Crisis humanitaria para la Alimentación "Seguridad Alimentaria", y es cierto amigos. Estamos muy mal. Ayer por estar haciendo cola me amenazaron con darme una puñalada.
Y todo empezó, cuando acompañé a mi esposo al supermercado del gobierno, para ver si lo podían pasar. Porque como el tiene un tobillo fracturado, pensamos que lo iban a pasar por persona discapacitada. Lo cierto es que no lo dejaron pasar porque la gente no lo permitieron. todos decían "que haga su cola, a mí no me importa cómo esté, ese es su problema" sin ninguna compasión ni respeto a su condición. Pues nos preparábamos para regresar cuando la gente se alborotó porque no pasaban nadie de la cola. Eran ya las diez de la mañana y todos afuera esperando en el medio del sol, la gente sudada, trasnochada con hambre y pare de contar. Y solo pasaban los familiares de los trabajadores del establecimiento y los guardias.
la gente salió corriendo hacia nosotros y mi esposo y yo nos quedamos en una encrucijada, lo perdí de vista, si me quedaba paraba la gente me tumbaba o lo tumbaban a él, entre empujones y empujones llegué adelante sin que la gente me diera permiso para salirme, gente por todos lados empujando hacia adelante, llegó varios camiones con militares y policía... comenzaron apartar gente pero más que eso, era que ellos también compraban y se turnaban el ajetreo de la gente.
La mujer de atrás me empujaba y la de adelante me amenazaba con darme dos puñalada y yo ya me veía en el periódico, en la primera plana todo cortada y tirada en el suelo. Traté de salirme pero la muchacha que tenía al lado no me dejaba y al otro lado estaba la paré. En un descuido para aguantarme y alzando la mirada para ver si veía a mi esposo, todo renco le agarré la teta a la mujer negra que me amenazó, pues, la mujer me dio un grito y con tanta bulla no quitaba mi mano de su teta flacucha y cueruda, solamente pensaba en mi esposo tumbado al suelo o el pie quebrado, la mujer volvió a darme otro grito y fue allá que reaccioné, y me acordé del cuchillo, le pedí disculpa.
La muchacha que estaba a mi lado no me dejaba salir, ponía su mano en mi pecho y me dolió muchísimo, la de atrás empujaba y todos los que estaban más detrás, empujaban hacia adelante, provocando a los miliares y gritando "queremos comer, queremos comer, queremos comer", otra vez el griterío y ésta vez cantaron el himno nacional. Comenzó a darme sed y dolor de cabeza ya había pasado hora y media entre empujones y griterío.
Al fin, los guardias deciden dejar pasar de cinco en cinco, yo había quedado en la ocho, ya habían pasado cinco y yo adelante, frente de los guardia, la gente empujaba hacia adelante y los guardias empujaba hacia atrás. La muchacha de al lado quería entrar de primero y no sé porque la mordí, pues sí, la mordía, ella no me hacía caso, me lastimaba con sus manos queriendo pasar de primero y yo no podía tocarla con mis manos porque la gente no dejaban alzarla, estábamos muy apretados, además trataba de proteger mis pechos. Ella no se dio cuenta que la mordí y sí lo hice.
al reaccionar la solté, pobre chica no debí hacerlo, ella no se dio cuenta del mordisco, a lo mejor cuando llegó a su casa se daría cuenta de lo que hice. A lo mejor por tantos golpes que recibimos no reaccionó . Y aquí estoy con dolor de espalda, cintura, tetas y caderas, no puedo mover los pies.
el alboroto era que después de dos meses había llegado espagueti, sólo dos espagueti por persona, dos arroz, cuatro harina y dos mantequilla. Por eso era que nos estábamos matando, por una miseria de comida, por limosna, por tontería pero que para mi familia es bastante, por lo menos tendremos comida para quince días.
Me imagino aquellas familias que tiene cinco hasta ocho integrantes, cómo harán para comer, harán cola todos los días, quizás ya no le queden riñón, hígado o pechos (las mujeres), yo estoy estropeada, estoy mal, ya ni tengo fuerza.
¿Cuando se acabará tal situación? Que vengan países del mundo y nos ayuden, por favor, es una clemencia...
Escribe Hogareña
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