En el corazón no se manda, ni decidimos de quien nos enamoramos, simplemente llega ese sentimientos por ese alguien que quizás sea el equivocado.
Quizás duela más adelante, pero arriesgamos todo por el todo sabiendo aún van a herir nuestros corazones.
Bendito Dios, que entregamos nuestro corazón a un amor que no será correspondido, y sin embargo, estamos allí con corazón abierto para ese alguien.
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