Al decidir irme del país tuve que tomar medidas muy fuertes,
que dejarían heridas muy abiertas, tristezas, alegrías, amores, sueños, anhelos y deseos atrás. No crean
que es fácil dejar todo así por así, para seguir otro sueño que ni siquiera sea
real. Solo es una maqueta, un sueño y un sentimiento.
No es fácil decirse irse del país, del lugar que me vio crecer y encaminarme hacia un destino que parecía cierto.
Fueron tantas cosas, como el divorcio, luego la
inestabilidad que me proporcionaba la vida misma, el mismo país, pues todo se
juntó. Como decir que podía seguir adelante cuando en realidad me encontraba
sola.
Y todo se dio cuando se me cayó el teléfono y se rompió la
pantalla. Resulta que comprar la pantalla del teléfono costaba mucho dólares, ya que el Bolívar no tiene validez en mi país sino el dólar. Y
era dinero que no contaba, entonces pensé, mi sueldo solo alcanza para comer
una semana y los trabajos que realizo adicional para comer otra semana más.
Entonces, qué pasará si mi hijo se llega a enfermar y necesito comprarle
medicina. Pues, no podría comprarle la medicina. Y por esa razón es mi
decisión. Decidí irme del país. Y todo por ese alguien me que propuso irme.
Pasando por encima del amor de lo más grande que tiene una madre "sus hijos",
que son mis hijos, seguidamente de mi madre. El lugar de destino que elegí y
que se me dio salir fue a España.
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