Vivo en un hogar modesto, donde lo más importante para mí y lo que deseo para mi familia es la paz, alegría y mucha unión.
Y como el presupuesto no da lo suficiente para la alimentación, decidí dar clases, aprovechando que también tengo un título en Licenciada en Educación y por supuesto que me aceptaron porque también tengo un diplomado, y un Post Grado, sin contar lo demás. Aquí en Venezuela prefieren vender comida en la calle que dar clases, porque se gana más. Los títulos y los estudios en este país no vale nada.
La verdad es que no quería trabajar, ya que me había acostumbrado atender el hogar, que a pesar de que trabajo más y sin paga, estaba tranquila.
Lo cierto es que ya tengo tres meses dando clases y es mucho estrés, apenas si me voy acostumbrando, y lo peor de todo esto es que la quincena no me alcanza para comprar queso ¡Qué les parece! y eso es una rabia que me da e impotencia por no consentir a mis hijos ni siquiera para comprarle un caramelo.
Bueno, en las mañanas doy clases con carga completa (1er año a 5to año) en el área de Castellano y en las tardes me pongo a coser por encargo, sobre todo pantalones a mujeres que les han quedado flojo porque han adelgazado por la misma situación del país y claro como no les alcanza el dinero para comprar otro, entonces los manda arreglar y allí me gano algo, que con eso más con el sueldo solo alcanza para comprar una crema dental y un kilo de arroz.
Es por eso que no he escrito como debería en mi blog, trataré de hacerlo más seguido.
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Hogareña
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