A pesar de la crisis en que se encuentra el país. Los venezolanos no dejan que le roben la alegría. En estos carnavales van a la comparsas, se disfrazan y disfrutan. Otros optaron en viajar, ir a la playa, río, montaña o campo.
Los que tienen menos presupuestos se quedaron en casa, reunidos en familia, con una piscina plástica, si la hay, mientras se habla o ve la televisión.
En este momento se escucha la música alta, de la otra calle, la gente baila en la calle, un grupo de niños con baldes de agua dispuesto a mojar al que pasa por allí y yo riego las matas rápido antes de que se vaya el agua.
Nosotros optamos en quedarnos en casa para no gastar el presupuesto estipulado del mes y por cuidar la casa como decía la abuela.
Escribe Hogareña
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