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miércoles, 13 de mayo de 2015

BENDITAS COLAS II



Aquí todo el mundo hace cola. Menos los del gobierno más poderosos y militares que son los que dirigen y hacen lo que le da la gana con el país.


Escribe Hogareña 


martes, 12 de mayo de 2015

BENDITAS COLAS


Benditas colas... es un infierno lo que estamos viviendo diariamente, hasta cuando ésta situación tan mala que vivimos los venezolanos. Es es el pan nuestro.

Y mañana, pasado mañana y el otro seguir haciendo cola haber que se compra para poder medio comer... porque para eso quedamos los venezolanos "para subsistir".


Escribe Hogareña

domingo, 10 de mayo de 2015

FELIZ DÍA MAMÁ


Mi mamá



Pequeña Orquídea


Anguila Eléctrica


De pesca


Celebrando el día de la madres en la Escuela


Celebrando el día de la madres en la Escuela


Yo


Más Orquídeas


De pesca


De pesca en un pueblo llamado el Almacén


Mis Orquídeas




Mi hijo menor


Mi hijo mayor


Familia


Las Orquídeas abriendo sus pétalos


De pesca


El paseo Orinoco


Mi hermana


Vagre 

jueves, 7 de mayo de 2015

UN PASO MÁS ADELANTE I

¡Cómo ir a un paso más adelante de los acontecimientos, sino han pasado? Para los que son sabios y perceptivos a lo que pueda pasar...
Un pie más adelante que los demás, aún sin saber qué rumbo tomará, pero estar siempre prevenido para cualquier cosa.
Por ejemplo: hacer colas y comprar productos exageradamente por si acaso no se consiga más, subir las paredes de la casa lo más alto posible y poner alambre con electricidad para que no te roben, antes de salir  mirar a todos lados, cohibirse en salir de noche y no darle confianza a nadie.
Antes que otro te joda salte de la jugada. O sigue jugando si vas ganando, con moderación y sin hacer mucho escándalo.
Estudiar antes de que te pregunte y estar siempre preparado para responder sin ofender a nadie. No hablar demás.

Escribe Hogareña

miércoles, 6 de mayo de 2015

CON MIEDO

Muy temprano me desperté pensando que tengo que ir hacer cola, y luego, mientras preparaba el desayuno le advertía a mi esposo que no tomara tanto café, no por el daño que le pueda causar sino porque solo nos queda un cuarto de café. 
Pues, otro rubro que no se consigue, y recuerdo que en la secundaria los profesores me enseñaron que mi país era exportador de café, y yo me sentía orgullosa, y ese orgullo en éste momento está convertido en tristeza. 

 Al salir de casa para llevar a mis hijos a la escuela, en la esquina de la calle está para un hombre de zapatos blancos y gorra blanca también, que no se deja ver el rostro, inmediatamente entré en pánico, el hombre camina lentamente hacia nosotros, con ese paso confiado de que va hacer algo. Yo apresuro el paso y mis hijos inocentes siguen hablando como si nada pasara. El hombre me pasa al lado y no nos quita la mirada de encima. Yo, toda asustada seguí como si nada, había dejado el celular en la casa y ya no uso zarcillos de oro desde hace meses.

No dejo de mirar hacia atrás y el hombre se para en otra esquina, así fui mirando hacia atrás hasta cruzar en la esquina. De regreso, me acordé del hombre al verlo en todo el frente de mi casa, me asusté, las mujeres que iban conmigo me dijeron "yo te acompaño hasta tu casa", y sin más nada llamé a mi esposo de un celular prestado, mi esposo no responde, y me paré, desde una distancia larga y no se qué hacer. Mis manos tiemblan al igual que mi corazón palpita muy rápido. Un minuto después, sale el vecino e inmediatamente fui a donde él estaba, quien me acompañó hasta abrir la puerta de la casa.

El hombre, un obrero de la construcción del frente (después, me dijo el otro vecino), sin embrago, su aspecto no es agradable. si la mayoría de los jóvenes que asesinan, su profesión es albañil, motorizado, mecánico y otros profesiones que no requieren mucho esfuerzo. cómo no voy a tener miedo, si quien se metió en la casa para robarnos la vez pasada, conocíamos al muchacho, pues había realizado unos trabajos de construcción en mi hogar, Conocía todo y sabía nuestros movimientos. Ya tenía un año trabajando con nosotros. Y sin poder reclamar, porque te pueden matar, mejor dejar las cosas así, aún cuando contribuyamos al robo o que ese muchacho siga robando otras casas, porque cuando fuimos a poner la denuncia, nadie hizo nada. Más bien nos preguntaron "si hubo sangre" y como no hubo sangre ellos nos dijeron que nos quedáramos tranquilos.

Escribe Hogareña

martes, 5 de mayo de 2015

CUENTOS...

Más que agradecida...

FLORECER  EN EL PASADO

Salí como siempre, con la diferencia que en este día el sol resplandecía más que ayer y la alegría salía de mi cuerpo que flotaba a los alrededores. Yo lo sabía, así como el gentío que me mirada desde el cabello hasta la punta de los pies. Caminé por las aceras en la finura de los buenos modales, las vitrinas se hacían glamurosas en el reflejo de la complacencia que seguían mis huellas y la felicidad recorría por mis venas como si fuera la primera vez en caminar aquellas calles del viejo centro de la capital.
Una casa nueva más allá y un local recién inaugurado por acá,  ya no somos los mismos; quizás envejecidos y  sabios. No está el señor ensombrerado de aquellos tiempos, Carlota sigue en el kiosco junto a la plaza, los niños ahora son hombres enamorados y muchos abrazos colmados de recuerdos regocijados de gruesas lágrimas de emoción hacen que el día nunca termine.

DAILET M. BUTTO R.

"Letras con Ates"


lunes, 4 de mayo de 2015

MI CUENTO DE HOY

Mis saludos a todos mis amigos. Un cordial y caluroso abrazo.

CONOCIENDO EL MAR

Su corazón comenzó a latir fuerte, algunos suspiros profundos se alejaron con el recelo cuando pisó aquella arena suave que se enredaban en sus pies. Era como le habían dicho. La brisa le batía el cabello, y la rebelde agua cristalina incitaba descubrirla. Aquellos pensamientos que se imaginó en la cocina cuando movía el guiso, los momentos que vislumbró en el chinchorro y los cuentos en los ramajes del guamo quedaron en el recuerdo.
Se puso el mismo pantalón desteñido de siempre, aquel rojizo pálido que  siempre usa para bañarse en el riachuelo, en aquella tranquila agua dulce con hermosos paisajes al otro lado. Asombrada se acercó lentamente hacia la orilla, el agua golpeaba sus piernas y lentamente se adentró un poco más, sin saber cómo una y otra ola la arrastró, aún más, haciendo que se volcara y arrastrara sin control. Muchos trago de agua salada, fue a parar a su estómago, para luego, ser empujada a la orilla otra vez. Con el cuerpo lleno de arena, el cabello tieso y piel pegajosa se quedó mirando el infinito mar hasta confundirse con el cielo azulado, queriendo nuevamente zambullirse en ella con los ojos aguados.


DAILET M. BUTTO R.


Gracias a "Letras con Artes"

jueves, 30 de abril de 2015

EL PEOR DÍA DE MI HIJO

Hace dos días cortaron la mata de aceite al frente de mi casa, y mi hijo con lágrimas en sus ojos me dijo “éste es el peor día de mi vida” y yo para animarlo le recordé que hizo una niña para que no cortaran una mata “se subió sobre ella para impedir que la cortaran”, pues, esto sucedió en una película, nada real.

Ayer me dijo “siento un gran vacío” y su papá le contesta “sí es una gran tristeza, pero hijo acuérdate cuantas veces teníamos que sacar a los jovencitos con regañadiencia y a la vez con miedo,  para que dejara de consumir drogas detrás de ella, en las noches carros sospechosos llegar que no nos dejaba dormir, muchos condones en la arena y  hombres que llegaban para orinar”. O sea, lo que supuestamente debería ser un regalo de la vida, más bien era, un dolor de cabeza por parte de los vecinos y de conmigo mismo, porque dónde estaba la seguridad”.

Por supuesto que no fuimos nosotros quienes la cortamos ni mucho menos los vecinos, sino una nueva construcción que se iniciará, que todavía no sabemos que será. Un dolor de cabeza menos para nosotros aunque mi hijo esté triste porque en su inocencia no comprendió lo que sucedía detrás de la mata de ceiba.
No era que, solamente él fuera a manejar bicicleta bajo su sombra, ni mucho menos los nidos de paraulatas que él observaba con mucho entusiasmo en los atardeceres y las bandadas de loros que reposaban en el amanecer o el águila vigilante de los polluelos recién nacidos, era más que eso, detrás de esa inocencia se esconde el horror de una mata en plena ciudad.

Escribe Hogareña

miércoles, 29 de abril de 2015

PAGAR LAS CONSECUENCIAS II

Yo me he equivocado una y otra vez y he pagado las consecuencias bien caro, en algunas no me he arrepentido pero me ha pesado que todavía la llevo cargada en mi hombro. A pesar de seguir adelante y superado muchas dificultades por las consecuencias de mis errores.

A otros le ha costado la vida como a esa chica que por diversión tuvo una noche de romance con el vecino y resulta que el vecino tenía sida, o el chico que se fue a una fiesta con sus amigos y le quitaron la vida en una pelea, o al que quiso darse de héroe defendió a una mujer casada y el esposo vengó su ira contra él o la mujer que nunca denunció al marido maltratador que después le figuró el rostro.

Por tener temor no habló, el que no quiso ir a una entrevista, el que se llenó de ira y ofendió a su ser querido, el que se quedó dormido, el que no tuvo el valor para defender lo que más quería, el que se quedó sentado lamentándose de lo que pudo ser. Por ser tan necio y terco, el no querer escuchar consejos, por creernos más que los demás o al contrario, creernos menos que los demás, por la melancolía y depresión, y cientos de decisiones que no se tomó por alguna cosa o pensamientos turbados, a todas esas pagamos las consecuencias.


Escribe Hogareña

martes, 28 de abril de 2015

PAGAR LAS CONSECUENCIAS I

No te equivoques, porque por causa de cualquier error vas a pagar las consecuencias. Es como las matemáticas “dos más dos son cuatro” ni más ni menos. Hay pensar bien lo que se va hacer, decir o escribir. Jamás pero jamás, se van a devolver el tiempo o te van a dar otra segunda oportunidad, jamás pero jamás. Y si te dan otra oportunidad nunca va hacer igual y siempre habrá la desconfianza.

Escribe Hogareña

lunes, 27 de abril de 2015

MEJOR CALIDAD DE VIDA

Desear lo que no se tiene y lo que no se puede, a lo mejor es envidia, querer alcanzar lo que no puede, soñar lo imposible o no ser realista a la situación. Pero que importa es mejor imaginarse cosas, soñar y más soñar porque es lo único que no nos pueden robar ni quitar.
Que más vale, si más bien vale mucho, más que cualquier cosa, soñar por un mundo nuevo, mejor calidad de vida.
No podemos desaparecer del mundo en que vivimos, ni tenemos varita mágica para mejorar la que tenemos, huir mucho menos, sino seguir adelante con lo que vivimos, sin dejar de soñar por un futuro mejor y desear lo que no tenemos hasta que se haga realidad. Eso sí, sin perder el control y la compostura, decentemente con la elegancia que nos caracteriza.

Escribe Hogareña

viernes, 24 de abril de 2015

TAMBIÉN LLORÉ II

Dos lágrimas rodaron por las mejillas de Nancy, sólo dos, nada más, eso sí no dejaba de fumar y las manos de temblar. Era peor que llorar. Y María volvió a despertarse entre gritos e incredulidad de lo que le había ocurrido a su único hijo. “Una bala en la cabeza por ajuste de cuentas” decía sus amigos que también agregaban “que iban a vengar la muerte de su amigo”. Yo tampoco lo creía, a pesar de ver el cuerpo dormido en esa caja fría.

Por instante, al verlo fijamente al rostro esperaba que moviera las pestañas pero nada ocurría. Más bien era un vacío sin fondo, el silencio más atormentado y el dolor que se sentía en el estómago queriendo retroceder el tiempo.

Más allá se oía hablar a las mujeres decir las anécdotas vividas con el muchacho y más que eso era su sonrisa, las bromas, los juegos, los mandados y miles de consejos que le daban para que cambiara de vida. Yo nunca le di consejo solo lo miraba y le sonreía, su vida parecía nublada con una cortina de humos sin salida, solo le daba un abrazo y un cuídate por favor, aunque sabía que nunca lo haría.

Ya en el entierro sus amigos lo despidieron con disparos para el cielo que todos los presentes nos escondimos e inmediatamente desaparecimos del cementerio. Me despedí de María que ya no tenía voz y ni siquiera lloraba, caminos juntas hasta el carro, ella acompañada de su esposo que también lloró y mucho. El sol y la tierra misma nos pareció muy grande y los transeúntes indiferentes seguían su camino.

Todo había acabado, aunque para María comienza el dolor hasta que llegue el final de sus días. Desde entonces no he llorado más, a veces, oigo llorar a María detrás, en el patio, ella solita con el pañuelo de su hijo y solo me queda acompañarla en su soledad.
 Escribe Hogareña


 
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