No espere hasta terminar la escuela, hasta volver a la escuela, hasta bajar de peso, hasta tener hijos, hasta que los hijos vayan a la escuela, hasta que se case, hasta que se divorcie, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que muera, para aprender que no hay mejor momento que este para ser feliz. La felicidad es un trayecto, no un destino.
La culpa es de la vaca
Compiladores Jaime Lopera Gutiérrez y Mara
Inés Bernal Trujillo
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