EN EL LIMBO
Infinita obediencia,
creer en la lealtad
a veces ahoga pensando que es lo mejor.
Estar a ciega a pesar del hambre y el
llanto de los hijos,
se caen las caretas.
No se si es tarde para reconstruir
los pedazos en el suelo
que destruí.
Por creer en algo
hasta llevarlo en la sangre
y desperté por el golpes.
Es lo que claman,
en la desorientación
en el caminar de un lado a otro sin dirección.
Morir en la obediencia,
morir por rebelarme,
morir por no se qué.
Escribe
Hogareña
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