaladas, comenzaron a pasar a los amigos, y el amigo del amigo. Para luego, pasar a la gente de la tercera edad. 

Una mujer sale, con el carnet de la gobernación a un lado de la camisa toda roja, y dice que las cédulas van a salir borrosas y que no va a servir para hacer trámites. Entonces, para qué sirve la cédula de identificación, y después contesto, será para hacer cola.

Ya estábamos enfurecidos, cuando nos dijeron que solo iban a pasar sesenta personas y resulta que en la cola habían más de quinientas personas, porque desde hace meses no hay proceso de cedulación en la región. Y ya se habían coleado varias personas.

Luego, de tanto discutir pude pasar. Una vez adentro toda nerviosa que si sacaba o no la cédula se hizo todo el proceso y cuando solo me faltaba firmar, el gentío rompió la cerca y entró como caballos suelto en sabana, todos nos asustamos. La gente llegó a los trabajadores para exigirle que le sacaran la cédula a costa de lo que sea. 

Pobre gente estaban asustadas al igual que yo, los niños corriendo a sus salones, pues llegaba la policía. Gente corriendo sin dirección. Las voces se confundían y el griterío por todos lados y el sol más caliente que nunca. Lo primero que relucía eran las ofensas y groserías.

Después de un rato llegó la calma, pudo pasar veinte personas más, y los demás resignados de que no iban a poder sacar su identificación se regresaban en grupos. 

Hombres y mujeres una vez más pierden el día de trabajo para sacar su identificación, hoy no es por leche ni por papel sanitario. Y todos maldicen el gobierno pero lo aman el día de las votaciones.

Por fin mi cédula en mis manos, una foto borrosa pero soy yo, con mi número y mi huella.

Así somos los venezolanos hoy en día.

Escribe Hogareña


lunes, 13 de abril de 2015

ES DIFÍCIL VIVIR ASÍ

Muy consternada. Totalmente preocupada y con mucho temor. Se volvieron a meter en mi casa, aunque no se llevaron nada ésta vez, volvieron, quizás en busca de algo más.

La inseguridad cada día es peor, aunque las autoridades respondieron inmediatamente el llamado, es inevitable frenar que los ladrones hagan de las suyas.

Todas las noches estamos vigilantes a cualquier movimiento, al igual que de día. Te roban a plena día y sin que los ladrones tengan miedo que los reconozcan. Es difícil vivir así.

Escribe Hogareña


jueves, 9 de abril de 2015

PARA HACER UNA TORTA

Quería hacer una torta. Pues, tengo en casa una harina de trigo (que la estaba guardando como la niña de mis ojos desde diciembre), apenas si conseguí polvo de hornear, seis huevos y una lata de mantequilla que cuando me descuidaba mis hijos le metían el dedito, pero no tenía azúcar. 

Así que me fui al supermercado para comprar verduras y me encontré una cola larguísima, estaban vendiendo azúcar. Sin pensarlo dos veces me metí. Después de cinco horas agarrando sol y gritando para que la gente no se colearan pude comprar dos paquetes de un kilo cada una.

Regreso a casa súper contenta, y una vez que descansé y dispuse hacer la torta, para mi sorpresa, mi esposo hizo un revoltillo de huevos para darle de comer a mis cuñados, y no por negarle el desayuno sino por las ganas de comerme un pedacito de torta, me enfurecí, aún sabiendo que eso no solucionaría el problema, aún cuando le reclamé a mi esposo y aún cuando tenía que vestirme otra vez para conseguir los huevos.

Salí nuevamente, registré todos los abastos chinos (porque eso es lo que hay aquí en mi país, chinos por todos todos lados, parece una invasión) y ningunos tenían. Al día siguiente, volví a salir por otro abasto chino que una amiga me avisó que había huevos. Y fui, por suerte había huevos, pero a un costo tres veces más a su precio, por varios minutos me encontré con el dilema si lo compraba o no, ya que si lo compraba dejaba de obtener otros productos.

Pues lo compré, nuevamente regreso a casa satisfecha, ya tenía todos los ingredientes, las últimas gotas de vainilla y un poquito de leche que conseguí también haciendo cola. Y Así hice la torta dos veces más pequeña de lo acostumbrado para dejar harina y hacer un poquito de panquecas y torrejas para mis hijos.

Nos la comimos a escondida, solo la familia por la simple razón que una torta, unas arepas con mantequilla y queso, un café con leche es oro.  

Escribe Hogareña

miércoles, 8 de abril de 2015

TREMENDO SUSTO

Una sonrisa temblorosa, mientras camino por aquella carretera desolada. Volteo una vez más y se acerca el muchacho de prisa. Mi corazón comienza a palpitar fuertemente y mis manos a temblar sin control. Quiero acelerar el paso pero es tarde para alejarme.

Un breve lamento por no dejar el celular en casa y mucho menos quitarme algunas prensas, poco valiosa. Pero sigo caminando con la mente en blanco esperando cualquier cosa.

El muchacho se mete la mano en los bolsillos mirándome de reojos y saca su celular, por un momento sentí que me ahoga. Sigue de largo y por fin puedo respirar. Esa sensación de miedo se convirtió en un bajar de un tren en marcha.

Escribe Hogareña


martes, 7 de abril de 2015

GRACIAS POR SU APOYO II

Premiada  por la Editorial “Diversidad Literaria” en España. Gracias por su apoyo.


SERENA ARMONÍA

Aún las gotas se deslizan por las palmeras hasta caer en la arena, donde se exteriorizan pequeños orificios, para el agua perderse en la nada. Logro escuchar el bullicio de los niños jugar en los charcos, mientras Carmen sigue distraída, quizás resignada o más bien enojada consigo misma. Quise hablarle, pero es mejor apoyarla hasta que el sol vuelva a resplandecer en su risueño rostro.

DAILET M. BUTTO R.



Escribe Hogareña

lunes, 6 de abril de 2015

GRACIAS POR SU APOYO I

Especialmente a la editorial  "Letras con Artes" en España. Gracias por su apoyo. 

UNA NOCHE FRÍA

Por instantes la noche se alumbraba, y era cuando podía distinguir  los árboles batiéndose unos a los otros y el furor de la brisa pegaba en los ventanales haciendo que éstos se golpearan contra la pared. Las gruesas gotas de agua pinchaban las aceras hasta desbordarse en la tierra, y José seguía sacándole filo a una estaca. De vez cuando agarraba la botella de aguardiente y se echaba un sorbo al sentir el soplo del aire frío sacudir su entraña.
La última vela seguía derritiéndose lentamente, una sola vela, a media, y el fuego se avivaba al cerrar nuevamente las ventanas. Era la única llama que tenía la fuerza de llegar hasta el final en esa noche helada.


DAILET M. BUTTO R.

Escribe Hogareña

miércoles, 1 de abril de 2015

SEMANA SANTA III

Miércoles santo. Es noticia que un grupo del partido del psuv plantean un proyecto, reforma o ley, que se aplicará treinta años de cárcel a los que traicionan a la patria. Ahora, me pregunto yo ¿Son traidores aquellos que piensa distinto al gobierno? Porque si es así, entonces iré a la cárcel, así como el vecina, la otra vecina, mis amistades y la gente que espera el autobús en la parada, aquellos que lloran un hijo muerto por la inseguridad, aquellos que son robados, aquellos que no consiguen medicinas, aquellos que hacen cola, aquellos hombres humildes que reclaman un cambio, que se quejan de sus males y tanta barbaries.

Será que nos callaran, que no digamos nada como la era de Hitler, seremos perseguidos como los cristianos de aquellos tiempo de Jesús, acribillados como aquella época del comunismo en América (por decirlo más cerca de nosotros) cuando quería silenciar a una persona, pues era más fácil que meterlos en la cárcel, y más cerca cuando leemos aquellos años de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

 Lo dice la historia, una historia que se repite y está escrito en los libros. Al pueblo lo veremos lamiendo las botas de los militares con la lengua a cambio de un pedazo de paz, algunos desaparecemos de la faz de la tierra, las cárceles llenas de inocentes, otros perseguidos, los corruptos disfrutaran de los mejores manjares y dirán al mundo que somos felices.

Está escrito en muchos libros, lo que estamos viviendo, y no solo escrito sino personificado en películas (para que sea más fácil de entenderlo), y aún así no aprendemos la lección. A veces no creemos lo que viene de ahora en adelante, así como no creíamos que estuviéramos haciendo cola y que ahora sea el pan nuestro.
Escribe Hogareña


 
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